Familiares de los máximos dirigentes chinos, incluyendo el presidente Xi Jinping y el ex primer ministro Wen Jiabao, disimularon parte de sus fortunas en paraísos fiscales, revela el miércoles una extensa investigación de una red de periodistas.
Según los documentos financieros obtenidos por el Consorcio Independiente de Periodistas de Investigación (ICIJ), basado en Washington, cerca de 22.000 clientes originarios de China comunista o de la zona administrativa china de Hong Kong tienen vínculos con compañías “offshore” en los paraísos fiscales.
Entre ellos figuran millonarios procedentes del mundo de los negocios, como Yang Huiyan, la mujer más rica de China, o Pony Ma y Zhang Zhidong, fundadores del gigante de internet Tencent.
Los 2,5 millones de expedientes confidenciales examinados por el ICIJ revelan también un verdadero “who’s who” de la élite política de la segunda economía mundial, donde la riqueza de los dirigentes es un tema tabú porque la propaganda oficial los presenta como servidores desinteresados del pueblo.
Aparecen en la lista miembros de la Asamblea Nacional Popular (ANP, el parlamento chino), familiares del expresidente Hu Jintao, del ex primer ministro Li Peng y de Deng Xiaoping, quien supervisó a partir del final de los años 1970 la apertura de la economía.
También están implicados familiares de Xi Jinping, el actual jefe del Estado, y de Wen Jiabao, primer ministro entre 2003 y 2013, que en 2012 se vieron salpicados por investigaciones periodísticas sobre la fortuna colosal de sus familias.
Según el ICIJ, el riquísimo promotor inmobiliario e inversor Deng Jiagui, que contrajo matrimonio en 2006 con la hermana mayor de Xi Jinping, posee un 50% de una sociedad domiciliada en las Islas Vírgenes, llamada Excellence Effort Property Development.
Por su lado, Wen Yunsong -hijo de Wen Jiabao- creó en 2006 en el mismo paraíso fiscal una sociedad de la que era el único y accionista.
Aunque este tipo de sociedades y trusts “pueden no ser del todo ilegales”, cubren a menudo “conflictos de intereses y el uso de relaciones en la esfera del gobierno”, indicó al ICIJ Minxin Pei, profesor del Claremont McKenna College.
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Como era de esperar, tras la publicación de ese informe resultaba imposible conectarse desde el territorio chino a los portales internet del ICIJ y de los medios que participaron en la investigación, entre los cuales figuran el británico The Guardian, el francés Le Monde, el español El País y el hongkonés Ming Pao.
Interrogado sobre el contenido de los informes, el portavoz de la cancillería china, Qin Gang, afirmó que “la lógica del artículo no es convincente y sólo puede plantear dudas sobre sus motivaciones ulteriores”.
Las revelaciones llegan unos días después de la publicación en Hong Kong de una carta de Wen Jiabao, que clamaba su “inocencia” y desmentía cualquier malversación, tras la publicación en noviembre de un informe del New York Times sobre su hija Wen Ruchun.
Según ese informe, el banco estadounidense JP Morgan -cuya política de contratación de parientes de altos dirigentes chinos para obtener jugosos contratos es objeto de una investigación de las autoridades bursátiles norteamericanas- pagó 1,8 millones de dólares a la consultoría de Wen Ruchun entre 2006 y 2008.
Los documentos publicados por el ICIJ ilustran la manera en que la mujer, que operaba bajo el seudónimo de “Lily Chang”, pudo proceder para borrar cualquier rastro de conexiones entre su padre y su sociedad, Fullmark Consultants.
El marido de “Lily Chang”, Liu Chunhang, había instalado en 2004 su consultoría en las Islas Vírgenes británicas, y fue su único director hasta 2006, cuando le ofrecieron un cargo en la autoridad china de regulación bancaria.
Segín el ICIJ, un 90% de clientes de China continental han constituido entidades “offshore” en las Islas Vírgenes, a menudo con ayuda de firmas occidentales, entre ellas las helvéticas UBS y Crédit Suisse o el gigante de la asesoría PricewaterhouseCoopers (PwC).
Un 7% están instalados en las islas Samoa y un 3% en otras zonas. Los documentos también revelan la existencia de unos 16.000 clientes taiwaneses en paraísos fiscales.
El ICIJ precisó haber trabajado con más de medio centenar de organizaciones y medios de comunicación de todo el mundo para analizar los documentos.
AFP