A un año de su fallecimiento, el proyecto socialista de Hugo Chávez está sumido en una profunda crisis con un líder notablemente debilitado que es atacado desde múltiples flancos y una economía en ruinas que aviva las llamas del descontento, dijeron analistas a El Nuevo Herald.
Antonio Maria Delgado
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Chávez, cuya muerte fue anunciada el 5 de marzo del 2013, fue amado y odiado simultáneamente por millones de venezolanos y su sombra sigue marcando la pauta política en la nación petrolera.
El régimen político que estableció es ahora capitaneado por Nicolás Maduro, uno de sus más cercanos colaboradores, pero no hay dudas de que el fallecido mandatario sigue siendo el eje central del movimiento.
“Todos los días le pido a Dios que cuide el alma de Chávez”, dijo Raimundo Villanueva en declaraciones transmitidas por la agencia Associated Press.
Villanueva —quien viajó cinco horas en autobús para rendirle tributo en su mausoleo en Caracas— dijo que Chávez lo fue todo para él, “hermano, tío, amigo y camarada”.
Lo que aún está por verse es si también terminará siéndolo todo para la “revolución bolivariana”, incluyendo su inicio y su final, cuando el proyecto languidece bajo una de las mayores crisis políticas y económicas en la historia reciente del país.
Para Guillermo Lousteau, presidente de la ONG Interamerican Institute for Democracy, es posible que el chavismo no logre sobrevivir el fallecimiento de su fundador.
“Es posible que un hombre como Chávez hubiese sido capaz de manejar políticamente una crisis de estas dimensiones, pero Maduro da muestras de que no está en condiciones de hacerlo”, dijo Lousteau.
“La situación económica es irreversible. Desde hace más de un año se veía venir y el chavismo no cuenta con competencia [técnica] para resolver el tema”, explicó Lousteau desde Miami.
Maduro parece estar caminado sobre un campo minado. A lo largo del último año, ha estado tropezando con una grave crisis tras otra, perdiendo en cada traspiés el capital político que heredó de Chávez.
Según las últimas encuestas, su nivel de aceptación actualmente está apenas por encima del 20 por ciento, lectura que era un poco más del doble hace un año.
Y el mandatario ahora es asediado por multitudinarias manifestaciones de protesta, emprendidas todos los días en su contra desde hace un mes.
La situación no luce mejor en el plano internacional ante la decisión adoptada por Maduro de enfrentar las manifestaciones con una brutal represión que hasta el momento ha dejado un saldo de al menos 18 muertos, alrededor de 250 heridos y cerca de 1,000 detenidos, incluyendo el líder opositor Leopoldo López.
El martes, la Cámara de Representantes de Estados Unidos expresó su condena al gobierno de Venezuela y a sus “inexcusables” medidas de represión contra manifestantes y líderes de la oposición.
Además de las reacciones de los congresistas de EEUU, las acciones de Maduro le han ganado reprimendas de distintos sectores de la comunidad internacional, desde la Unión Europa y las Naciones Unidas hasta de la estrella del pop Madonna, quien en su cuenta de instagram expresó: “Aparentemente Maduro no está familiarizado con el término ‘Derechos Humanos’. El Fascismo está vivito y coleando en Venezuela”.
La represión, que incluye los disparos de agentes del orden y grupos paramilitares contra los manifestantes, está terminando por arrebatarle la careta democrática a un régimen intrínsecamente autoritario, declaró recientemente la diputada de la oposición María Corina Machado.
Para Mark Jones, quien preside el Departamento de Ciencias Políticas de Rice University, en Houston, Texas, no hay dudas que el chavismo se ha tornado ahora más represivo bajo el mando de Maduro.
“Se ha vuelto mucho menos democrático, aún cuando ya con Chávez la situación del país era tan dramática, que le quedaba muy poco espacio para descender dentro del campo del autoritarismo”, dijo Jones, especialista en el estudio comparativo de las democracias.
“Es muy difícil en este momento decir que Venezuela disfruta de un régimen democrático sin modificar la definición de ese concepto hasta el extremo de perder todo su significado”, enfatizó.
La ola represiva contra la población se produjo en medio de los esfuerzos de Maduro por tratar de mostrarse fuerte cuando gran parte de los distintos sectores de la población lo perciben como un mandatario débil, que opera bajo el tutelaje del sector militar, al cual le ha cedido grandes cuotas de poder.
Jones dijo que el gobernante venezolano se encuentra en una situación muy vulnerable ante la actual crisis económica, marcada por la más alta tasa de inflación del planeta y agudos problemas de desabastecimientos que llevan a millones de venezolanos a hacer colas diariamente por varias horas para ingresar a tiendas con estantes vacíos.
El que eso esté sucediendo en el país se debe al colapso del modelo populista chavista, en el que los ingresos por concepto de las exportaciones de petróleo son insuficientes para sostener el elevado costo de los subsidios chavistas y los productos que ahora deben ser importados porque dejaron de ser producidos en el país, explican economistas.
El colapso del modelo se produjo cuando Chávez aún estaba con vida. Pero las últimas medidas adoptadas por Maduro para ejercer un control estatal aún mayor sobre la economía, solo han servido para agravar la situación.
“El principal problema que enfrenta Maduro es económico, y está basado en su mal manejo de la economía, que está agravando la situación, causándole problemas a él personalmente y erosionando el respaldo del chavismo en los sectores populares”, dijo Jones.
Una encuesta publicada recientemente por Gallup, respalda esa aseveración.
“Las señales de frustración y de ira que están en evidencia en las calles de Venezuela en febrero eran visibles a finales del año pasado, cuando las calificaciones que los venezolanos le daban a su nivel de vida cayeron hasta sus más bajos niveles en años”, dijo la encuestadora estadounidense en un estudio divulgado a finales de febrero.
El porcentaje de venezolanos que consideraban que su situación era buena cayó drásticamente a 45 por ciento desde el 57 por ciento en que se encontraba el año anterior, al tiempo que el porcentaje de personas que esperaban un empeoramiento de la economía saltó a 62 por ciento, desde el 22 por ciento del año anterior.
La posibilidad de que el chavismo pierda respaldo de sus bases populares podría incrementar la presión sobre Maduro para que se aparte del poder.
Eso ya comenzó a producirse en las manifestaciones que están las calles, emprendidas principalmente por estudiantes universitarios, opositores, y con más frecuencia, residentes de los sectores populares que tradicionalmente votaron a favor de Chávez.
“Pero la dificultad mayor que tiene Maduro no es la oposición, sino el chavismo, ante la incapacidad de manejar la situación que está mostrando ante su propia gente”, advirtió Lousteau.
El actual jefe del chavismo está proyectando la imagen de que está siendo superado por las circunstancias.
“Da la sensación, como diría un boxeador, de estar ‘grogui’. Está mareado, no sabe para donde apuntar, lanza manotazos desesperados sin darle a nadie y cada vez más la situación se le va a poner peor”, comentó.