Maduro decidió recurrir a un exceso innecesario de fuerza para aplastar de cuajo las protestas. El abuso de autoridad y especialmente el empleo de paramilitares mercenarios entrenados en Cuba para embestir a los estudiantes en vez de aplacarlos los enardeció. Pronto empezaron a aparecer las temidas “guarimbas” que aterrorizan al régimen y los muertos por la acción de la represión empezaron a acumularse. El 18 de febrero Maduro decidió encarcelar al líder opositor Leopoldo López para descabezar a la protesta. Maduro estaba envalentonado porque el G2 le había asegurado que al detenerlo a este líder morirían las protestas. Cuando las manifestaciones callejeras crecieron Maduro decidió extender el asueto de carnaval esperando que el pueblo se aplacara.
La captura de Leopoldo y el prolongado asueto no funcionaron. Los estudiantes siguieron en sus barricadas y la situación se torno pre insurreccional. En medio de este escenario Maduro cometió una estupidez al aceptar hacer un desfile el 5 de marzo para conmemorar el primer aniversario de la muerte de Hugo Chávez. Los cubanos recomendaron hacer una demostración de fuerza militar para atemorizar a la población y que se invitara a Raúl Castro y los presidentes del ALBA al desfile para que su presencia infundiera mas respeto. Nicolás siguió la línea dictada por el G2. El pajarito cubano en su oído nunca había fallado en sus consejos. Al llegar Castro la Resistencia Venezolana le tenía una sorpresa preparada. Al izarse la bandera cubana se había preparado un “accidente” en el cual el pabellón se desplomó al piso paralizando el acto.
Ese desfile estúpido fue una ofensa al Libertador, a quien nunca se la había conmemorado la fecha de su muerte. Además fue un agravio a los venezolanos y particularmente un insulto más a los estudiantes. En el Ejército los generales que eran posibles candidatos para comandar la comparsa de carnaval empezaron a declinar las invitaciones a comandar ese vergonzoso acto. Al final solo quedo disponible el general Jesús Suarez Chourio. Este oficial es conocido en el Ejército como “El ordenanza” de Chávez. Ordenanza en el Ejército se refiere a un subalterno que es hombre de confianza de un jefe y le atiende y lo asiste como un valet personal en sus actividades mas privadas. La relación entre este general y Chávez era tan intima que se le consideraba el Tarazona del galáctico. Tarazona fue el famoso ordenanza del tirano Gómez que probaba la comida y dormía frente a la puerta de su dormitorio. Cuando Chávez salio de la cárcel Suarez Chourio y Maduro se convirtieron en sus guardaespaldas. Este oscuro militar fue el único general dispuesto a comandar el desfile de carnaval.
Para terminar de poner la torta Maduro, cuyos asesores militares cubanos deben ser muy estúpidos, decidió ordenar que todas la unidades de la Fuera Armada debían usar una banderola o estandarte con la efigie de Chávez. El color de la banderola fue inmediatamente catalogado como “parcha” dentro de los militares criollos. El estandarte “parchita” fue otro humillación que ni siquiera Hitler osó infligirla a sus sufridas tropas. Todas estas ofensas son acumulativas y al final se cobraran debidamente.
A todas estas las FAN no están de acuerdo con la alianza indecente que el régimen ha promovido entre la GNB, la PNB y los mercenarios. Dentro de los militares hay resistencia a esta cohabitación que los expone a ser perseguidos por violación flagrante del Estatuto de Roma. Por esta razón han venido ocurriendo insubordinaciones en el Ejercito y la GNB en oposición al maridaje indeseado entre militares y paramilitares. Maduro debe estar muy preocupado porque la masa no esta para bollos. En Venezuela puede pasar cualquier cosa y tanto Maduro como Raúl Castro lo saben.