En este particular, una de las iniciativas que redundaría en grandes beneficios, en el mediano y el largo plazo, para los habitantes de estos ámbitos territoriales, sería el que se redoblen los esfuerzos y se trabaje coordinada y mancomunadamente, en el diseño e implementación de acciones económicas, técnicas, legislativas, de organización social y de fortalecimiento de los organismos públicos, entre otras, alineados a planes de reducción del riesgo y de mitigación de las consecuencias adversas de los posibles desastres, anticipándose a situaciones de emergencia que año tras año se suceden en cada región, (vinculadas a fenómenos naturales o antrópicos), todas agravadas por las condiciones de vulnerabilidad de los asentamientos humanos.
Me pregunto, por ejemplo, porque esperar a que en el periodo o temporada de lluvias se vuelvan a inundar comunidades sin que se hayan identificado y atendido las condiciones que la facilitan, o que no se cuente con instalaciones y logística para darle una adecuada, digna y eficiente atención temporal a los afectados. Porque no tomar previsiones para que las mismas precipitaciones no afecten tan severamente aéreas de desarrollo agrícola y pecuario, se altere la cadena alimentaria, se agudice el desempleo, e inexplicablemente no se disponga de mecanismos de transferencias del riesgo vía aseguramiento, que proporcione los recursos financieros para afrontar la situación y propiciar la mas pronta recuperación de las actividades socio productivas.
Esto presupone la incorporación de la variable riesgo en materia de legislación y políticas públicas, respecto a aspectos como la planificación del desarrollo, uso de los suelos, ordenamiento del territorio, financiamiento de obras públicas, educación, etc., es decir aumentar la capacidad de resiliencia y disminuir la vulnerabilidad ante los desastres, teniendo como principales protagonistas a los líderes naturales; Alcaldes, Concejales y la comunidad organizada.
@Angelrangels