Sobran razones para protestar contra este gobierno inepto, corrupto y autoritario. La situación es tensa porque la élite cubano-militar que ejerce el poder sabe que Maduro no tiene el liderazgo para sostener al régimen, que el gobierno se ha agotado y nada tiene que ofrecer, por eso necesitan apelar a la represión para encapsular la protesta, evitar que se extienda y pueda gestarse un robusto movimiento. Es así como Nicolás termina con las manos ensangrentadas. Además de la larga lista de presos políticos, ahora tiene en su haber la muerte de estudiantes que ejercían su derecho a la protesta.
Sabemos que este gobierno ha promovido una cultura de odio y la división de la familia venezolana, se ufana de ser una “revolución ?armada” y se apoya en unas supuestas “milicias populares”, protege a grupos delincuenciales llamados “colectivos”, tiene un inocultable rasgo militarista y un largo historial como violadores de DDHH. Sin embargo, conocemos ya el libreto: Intentarán mostrar que es la oposición golpista y la derecha quien recurre a la violencia. Seguramente insistirán en culpar a la CIA, al Imperio y repetirán las mismas zoquetadas de estos 15 años. Utilizarán la violencia para ocultar su fracaso, justificar más represión y propiciar condiciones para un autogolpe, suspender las garantías o encontrar una salida a este laberinto en que se encuentran.
Las fuerzas democráticas deben mantener la protesta en la calle pero conscientes que la violencia es el juego del gobierno, son ellos los beneficiarios de la anarquía. Es ruta es una salida para el gobierno y difícilmente conduzca a la salida del gobierno. Más bien, preocupa que los extremistas abran una puerta a los que están atrapados en sus fracasos y contradicciones. Por esa vía quizás estemos facilitando el ascenso de algún Diosdado al poder y el remedio sea peor que la enfermedad. Nunca olvidemos que son ellos los golpistas. Lo otro, tan importante es decidir colectivamente la ruta como transitarla en unidad, tampoco olvidemos que fracturar a las fuerzas democráticas es un objetivo primordial del gobierno.
Por otra parte, si la protesta tiene como motivación el 350 o “Maduro vete ya”, se estará distanciando de los problemas reales y será más difícil popularizar un movimiento para el cambio. ¿Quién defiende a la clase media y a los pobres, azotados por el hampa, la escasez y la inflación? Al gobierno le interesa esa lucha abstracta y vacía, antes que una oposición que aborde la crisis hospitalaria o el caos de los servicios, que defienda el salario de los trabajadores y acompañe sus angustias. Estando claros que con este gobierno es imposible superar la crisis que agobia al país, una lucha con profundo contenido social y una sólida organización de base en los sectores populares son esenciales para consolidar una vigorosa fuerza de cambio. La ilusa consigna de la “marcha sin retorno” resume las carencias de una lucha sin motivación social y hoy eso es -más que una ingenuidad- una estupidez.
Twitter: @richcasanova
(*) Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Venezuela. #YoSoyProgresista