El expresidente colombiano y candidato al Senado Álvaro Uribe fue recibido hoy a tomatazos en Soacha, municipio cercano a Bogotá que durante su mandato fue epicentro del escándalo de los “falsos positivos”, asesinatos de civiles presentados por los militares como guerrilleros abatidos en combate. EFE
“Soacha no olvida los falsos positivos”, fue el grito que escuchó el exmandatario (2002-2010) en ese municipio, en el segundo episodio que sufre Uribe con ciudadanos tras enzarzarse el viernes pasado con un grupo de campesinos en la ciudad de Tunja (centro), que le forzaron a abandonar el lugar.
Escoltado por policías y por su esquema de seguridad que le protegió con escudos de los tomates pero no de los gritos de “asesino”, Uribe defendió sus propuestas de campaña para tratar de obtener un escaño en el Congreso, en las elecciones legislativas del 9 de marzo próximo, desde un forzado segundo plano en la tarima.
“Soacha: por cada tomate que me lancen o cada insulto contestaré con una propuesta de apoyo a campesinos productores”, dijo el expresidente horas después a través de su cuenta de Twitter.
Ya desde la tarima donde pronunció su discurso, Uribe exclamó este lunes: “Yo no me voy a acordar del tomate por la agresión, me voy a acordar del tomate por la necesidad de proteger a los campesinos productores y a todos los campesinos de Colombia. Amo a los productores de tomate”.
Por “falsos positivos” se conocen las ejecuciones extrajudiciales de civiles por el Ejército colombiano y que suman más de 3.000 casos, según organizaciones defensoras de los derechos humanos.
En Soacha fueron secuestrados gran parte de esas personas, en su mayoría jóvenes, luego reportados como guerrilleros abatidos en combate.
Allí nació una asociación conocida como “Madres de Soacha”, dedicada a denunciar y difundir el escándalo dentro y fuera de Colombia.
Uribe, quien gobernó el país durante ocho años y que ahora es el principal opositor al Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien fue su ministro de Defensa y delfín, optará a un escaño en el Senado al encabezar la lista del movimiento político Centro Democrático, fundado por él mismo.
El viernes, un grupo de campesinos ya se enfrentó con Uribe en Tunja y le obligó a salir del lugar entre recriminaciones del abandono al que, decían, condenó al campo durante su mandato y abucheos en favor de la paz y acusándolo de “paraco” (paramilitar).