Recientes estudios científicos consideran que las bebidas dietéticas pueden provocar depresión. ¿Esto es realmente cierto? Parecería que sí, pero en personas en edad adulta a partir de los cincuenta años de edad, mientras que los efectos en menores no es tan grave. ¿Quieres conocer si tu estado de ánimo está relacionado con lo que bebes día a día? Informe21
Las pruebas científicas
El estudio científico utilizó a 263.900 adultos entre 50 y 71 años que bebían regularmente bebidas de todo tipo entre 1995 y 1996. Aproximadamente diez años después, las mismas personas fueron preguntadas sobre si se les había diagnosticado depresión a partir del año 2000.
Las personas que bebían a diario cuatro o más latas de refresco tenían un 30% más de probabilidades de padecer depresión que quienes bebían menor cantidad. Pero las personas que bebían bebidas de dieta aumentaban el riesgo un 31% más. Aquellos que bebían bebidas frutales dietéticas tenían un 51% más probabilidades de sufrir depresión.
Por contraste, aquellas personas que bebían cuatro tazas de café al día tenían un 10% menos de probabilidades de padecer depresión que quienes no tomaban café.
¿Por qué sucede esto?
El estudio solo encontró una posible explicación al vínculo entre la depresión y los refrescos dietéticos: en el estudio se tomaron en cuenta los factores que podían alterar los resultados –edad, sexo, educación, tabaquismo, ejercicio físico, índice de masa corporal–; sin embargo el punto clave es un historial familiar relacionado con la depresión y las situaciones estresantes a las que se vio sometido en su vida, además del hecho de que las personas mayores tienen más probabilidades de tener este tipo de eventos negativos en su vida –por ejemplo, la muerte de un ser querido o una enfermedad–.