Todo el mundo habla de lo mismo: devaluación, inflación, escasez, inseguridad, indignación y ruina; se percibe la desesperanza de los venezolanos, siendo más afectados los jóvenes que no ven a Venezuela como el otrora país lleno de oportunidades que siempre fue.
Es una constante escuchar decir a los muchachos (casi con lágrimas en los ojos) que temen por su futuro. Y cuando digo muchachos es que me refiero tanto a bachilleres cursantes de estudios universitarios como a profesionales entre 23 y 30 años, incluso ya con postgrados. Los comprendo.
Ese mismo sentimiento aflige a quienes tenemos hijos. Cuando abordamos el tema junto a ellos no nos queda sino darles la recomendación de Winston Churchill en su discurso de graduación: “nunca te rindas”. Procuro transmitir el mensaje de que no hay que resignarse a soportar pasivamente que sigan acabando con nuestra patria. No bajaremos la cabeza y tampoco renunciaremos a la posibilidad de convertir nuestra Venezuela en un gran país; y eso no será posible si endosamos nuestra responsabilidad a otros.
Eres tú quien decide. No estoy hablando del voto, sino de ser más enérgico a la hora de protestar, que es ya. Venezuela no puede morir en nuestras manos.
Confieso que jamás imaginé que atravesaríamos por esta tenebrosa etapa que estamos viviendo. Ojalá tenga asidero el apotegma que reza: “cuando más oscura está la noche, más cerca está el amanecer”
Gozan con el engaño
La mentira y el cinismo son las banderas de estos últimos quince años de la vandálica revolución castrocomunista.
Maduro en la Asamblea Nacional habló de mantener el dólar a 6,30 Bs. y una semana más tarde Ramírez dijo todo lo contrario. Es una burla constante y sin el menor desparpajo. Pareciera que disfrutan engañando al pueblo. Cada día se reafirma la confesión hecha por Giordani a Guacaipuro Lameda en el sentido de promover la mayor pobreza entre la gente para poder someterlas y gobernarlas eternamente.
Quieren hacernos creer que la grave crisis económica es el resultado de la dizque buena fe con que han actuado siempre en el ejercicio del poder. Siento lástima por quienes aún les puedan creer. El ministro Ramírez le echó la culpa a los viajeros y a los “raspacupos” del problema con las divisas, pero no habla de las empresas de maletín que dilapidaron más de treinta mil millones de dólares en dos años. Porque sencillamente los encubren.
No tengo dudas: mientras el régimen castiga al pueblo seguirán los boliburgueses “raspando la olla”. Y Maduro esperando la llegada de su nuevo y lujoso avión de cien millones de dólares.
Horas aciagas
Horas aciagas vivimos en nuestro país. Algo ocurrirá. A lo lejos se escuchan susurros desesperados en búsqueda de honestidad y libertad. Probablemente en los cuarteles también se oyen.
No es fácil combatir esta felonía sin el apoyo de una fuerza militar: no para aniquilar al adversario, sino para que nos proteja en nuestras protestas cívicas, que cada día se multiplicarán.
Desde luego que es cuesta arriba la lucha, porque no luchamos contra demócratas, sino contra un totalitarismo perverso y sin escrúpulos.
Hay quienes esperarán que se presente el acontecimiento. Yo prefiero provocar el desenlace ¿Para qué esperar un acontecimiento si estamos seguros de que se producirá? Y mientras más tarde ocurra en peores condiciones dejarán al país.
¿Renuncia o diálogo?
¿Por qué no pedirle la renuncia a Maduro? Cuál es el miedo en decirle que su antecesor nos llevó al borde del precipicio y él nos está empujando.
Aquí lo que se impone es la renuncia. Desde luego, ello no implica que desechemos el diálogo. No para darle plazo, sino para ponernos de acuerdo cómo será la sucesión. Me inclino a favor de solicitarle la renuncia a él y a los magistrados del Consejo Nacional Electoral y a los del Tribunal Supremo de Justicia, para luego establecer un escenario electoral. Mientras eso no ocurra seguiremos en caída libre.
Manipular la opinión pública Vs manipular la historia
No puedo concluir esta columna sin referirme al remitido manipulador del gobernador de Carabobo.
En una sociedad como la sociedad carabobeña del presente, manipular la opinión pública es un proceso complejo y difícil que requiere de disposición importante de medios y recursos. Manipular la historia desde el poder, es más fácil y evidentemente puede dar más beneficios a los gobernantes. Si no, que se lo pregunten al comandante intergaláctico.
Ayer, el ciudadano gobernador, publicó un remitido en la prensa regional donde, además de manipular la historia, busca equipararse con “los guerreros de la independencia”. Establece el remitido que desde el Convento de San Francisco salieron las balas que cortaron la carrera de muchos de nuestros héroes. Lo dice el ciudadano gobernador, por la concentración que frente a este edificio realizáramos ciudadanos valencianos para conmemorar el 23 de enero, fecha de lo que creíamos era el fin de la última dictadura.
El convento de San Buenaventura o San Francisco, emblema de la educación carabobeña desde 1830 (hace 184 años), tiene una historia cultural muy rica para evocarla solamente como causante de una confrontación que, como el mismo gobernador dice, duro 26 días en el año de 1811. Esconde el remitido en cuestión la misma intención falseadora de la historia que siempre empleó el comandante supremo y eterno.
Ese lugar, queridos lectores, ha sido sede, desde 1830, de importantes instituciones carabobeñas, entre ellas: del Colegio Nacional de Carabobo, de la Universidad de Valencia o Carabobo (entre 1892 y 1904), del Colegio Federal de Primera Categoría, del Colegio Federal de Varones, del Colegio Páez, del Liceo Pedro Gual, del Instituto de Ciencias Políticas “Miguel José Sanz”, de la Biblioteca Pública, de la Escuela Normal “Simón Rodríguez”, de la Escuela de Ciencias Políticas “Miguel José Sanz” y desde 1958 sede de nuestra querida Universidad de Carabobo. Como vemos es un edificio cargado de educación, y por esta vía de ilustración y cultura. De manera que no tenemos el “espíritu realista”, ni somos agitadores, los que acudimos a la cita del 23 de enero frente al edificio de la Universidad, como pretende dejar ver el ciudadano gobernador. Somos ciudadanos que hacemos gala de nuestra condición de hombres y mujeres civilizados, provistos de disposición e ideas para no dejarnos avasallar por los gobernantes.
Otrosí: en lugar de un remitido público para distorsionar la historia, los valencianos le hubiésemos agradecido al gobernador que nos explicara la razón que lo motivó a entregarle al poder central lo que no le pertenece. “Valencia se respeta” sigue a la espera de su respuesta. Porque siendo Venezuela un Estado descentralizado, jamás podrá entender que el gobernador de Carabobo haya traicionado a sus electores. Quién sabe si esa traición tenga un interés crematístico y no revolucionario. Lo cierto del caso y haciendo una comparación como a estos enchufados les gusta, es oportuno reflexionar en cuanto a los decretos 664 y 666 que despojan a los valencianos de su patrimonio y preguntar; ¿quién es el realista: el que permite que la corona de Miraflores le arrebate los bienes a la provincia o, quien los protege?
@pabloaure