Un total de 88 países competirán en los Juegos Olímpicos de invierno más caros de la historia, los de Sochi (Rusia), donde mañana, jueves, arrancará la competición y el viernes se celebrará la Ceremonia Inaugural de la XXII edición de la más grande expresión deportiva internacional sobre nieve y hielo.
Adrian R. Huber/EFE
Sochi, balneario a orillas del Mar Negro, será la sede de unos Juegos cuyo epicentro en realidad se encuentra en la localidad de Adler, prácticamente pegada a la anterior, que es donde se disputarán todas las disciplinas de hielo: el patinaje artístico, el de velocidad -en pista larga y corta-, el hockey y el curling.
Las de nieve se encuentran en las montañas del Cáucaso, en Krásnaya Poliana, donde se destacarán las pruebas del deporte rey invernal: el esquí alpino.
Sochi, situada 1.360 kilómetros al sur de Moscú, fue elegida como sede en 2007, en la Sesión del Comité Olímpico Internacional (COI) que tuvo lugar en Guatemala, donde derrotó a la localidad austriaca de Salzburgo y a la surcoreana de PyeongChang, que será sede de la XXIII edición, dentro de cuatro años.
Pero a diferencia de esta última -que se presentó tres veces antes de ser elegida- y muchas otras, Sochi salió ganadora en su primer intento. Algo que no pocos explican en relación con la presencia del poderoso Presidente ruso, Vladimir Putin, en la citada elección que tuvo lugar en tierras guatemaltecas.
Rusia, que organizó en 1980 -de aquella, como Unión Soviética- los Juegos de verano de Moscú, albergará por primera vez una cita invernal. Y lo hará sin ningún tipo de restricciones en el gasto.
El presupuesto inicial, de 12.000 millones de dólares, se disparó hasta los 50.000 -41.700 millones de dólares más que lo que costaron, hace cuatro años, los Juegos de Vancouver (Canadá)-, por lo que Sochi, con clima húmedo subtropical, organizará los Juegos más caros de la historia.
Hasta el momento, más que de competición se ha hablado de todo tipo de cuestiones extradeportivas. Especialmente de corrupción, terrorismo y homofobia. Sobre Sochi pende la amenaza de atentados, como las agresiones suicidas que tuvieron lugar a final del año pasado en Volgogrado.
Rusia no sólo afronta los problemas derivados de los conflictos territoriales en Chechenia y Daguestán. También están relativamente recientes los de Osetia del Sur y Abjasia, república que busca la separación de Georgia y que prácticamente limita con Adler.
Debido a ello, los de Sochi -localidad en la que nacieron el tenista Yevgueni Kafelnikov y el futbolista Igor Lediakhov, entre otros- serán los Juegos de las medidas de seguridad extremas: en la zona olímpica se han desplegado 60.000 unidades del ejército ruso.
La corrupción ayudó a inflar el coste de la organización y algunos activistas pidieron el boicot a unos Juegos que consideraban homófobos. El alcalde local, Anatoli Pajomov, intentó diluir la polémica de forma peculiar, al declarar que los homosexuales serían bienvenidos mientras no intentasen “imponer sus costumbres”, pero la avivó al afirmar al mismo tiempo que en Sochi “no” los “hay”.
Al fin se empezará a hablar de deporte, en unos Juegos en los que se estrenará como presidente del COI el alemán Thomas Bach, elegido en la Sesión del pasado mes de septiembre en Buenos Aires. La que acabó con el sueño olímpico de Madrid, en benefició de Tokio, que albergará los Juegos de verano de 2020.
A partir de mañana comenzará la competición de unos Juegos que se inaugurarán el viernes y que desde la primera -en la competición masculina de ‘slopestyle’ de snowboard-, el sábado; hasta la última -la final de hockey hielo masculina- repartirá medallas en un total de 98 pruebas. Doce de ellas nuevas.
En abril de 2011 el COI aprobó la entrada en el programa olímpico de la prueba por equipos de patinaje artístico, los saltos femeninos de esquí nórdico, los relevos mixtos de biatlón, el ‘halfpipe’ de esquí -masculino y femenino- y los relevos de luge por equipos.
Tres meses después, añadió otras seis especialidades: el ‘slopestyle’, tanto de esquí artístico, como de ‘snowboard’, en el que incluyó el eslalon paralelo. Tanto para hombres como mujeres.
En total 88 países, seis más que en Vancouver, competirán en unos Juegos en los que la delegación más amplia será la de Estados Unidos, con 230 deportistas, cinco más que el anfitrión; y con nueve sobre Canadá, que hace cuatro años ganó el medallero en casa. En unos Juegos en los que reinaron la fondista noruega Marit Bjoergen, que capturó tres oros, una plata y un bronce, y la patinadora de velocidad en pista corta china Wang Meng, triple campeona olímpica.
España lleva veinte deportistas -su delegación más amplia en una cita invernal-, entre los que destacan el doble campeón de Europa de patinaje artístico madrileño Javier Fernández -abanderado en la Ceremonia Inaugural- y la esquiadora alpina andaluza Carolina Ruiz, así como dos ‘snowboarders’: la catalana Queralt Castellet (que competirá en ‘halfpipe’) y el vasco Lucas Eguibar (boardercross).
Los hispanos buscan la tercera medalla invernal de toda su historia. Hasta la fecha cuenta dos, en esquí alpino: el oro de Francisco Fernández Ochoa, en el eslalon de Sapporo’72 (Japón); y el de su hermana Blanca, en el de Albertville’92 (Francia).
El calendario de Sochi’14 integra quince modalidades deportivas, encabezadas por el esquí alpino, el patinaje artístico, el hockey hielo y los saltos de esquí nórdico. A los que se unen el biatlón, el bobsleigh, el esquí de fondo, el curling, el luge y la combinada nórdica; así como el esquí acrobático, el patinaje de velocidad -en pista corta y en pista larga-, el skeleton y el snowboard. EFE