Un gas lacrimógeno es un tipo de arma química que puede producir rápidamente irritación o incapacitación sensorial, que desaparecen poco tiempo tras cesar la exposición. El calificativo de “gas lacrimógeno” es un término general para cualquier compuesto químico que se utilice para incapacitar temporalmente mediante la irritación de los ojos y/o del sistema respiratorio. Cualquier compuesto químico que produzca estos efectos se puede llamar lacrimógeno, pero “gas lacrimógeno” implica un producto químico escogido por su baja toxicidad y por no ser letal.
Todos causan lagrimeo excesivo e irritación. La cloroacetofenona (CN), el clorobenzilidenomalononitrilo (CS) y la dibenzoxazepina (CR) son los gases lacrimógenos más utilizados. Estos compuestos químicos tienen los mismos efectos básicos.
La cloroacetofenona, conocida como compuesto CN, es un agente lacrimógeno que estuvo en desarrollo a finales de la Primera Guerra Mundial y poco tiempo después, fue utilizado ampliamente por las fuerzas de la policía. Es intensamente irritante para los ojos y las membranas mucosas de la nariz y del tracto respiratorio superior.
El clorobenzilidenomalononitrilo, mejor conocido como agente CS, es un compuesto lacrimógeno desarrollado por dos norteamericanos, Ben Corson y Roger Stoughton, en Middlebury College en 1928, inicialmente para reemplazar el agente CN, para uso de la policía, pero que posteriormente fue ampliamente utilizado en el campo de batalla.
De acción más rápida que el CN, es intensamente irritante para los ojos y las membranas mucosas de la nariz y el tracto respiratorio superior. También es un irritante general de la piel. Al ser utilizado como gas lacrimógeno, se puede diseminar como un aerosol generado pirotécnicamente, como una nube de polvo o, en solución, como un aerosol líquido. En los mecanismos de rociador, los solventes transportadores en uso incluyen el cloruro de metileno, la acetona y la metilisobutilcetona, mientras que los propulsores incluyen el nitrógeno, el dióxido de carbono y el butano.
Como efectos directos ante la exposición a este agente lacrimógeno, luego de la inhalación se presenta irritación de la nariz, la garganta y el tracto respiratorio superior y de la piel luego del contacto directo. En los ojos, por su parte, el contacto directo a bajas concentraciones causa irritación intensa de los ojos y lagrimeo abundante.
La irritación ocular y del tracto respiratorio es inmediata y acentuada a concentraciones de hostigamiento de 4 mg/m3. La recuperación es generalmente completa luego de 30 minutos de haber cesado la exposición, pero algunos signos pueden persistir por más tiempo.
Los tiempos aproximados de recuperación luego de la exposición al gas CS son: agudeza visual (unos pocos minutos), incomodidad torácica (5 minutos), tos y dificultad respiratoria (10 minutos), lagrimeo (hasta por 15 minutos), salivación (15 minutos), sensaciones cutáneas (15 minutos), inyección de la conjuntiva ocular y sensación subjetiva de irritación ocular (25-30 minutos) y eritema de los bordes palpebrales (1 hora).
Las soluciones de CS causan irritación de la piel, a menudo como una respuesta de dos fases, con un eritema (enrojecimiento) inicial que se presenta en unos pocos minutos luego de la exposición y permanece por cerca de 1 hora, seguido por unas 2 horas después de un eritema retardado que persiste por 24 a 72 horas. Sin embargo, en algunas oportunidades el inicio de este último puede darse hasta 12 horas a 3 días después de la exposición, acompañado de vesículas, ampollas y costras que pueden aparecer en la piel, tomando para la recuperación de dichos daños cutáneos varias semanas.
Como irritante sensorial periférico el CS es cerca de 10 veces más potente que el CN. Los estimados de la dosis letal media para humanos, con base en las extrapolaciones de los datos animales, son inciertas y se encuentran en el rango de 25.000 a 150.000 mg.min/m3. Tanto el tamaño de las partículas como el método de dispersión afectan la toxicidad pulmonar. Las concentraciones letales causan daño pulmonar que conlleva a la asfixia y falla circulatoria o a bronconeumonía secundaria y daños en el tracto respiratorio.
