El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió el martes a su par afgano, Hamid Karzai, que está preparando una retirada total de las tropas en Afganistán, pero no descartó firmar un acuerdo bilateral de seguridad para mantener una misión después de 2014.
En una conversación telefónica con el líder afgano luego de que éste se negara a firmar un Acuerdo Bilateral de Seguridad (BSA, por su sigla en inglés) con Washington, Obama dijo que no le quedaba al Pentágono otra opción que seguir adelante con el retiro total de las tropas, anunció la presidencia en un comunicado.
“El presidente Obama dijo al presidente Karzai que como él ha demostrado que es improbable que firme el BSA, Estados Unidos está avanzando en la planificación de contingencias adicionales”, señaló la declaración.
Obama “pidió al Pentágono implementar distintos proyectos para prepararse para la eventualidad de un retiro (de las tropas de la OTAN de Afganistán) antes de fin de año”, señaló.
Karzai se niega a firmar el acuerdo, considerando que esa responsabilidad debe caberle a su sucesor, que será elegido en abril.
La “opción cero” de Estados Unidos es retirar a todas sus tropas de Afganistán tras haber permanecido en el país por 13 años. La intervención fue iniciada luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 con el fin de desplazar del poder a los talibanes, que brindaban apoyo a Al-Qaida y a su líder Osama bin Laden.
Periodo de incertidumbre
En caso de que las tropas norteamericanas abandonaran por completo el territorio, se abriría un período de incertidumbre en un país cuyo gobierno es muy frágil y debe su supervivencia al apoyo internacional, militar y civil.
Sólo el mantenimiento de las fuerzas armadas afganas tuvo un costo en 2013 de unos 6.500 millones de dólares, asumidos en su gran mayoría (5.700 millones) por Estados Unidos.
Washington presionó durante largo tiempo a Karazi, con quien tiene muy malas relaciones, a que firmara el BSE antes de su partida, en abril, estimando que de lo contrario no tendría tiempo para preparar, en sólo ocho meses, una fuerza residual de 15.000 hombres antes de fin de año, fecha fijada para su retiro de Afganistán.
A fines de enero, Estados Unidos contaba con 34.000 soldados en Afganistán, mientras los otros países de la fuerza internacional aportaban unos 19.000.
“Si se firma un BSA y un gobierno afgano se compromete a una asociación” con Estados Unidos, “sería posible” mantener “una misión limitada” de tropas norteamericanas después de 2014, y “ello convendría” a ambos países, explicó Obama a Karzai, según la Casa Blanca.
Esa misión estaría consagrada “a la formación, la asesoría y la asistencia de las fuerzas afganas”, así como a “la persecución de los últimos miembros de Al-Qaida” operativos en Afganistán, agregó.
“Dejaremos por consiguiente abierta la posibilidad de concluir un BSA con Afganistán más tarde este año. Sin embargo, cuanto más tiempo estemos sin BSA más difícil será que implementemos alguna misión estadounidense, del tipo que sea” después de 2014, señaló la presidencia.
Dos senadores republicanos, habitualmente críticos de la política exterior de Obama, esta vez respaldaron su actitud.
“Si nos vamos por completo, pasará lo mismo que en Irak: flamearán en el país las banderas negras de Al-Qaida”, dijo John Mccain, mientras Lindsey Graham sostuvo que “mientras más se espere por la firma de un BSA más difícil será planificar” una presencia militar adecuada en Afganistán.
Como Obama, ambos son contrarios a la “opción cero”.
AFP