Un promedio de cinco dirigentes sindicales fueron asesinados por mes el año pasado y el 83% de ellos ocurrieron en la industria de la construcción, según el último estudio del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) y la ONG Conflictove.org.ve
crangel@correodelcaroni.com/ Correo del Caroní
Durante 2013 la institución registró 59 asesinatos de trabajadores y dirigentes sindicales en el país, siendo el estado Bolívar el de mayor incidencia con 12 asesinatos, seguidos por Guárico, Miranda y Carabobo.
El incremento de esta violencia, destaca el informe Venezuela: violencia en el entorno laboral-sindical e impunidad en 2013, se enmarca en un contexto de suma conflictividad laboral, en el que el 41% de las protestas se circunscribieron a exigencias laborales.
De acuerdo con el monitoreo de la organización, mayo resultó ser el mes más violento y los resultados mantienen a Venezuela como uno de los países con mayor riesgo para defensores de derechos laborales y trabajadores.
En todos los casos la impunidad, la saña y el sicariato es una de las características claves de la violencia laboral sindical.
De fondo
El paralelismo y la venta de cupos de empleo se consolidan como las principales causas de la violencia en el sector construcción pese a las medidas legales expuestas en la Gaceta Oficial Nº 39.928 sobre el control de armas, municiones y desarme.
Según la ley, queda totalmente prohibida la tenencia de armas de fuego en los lugares donde se llevan a cabo construcciones tanto por empresas privadas como públicas.
“Aunque no se puede decir que estas muertes obedecen a una política de Estado, sí podemos afirmar que los responsables de ellas actúan con total impunidad, situación que viene repitiéndose -y en ascenso- en Venezuela en los últimos años”, reseña el informe.
Le preocupa al Observatorio, igualmente, la permisividad de las autoridades con algunos grupos que en los centros de trabajo llevan a cabo actividades reñidas con la ley. “En muchos casos las muertes de sindicalistas o trabajadores son consecuencia de acciones delictivas de estos grupos y no guardan relación con las luchas sindicales”, agrega.
Sobre esto, el ministro de Interior y Justicia, Miguel Torres, reconoció -durante el Gobierno de Calle- que en el estado Bolívar bandas delictivas se hacían llamar sindicatos para encubrir sus actividades delictivas, “haciendo lo que les da la gana en territorio del estado Bolívar, valiéndose del uso de un color determinando, y de armas largas amedrentando y extorsionando, ya no a los empresarios, sino a los trabajadores que laboran en una obra”, dijo.
Especial atención
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha ubicado a los dirigentes sindicales dentro del grupo de defensores que amerita especial atención debido a la situación de riesgo de violaciones a sus derechos humanos.
“Los Estados, además de reconocer la autonomía e independencia de los sindicatos, permitiendo el ejercicio libre de la libertad sindical, deben garantizar que ninguna persona sea privada de su vida ni agredida en su integridad personal como consecuencia del ejercicio de su actividad sindical” (OEA, 2012).
11 casos de sicariato a trabajadores y dirigentes se registraron en mayo en todo el país durante 2013
5 trabajadores mueren en promedio cada mes por causas asociadas a la violencia sindical
83% de los casos de violencia en un contexto laboral se dan en la industria de la construcción
(Datos del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social)