El problema no es CALLE, CALLE Y MAS CALLE, el problema es CUAL PROGRAMA tienen en su cabeza los que van a la calle y los que dicen que hay que ir a la calle.
Y cuando digo programa no estoy proponiendo un plan de gobierno y de Estado para reconstruir el país descuadernado e insólitamente en manos del hampa política y social-criminal que nos deja el chavismo, estoy hablando del PLAN de derrocamiento visible de esta peste de gobierno, con propuestas que sean comprensibles para todo el que esté dispuesto a no vivir un día más, bajo el oprobio de la ocupación castrista.
Lo más importante del momento es OFRECER como prueba de intenciones, un plan distinto y alternativo a la estúpida vuelta permanente al sistema electoral fraudulento del chavismo.
Quien quiera dirigir este proceso por definición subversivo con asertividad, tiene que ser portavoz de millones y no un ridículo aspirante a ser candidato a presidente dentro de 5 ó 10 años.
Déjenme decírselo más claro aún: aquí no hay lugar para “elegibles” por varios, quizá muchos años. Quien quera presidir este país tendrá que hacerlo por vías de hecho, de facto, de irrupción, de GOLPE…¿Se entiende?
Y no hay manera que nadie sea electo, al menos sin manipulaciones, porque primero hay que sacar a esta gente y luego hay que rehacer la nación, empezando por su registro civil, sus cédulas de identidad y pasaportes, su REP, su catastro de tierras devueltas a sus legítimos dueños y sin ninguna manos muertas estatista sobre el derecho de propiedad.
Primero habrá tenido que salir hasta el último de los funcionarios castristas de los registros y notarías y solventar los graves daños que hicieron y hasta volver a hacer nuestro censo de ciudadanos, sin chinos, cubanos, iraníes, colombianos FARC, nicas, etc.
Quien proponga como plataforma un diletantismo parlamentario y apagar luces como gran medida de protesta, no ha entendido que la gente se obstinó hace tiempo de regresar siempre a los mismos ejercicios rituales de precalentamientos electoreros, tributarios de la popularidad de la figurita mediática sustituta de todos los embaucadores que han desfilado a la cabeza de la llamada oposición.
Siempre dirán que no hay que regalar “los espacios ganados” y nunca se dan cuenta que solo hablan de sus espacios , de sus aspiraciones y planes personales, y no los de la causa que deberá ser insurreccional contra el régimen, que mientras tanto los puso a funcionar con esos espacios en su sistema político, convirtiéndolos en piezas funcionales a cambio de pequeñas compensaciones a sus vanidades y no para abrirle un ancho cause a la eventualidad de una ruptura y a la expulsión del régimen por la fuerza, al que no le pueden seguir ofreciendo caer suavemente sobre los colchones de su propia legalidad espuria.
Hubo que darse con los dientes en el suelo y empezar y ser amenazados gravemente, y ya ante evidencias con comer no perrarina que es de lujo, sino la dieta de la ración cubana de los Castro, para que por fin se entendiera que eso es tan real como la luz el sol, hasta para los lapones que la ven cada 6 meses.
Toda la confusión vino de enredarnos, con la complicidad de la Coordinadora primero y desde hace varios años la MUD, en esa amenaza de “participar” en su sistema y convivir, cohabitar, con su estafa, hasta convertirnos en súbditos de la maldita tiranía castrista. Y esto solo pudo ocurrírseles a tarados ideólogos, cultores de un despotismo utilitario, que siguen queriendo llegar a convertirnos en parias y a todos ellos en plutócratas billonarios con su corte de bolichicos.
Pero aquí NO PUEDEN constituir una dictadura totalitaria a la manera y características de los Castro, que Chávez mismo NO PUDO montar, así lo hubiera querido, aunque me digan que eso nunca estuvo entre sus propósitos, porque de ser cierto, entonces la única explicación que cabe es que él mejor que nadie sabía que toda esta estafa tenía los pies de barro, porque NUNCA hubo la tal revolución, y que como toda mascarada tendría los días contados y no como el régimen cubano, consolidado nada menos que luego de una expropiación TOTAL y minuciosa de toda propiedad, oficios y funciones personales, y que fue bautizado como pieza clave de un pacto de superpotencias termonucleares, de la extinta guerra fría.
Es por eso que se pudo convertir a todos en piezas serviles de una maquinaria opresiva del Estado comunista ruinoso, quedando solo la amargura del exilio como opción de libertad, si lograbas escapar de los tiburones del “mar de la felicidad”.
