El enfrentamiento fue entre civiles, vecinos del mismo barrio. “Maldita sea”, le dijeron siete veces a una residente de la urbanización Vista Lago después que partió un contingente de la Guardia Nacional con 38 motorizados, 27 uniformados, dos camionetas y una ballena. Llegaron poco antes de las 9.00 de la mañana a Isla Dorada porque sus vecinos cerraron el único puente que los une con tierra firme. Una de las mujer llamó a los militares, abrió la puerta de la urbanización y les pidió entrar y que apresaran a sus vecinos. La maldijeron sin titubeos minutos después del enfrentamiento. laverdad.com / Juan José Faría
Ahí hubo al menos dos heridos de perdigones y varios afectados por el humo de los cauchos quemados. Uno de los militares, con acento caraqueño, se quejó de que no era una protesta pacífica. Está cansado, aburrido. Dijo que escuchó siete detonaciones de pistola y que los manifestantes los atacaron lanzándoles metras con una honda. Mientras lo negaban, un libanés que apenas golpea el español se quejó a gritos. Su nombre no es importante, dijo que amenazó a la Guardia Nacional a todo pulmón: “Si ellos tienen balas, los manifestantes tienen corazón por Venezuela”.
El diario La Verdad contó 179 barricadas en 14 sectores al norte, centro y sur de la ciudad. Pocos transeúntes, pero menos carros y comercios abiertos. Los trabajadores que fueron sorprendidos por la protesta general en sus sitios de trabajo debieron caminar kilómetros hasta el casco central, desolado desde las 10.00 de la mañana y sin ningún carro por puesto o carretera que transitar. Había basura, capuchas, calles bloqueadas, aceite desparramado por el asfalto, cenizas de cauchos y banderas tricolor. También había motorizados en las calles, rabia contenida y un ilusorio sentimiento de triunfo. La ciudad se bloqueó, cual domingo de resurrección o 1 de enero, desde las 9.00 de la mañana.
La rabia explotó en varias zonas. Justo debajo del aviso que identificaba la calle 19A de Llano Alto, a un lado de Bicentenario, los gritos acallaban los insultos y el Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia vigilaba la escena distante. Eran como 19 funcionarios que hicieron una barricada humana con escudos de la Guardia Nacional mientras los civiles se insultaban. Los muchachos parecían vestidos con pijama, zapatos de goma y ni un rastro de sol en sus rostros. Los otros, del otro bando, ya tenían la piel tostada del sol que pasan haciendo cola para comprar comida.
Matilde Ojeda dijo que llegó a las 2.00 de la madrugada a comprar Harina Pan con 200 bolívares en el bolsillo. A las 9.00 de la mañana les avisaron que no abrirían las puertas por la protesta, así que se fueron en grupo a atacarlos. Los muchacho de pijama no se dejaron y gritaron motivos: delincuencia, escases de comida y dólares, violencia, crisis eléctrica y poca gobernabilidad. Los otros gritaban ¡hambre!. La Policía miró, hasta que llegaron a un acuerdo. La cola volvió a las 11.00 de la mañana, pero la intolerancia se alimentó sin aguardar bajo el sol. La división se acentúa con cada protesta.
Datos
7 policías regionales custodiaron una protesta en Delicias. Tenían escudos prestados de la Guardia Nacional.
1 camión de Pepsi fue saqueado y quemado en Cecilio Acosta con Universidad. No hay detenidos.
1 metro y medio de alto tenía una barricada en la avenida principal de Primero de Mayo.
50 militares sitiaron Isla Dorada en la mañana. Se fueron una hora después.
En la zona de fuego
Isla Dorada, Llano Alto, Lago Azul, Torres de El Saladillo y 5 de Julio fueron los sectores en donde arreció la protesta. Manifestantes se enfrentaron, quemaron cauchos, basura, hicieron barricadas. Hubo enfrentamientos.