Y hay mucho más. Vídeos de presos jugando fútbol con cráneos de otros presos, violaciones y maltratos a mujeres en recintos penitenciarios. Y la de este fin de semana pasado: “joven de 18 años falleció luego de pasar tres días en la discoteca Tokio del Centro Penitenciario de Aragua (CPA) ubicado en Tocorón. Al parecer la fémina pierde la vida a consecuencia de una sobredosis de droga, tras mezclar varias de ellas y el exceso de alcohol”. ¿Discoteca en una cárcel? ¿Tres días de rumba en un recinto penitenciario? ¿Drogas?
Y Maduro enfurece por la contra figura de una telenovela que “se echa al pico hasta a su mamá”, ha dicho. Pero también agregó que las telenovelas no son otra cosa “que la dramatización de la realidad”. Y esa es nuestra cotidianidad, como lo son los secuestros, la matraca de uniformados, la corrupción de los altos y medianos funcionarios, las peleas en los mercados por un kilo de harina o de pollo porque hay escasez de todo, hasta de papel toilette. ¿De eso no podemos hablar?
Las telenovelas son reflejo de la vida misma, de ella se alimentan los escritores y guionistas. Y eso es lo que hay. 200 mil muertos en los últimos 15 años con uno, dos, 20, 40 y hasta 100 balas para una sola víctima.
Las novelas no inventan tales atrocidades, ni las promueven, al contrario, las muestran y combaten con personajes heroicos que también existen y luchan por acabar con tan nefasta realidad…
Hace ya 7 años que no veo a Venevisión, exactamente desde el cierre de la decana de la televisión en Venezuela, RCTV. Lo he hecho como protesta personal y pacífica a una directiva que prefirió adecuarse a los requerimientos de un régimen militar, castro-comunista que ha venido cerrando medios, persiguiendo voces y acorralando a toda una ciudadanía.
Sin embargo pienso que no es censurando también a las telenovelas como vamos a comenzar a solucionar el problema de la violencia, sino con el ejemplo y el referente que tenemos a la vista es un hombre, Maduro, que al igual que su antecesor, ofende con el verbo y su tono, maltrata con la amenaza y persecución.
El interlocutor que el régimen ha colocado para una pretendida solución a la violencia conjuntamente con un sector de funcionarios públicos de oposición, no puede ser un ministro que con las armas robadas a la República, le cayó a tiros, aquél terrible 4F, a la Casona que albergaba a esa dama llamada Blanca Rodriguez de Pérez, hijas y nietos. ¿Cuál era la intención entonces del ahora ministro? Impunidad antes, impunidad ahora… Por eso estamos como estamos.
Siempre es bueno conocer la historia…son cosas de la vida misma.
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@nituperez