Principales signos clínicos de toxicidad por CS
Luego de la exposición, el afectado presentará ardor y sensación de quemadura en los ojos, lagrimeo, rinorrea, salivación, blefaroespasmo, inyección de la conjuntiva, estornudos y tos que se desarrollan rápidamente a concentraciones de hostigamiento. Puede incluso haber dolor y sensación de opresión torácica. La piel expuesta, en particular las áreas húmedas, comienza a arder y a sentirse quemada después de unos pocos minutos, seguido por el eritema local. Algunas personas también pueden sentir náuseas y presentar vómitos.
Cuando se disemina el CS en un solvente transportador, la exposición a este último puede incluso complicar más la situación, debido a que pudiera depositarse más CS en la piel y los ojos con este procedimiento y tanto la irritación ocular como la de la piel ser más severas y persistentes. En estas situaciones es común la aprensión y sumado a la exposición al CS, puede haber un aumento transitorio de la presión sanguínea y de la frecuencia cardíaca.
Se pueden presentar crisis asmáticas en individuos susceptibles. Los pacientes bronquíticos crónicos pueden sufrir de bronqutis aguda y bronconeumonías sobreagregadas.
Las muertes posteriores al uso de CS se han presentado en custodia de la policía y el papel del CS en las mismas es una causa de preocupación. Se necesitarían altas concentraciones de CS en espacios confinados en un período prolongado de tiempo para alcanzar las dosis letales. Bajo esas condiciones se podría presentar daño pulmonar que lleve a la asfixia y a la falla circulatoria.
El CS es un agente alquilante con potencial cianogénico. El mismo sufre un metabolismo por pasos a tiocianato, parte del cual es luego metabolizado a cianuro. Cualquier efecto letal del agente estaría mediado por las propiedades alquilantes y por el potencial cianogénico. Sin embargo, a concentraciones de hostigamiento, la producción de cianuro es minúscula y sin ninguna importancia clínica.
NO existe evidencia de que el CS sea carcinogénico (cancerígeno) y los estudios a 2 años en ratas y ratones no suministraron ninguna evidencia de carcinogenicidad. La evidencia disponible también indica que el CS NO es letal para los embriones NI TAMPOCO teratogénico (causante de malformaciones congénitas).
La dibenzoxazepina, o compuesto CR, por su parte es un compuesto amarillo pálido sintetizado a comienzos de los años 60, es un irritante sensorial unas 6 veces más poderoso que el CS y es intensamente irritante para los ojos y las membranas mucosas de la nariz y el tracto respiratorio superior. En soluciones líquidas produce irritación intensa de la piel, aunque los efectos son menos persistentes que los producidos por el CS o CN. Se encuentra disponible para las fuerzas internas de seguridad de varios países.
Los efectos tóxicos en los afectados son exactamente similares a los descritos con los agentes anteriores, e igualmente no existe evidencia de que el CR sea teratogénico, mutagénico o carcinogénico.
Principios para el manejo médico:
Tanto para la CN como para el CS, lo principal es retirar al paciente de la fuente de exposición; hay que tomar en cuenta que los vestidos y zapatos pueden estar contaminados y deben ser removidos con cuidado para evitar que el polvo se esparza en el aire. Se recomienda la irrigación de las aguas afectadas con agua, por lo menos durante 15 minutos. Se debe tomar en cuenta que el contacto con agua hidroliza el CS y puede agravar los síntomas de quemadura. Se puede utilizar agua y jabón para lavar la piel, aunque esta debe ser seguida por irrigación de la piel con agua por al menos 15 minutos.
Las soluciones salinas o débiles de ácido bórico pueden aliviar los síntomas oculares y las lociones calmantes como la calamina se pueden utilizar sobre la piel lesionada. Los apósitos húmedos (sin una base plástica) pueden calmar los síntomas cutáneos y deben ser cambiados cada 2 a 3 horas. Cualquier infección de la piel debe ser tratada con antibióticos.
Es importante tener en cuenta que el polvo de CS utilizado para controlar disturbios se puede asentar en el piso y permanecer activo hasta por 5 días y sus trazas pueden permanecer por más tiempo.
Referencia: Respuesta de la salud pública a las armas biológicas y químicas. OMS. 2003.
Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier.
Médico internista
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