Por eso a esta altura del debate me parece una soberana estupidez seguir oyendo la famosa predica de los maniaco electoreros sobre que más que nunca hay que “patear calles” o su modalidad más impersonal que hay que agarrar para la calle, una y otra vez, en esa ritual postura de hacer en chiquito lo que ya se hizo con movilizaciones gigantescas, antes por los referéndums y después por los eventos de entretenimiento electoral.
Y cuando digo esto no es para desconocer el valor que pueda tener el entrenamiento de las conductas de rebelión cívica, pero no nos vengan por favor otra vez con las manitas blancas, porque ya sabemos que eso solo fue un negocio de muchos de esos dirigenticos para convertirse en becados de las clientelas y de los “líderes” de nuestra oposición mediática…y hasta rentable para cuñeros de TV y “programas de opinión”…
Menos aún nos vengan con candidatos escogidos por consensos del CNE chavista, porque creo que ahora, por fin, empezará a creérsenos a quienes dijimos que Chávez escogió, como su candidato opositor, a quien le vieron la mayor potencialidad de digestible…para decir lo mínimo.
La energía que invierten en querer “patear calles” en su versión más enaltecida, la de ejercer el derecho inalienable a la protesta, ojalá determine que para defender una manifestación de mil, deberá organizarse un centenar para impedir que las bandas criminales de los colectivos chavistas traten de sabotearlas.
A las bandas fascistas del régimen solo puede respondérseles con imponer así sea por medios violentos el derecho de manifestar donde, cuando y como nos dé la gana, y mientras eso no se haga el chavismo será el dueño de las calles.
No estoy planteando irse directo a la ilegalidad y a desconocer toda norma legal, estoy diciendo exactamente lo contrario: debemos imponer el criterio que el ilegal es el gobierno y más aún las prácticas político-delincuenciales de sus esbirros, desde la cúpula misma del Estado.
Al único tonto al que se le endilgan los muertos que procura y genera el gobierno y se lo cree, es el mismo que sale a denunciar la supuesta violencia de sus partidarios y trafica ocultando su infinita cobardía, exigiendo que abandonemos las calles cuando reclamábamos la victoria que nos fue birlada, para después volver compungido a su puesto de cuentadante.
La prédica de idiotas contra las FFAA, que da la excusa a la oficialidad para no irrumpir en la escena política y deponer a estos procónsules cubanos, so-pretexto de la legalidad constitucional, constituye el colmo de la barraganería de esta oposición, que ya es oficialmente parte integral del régimen con los gobernadores y alcaldes opositores cuentadantes a la cabeza.
Lo primero que debe proclamar abiertamente, cualquier aspirante a ayudar a dirigir este proceso de desquiciamiento de esta dictadura del malandraje madurista, para emprender la reconstrucción del país, es la exigencia a las FFAA para que sean decisivas en esta reorientación del Estado y dejen de ser los apandillados de Maduro en los desmanes contra la República.
No es una petición golpista es una exigencia de cumplimiento de los más elementales deberes de las FFAA como recurso último para reponer la legalidad constitucional, frente a un gobierno ilegitimo, que se convirtió cada vez más en un agente descarado y pueril de una potencia de chulos que es de hecho enemiga de nuestra nacionalidad y soberanía.
Manden al zipote el parlamentarismo, proclamen que no están interesados en candidaturas, ni en puestos de interlocutores de este régimen, porque este gobierno solo debe ser expulsado cuanto antes.
Si ese es el mensaje no propongan entonces apagar bombillos por 10 minutos, propongan apagar y derrocar el régimen, pónganse a las órdenes de las FFAA para que lo haga, para realizar esa tarea.
Los oficiales dignos deberán saber que en el camino confrontarán, desde la primera hora del nuevo régimen, la necesidad de la purga más severa y necesaria del malandraje, que se apropió de nuestras FFAA.
De ello habrá que deducir el retardo de la decisión final, porque nos la imaginamos como una operación dividida y con riesgos de fracaso, de desastrosas consecuencias. Para hacerlo bien y que la cirugía sea tan profunda como sea necesaria, lo mejor es que tarde lo que necesiten para garantizar su éxito. El tiempo juega es contra el régimen aunque debamos sufrirlo. Estamos infinitamente más cerca desde la muerte del “eterno” y aun mas de cuando el Dakaso.
El cucuteño deberá ir buscando donde será su exilio, de no extraditable mientras pueda, pero como es joven y tendrá millones de dólares, le recomiendo que no los ponga en manos de Fidel, porque se los coge, siendo lo único peor a la propuesta de escondite en la casa de una prima de la Primera Combatiente.