Les cuento lo de la memoria. En realidad como este es un país de pronto olvido, la memoria no cuenta, la verdad que aquí lo único que cuenta son las cuentas y si las cuentas son favorables, poco importa recordar de dónde vino el billete. La mejor manera de explicar el mensaje de esta semana es con humor, porque como el humor es cuento, es en el fondo, la única memoria con la que cuenta la nación.
En primer lugar y lo más importante, la noticia que tenía en vilo el alma nacional no era el tema de los paliativos inseguridad, ni la política económica, era el asunto del dólar, principal y única fuente de negocios del país: se mantiene a 6,30, lo que nos brinda a todos una magnífica oportunidad de segur raspando el cupo y salvar la patria gastando unas divisas que de otra manera alguien se robaría. En definitiva la destrucción de la economía seguirá siendo, en algún sentido, un buen negocio este año.
Lo que parece que estará difícil es conseguir pasaje para cumplir el sacrosanto deber de gastar el cupo. Pero el ingenio venezolano ya algo se inventará. Ya hay gente que habla de transporte aeroejecutivo por carretera hasta Cúcuta, para de allí tomar vuelo a los centros de raspado. Otros se plantean comprar aviones para alquilárselos al que necesite viajar. En ambos casos, autobús y avión serian importados con dólares preferenciales. Los más osados dicen que la salida más práctica podría ser un cajero electrónico de un banco de afuera en la embajada americana y retirar el cupo en efectivo directamente allí por aquello de la extraterritorialidad.
Otras novedades de este recuento del futuro que escuchamos, son las siguientes: Cadivi va a desaparecer y suponemos que con él sus archivos, es decir su memoria y sus cuentas. Cadivi pasa ahora al Centro Nacional de Comercio Exterior. Seguirá siendo viceministro de economía quien es el presidente de PDVSA y a su vez ministro del poder popular de energía y petróleo (¡qué trabajòn!). El ministerio de la Banca Pública se fusiona con economía y finanzas que ya a su vez es producto de una fusión (espero que alguien lleve la secuencia del organigrama de todos estos cambios). En relación con el Banco Central se designa como presidente a su ex presidente, ex ministro de finanzas y ex casi todo.
Por otro lado, se establece que los márgenes de ganancia de los empresarios no podrán superar el 30%. Según las cifras de conocedores la inflación acumulada es de 56%. Lo que quiere decir es que se plantean excelente posibilidades de inversión en el país: por cada 100 bolívares invertidos el inversionista perderá 26. Conocida la noticia, millones de capitalistas anunciaron sus deseos de invertir en Venezuela, pero no consiguen pasaje para venir.
Hablando de los capitalistas, se subrayó por enésima vez la sinvergüenzura de la burguesía nacional apátrida y fascista que usa los dólares para el enriquecimiento improductivo y para financiar la denominada guerra económica. Allí fue cuando una monjita muy clara en materia de política cambiaria se dijo a sí misma en el convento, escuchando el mensaje:
Gobiernos necios que acusáis
al burgués sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis.
En definitiva, después de 15 años los recuentos tienen que ver más con el futuro esperanzador que algún día nos espera, que con los logros alcanzados por un modelo que ya es dos veces su propio gobierno anterior. Con razón dijo el poeta: “saber olvidar lo malo también es tener memoria”.