Han prohibido que el Estado financie a los partidos políticos, como estuvo establecido antes en las leyes de la República. Este tipo de financiamiento estatal, por cierto, existe en varias democracias del mundo, bajo el principio de que son los partidos políticos la base de este sistema de gobierno.
Las causas políticas, desde entonces, han venido siendo financiadas por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que, por su parte, sí podían recibir apoyo financiero del exterior. Muchas ONG se han convertido en importantes agentes politizadores, pero el régimen también convirtió esto en un delito, por considerarlo conspirativo y terrorista.
Estos controles se han erigido como todo un aparato centralizador del financiamiento a campañas políticas desde el régimen hacia la oposición, en algunos casos. Es conocido el desfile de gestores “opositores” por las oficinas de los actuales magnates de la burguesía comunista, testaferros de grandes cantidades de dinero que, cual derramadores de sangre ajena, han vampirizado a la Nación todos estos años. Los contratos con PDVSA y las empresas estatales, a través de familiares y terceros, de miembros de la cúpula de la MUD, generan grandes prebendas – grandes obstáculos para la Libertad.
La Unidad, al mismo tiempo, se ha convertido en la principal receptora del financiamiento de la “oposición” hasta hoy, pues ella es la opción “oficial” y “única” para “resistir”, “alternar” y “afrontar” la existencia de este régimen que confisca la Libertad.
Es perfectamente perversa esta característica del sistema político decadente. Por eso es lógica la actitud de la MUDa reconociendo al ilegítimo pro-cónsul cubano como Gobierno democrático; es lógico que la “oposición” pase la página del fraude de abril; es lógico que les sea “irrelevante” la doble nacionalidad del pro-cónsul y la presencia de cubanos en -por poner un ejemplo- la Fuerza Armada; es lógico que, como socialistas que son todos ellos, quieran “dialogar” para entenderse… y, sobre todo, es lógico que no defiendan el financiamiento abierto y transparente de sus “luchas”. Esta actitud sumisa y pasiva de los MUDos, y su respectiva conducta, son evidencias -en sí suficientes- de su abierta colaboración y traición, constituyéndose un gigantesco obstáculo para conquistar la Libertad y recobrar la dignidad de Venezuela.
Invertir en una gesta auténtica por la Libertad de Venezuela es rebelarse contra el sistema. Es denunciar y combatir la conchupancia entre quienes hicieron que se atornillara el Chavismo en el poder, y los que hoy se autoproclaman ilegítimamente como “Gobierno”.
Financiar una causa política no es un delito, menos aún si la misma obra en contra de este régimen de tarántulas venenosas y sus colaboradores decadentes. Es una contribución para conquistar la Libertad y derrotar al verdadero enemigo de nosotros: el comunismo. El enemigo de Venezuela, en este momento de su historia, no es el “terrorismo”, como lo hace ver el club Bilderberg para el caso de Occidente en general. En este sentido, no es delito recibir apoyo del extranjero: nuestra Guerra de Independencia fue financiada por aliados foráneos del momento. No es delito recibir apoyo de empresarios honorables: con su esfuerzo diario, los cimientos del aparato productivo de nuestro país resisten la total aniquilación. Para todos los socialistas, en cambio, el aporte de recursos por parte de fuentes respetables es conspiración y delito. Pero, ¿por qué? Porque para ellos el poder es un botín, no es una responsabilidad. Sus intereses son esencialmente internacionalistas y, por eso, poco les conviene que la Nación se fortalezca con el ejercicio de la Libertad de las personas.
Venezolanos dentro y fuera del país: vamos a conquistar la Libertad de la Nación y haremos de ella la más grande de América. Quien nació para luchar por la Libertad de su país, está dispuesto a morir. Los que hoy son aún niños, no dirán de nosotros en la Venezuela Futura que en nuestra juventud “dialogamos” y negociamos su Libertad. Contamos con los que aspiran obtener lo mismo hacia lo que apuntamos nosotros – no necesitamos ni a los blandengues conformistas, ni a los mercaderes de la politiquería.
No es un delito, sino un honor, trabajar por el logro de una fractura irreversible de este sistema político decadente; un sistema que hace sentir lástima y vergüenza por el gentilicio.
Por @RoderickNavarro de @VFutura