En el transcurso del día de hoy, se efectuó una reunión entre la delegación de representante de la OIT presentes en nuestro país y los parlamentarios que hacen vida en la Comisión de Desarrollo Social Integral de la Asamblea Nacional, durante el desarrollo de dicho encuentro el diputado de la Mesa de la Unidad, Miguel Pizarro manifestó que la Ley Orgánica del Trabajo para Trabajadores y Trabajadoras (LOTT) no fue consultada, “pudiendo ser discutida en la AN y ser producto de un consenso entre los actores, fue más bien enviada al ejecutivo vía Habilitante y sin discusión amplia, ni participación de actores distintos al partido de gobierno”.
Destacó que entre las actuales competencias del Ministerio del Poder Popular para el Trabajo está confiscar la libertad sindical y la discreción en la aplicación de la Ley lesiona a los trabajadores del país, “el Estado venezolano es el primer patrono del país y no tiene moral para acusar ni denunciar a nadie cuando es el mismo Estado quien no discute contratos colectivos, ha sido regresivo y confiscador de las conquistas sindicales, es el principal actor de la persecución sindical y de la criminalización de la protesta legitima. Además no garantiza la estabilidad económica y social a sus trabajadores y al país”, agregó que el Estado tiene la mayor cantidad de trabajadores contratados sin derechos sociales, ni estabilidad laboral alguna, dejando su futuro a merced de la confrontación política.
En el encuentro con los representantes de la Organización Internacional del Trabajo, el parlamentario opositor aseveró que en Venezuela hay cientos de dirigentes sindicales en juicios por su derecho a la protesta, y cientos de gremios desconocidos desde el poder por su concepción política, “así como miles de trabajadores reclamando sus derechos y siendo discriminados por sus actitudes de protesta, denuncia o posición política frente al gobierno”.
Pizarro señaló que el tema no es solo de leyes, “es de voluntad política. Los hechos ocurridos en el año 2002 no puede ser la eterna excusa para no dialogar y no reconocer la necesidad de que en nuestro país exista una instancia ‘tripartita’ que permita concretar y avanzar en medidas y decisiones necesarias para el progreso del país”, y reiteró la necesidad de un espacio de diálogo transparente y serio para el debate entre el Gobierno, los patronos y los sindicatos, plural y sin control político.
Finalizó el diputado insistiendo en que este tipo de reuniones deben servir para que se entienda que la miopía política solo genera malos diagnósticos y “esos malos diagnósticos generan las crisis que hoy vivimos los venezolanos. Diálogo es reconocer los problemas, es escuchar y aceptar las críticas, es entender que los temas laborales y sociales deben servir para entre todos construir los consensos necesarios para que nuestro país avance”. Exhortó al gobierno a un diálogo “sin piedras”, donde se reconozcan las partes y el debate sea sincero, “sin distorsiones y donde lo normal no sea visto como extraordinario”.