Más de 20 funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana con cascos, chalecos antibalas y armas largas requisaron los vehículos que entraban y salían de las residencias San Martin. A los dueños de los carros los bajaron al igual que a sus acompañantes. En la entrada al estacionamiento de las residencias hicieron un cordón de funcionarios de lado y lado, publica La Verdad.
Alegaron que era “un procedimiento rutinario y constitucional”. Funcionarios que no se identificaron, porque no están autorizados, precisaron que recibieron denuncias de los vecinos del lugar. “Tienen ya dos noches que lanzan cohetes y disparan. Tenemos denuncias de que en los edificios hay personas armadas. Es lo que estamos buscando, atendiendo a quienes nos llamaron porque somos los responsables de la vigilancia de la avenida El Milagro”.
Del otro lado del portón estaban los vecinos. “Estamos secuestrados, la Guardia Nacional nos tiene sitiados. A mí me bajaron de mi carro con mi bebé. Amenazan con entrar para buscar estudiantes”. Celina Medina, técnico superior universitario en Educación Especial, se quejó por el trato. “No podemos permitir que nos traten de esta manera. No podemos salir ni entrar sin que nos revisen”.
Peggy Sánchez, propietaria de las residencias, reclamó: “Estamos como en un toque de queda. No tenemos libertad de tránsito. No queremos que nos estén revisando hasta las bolsas”. Indignados, cada uno gritó por lo que les afecta. “Nos lanzan bombas lacrimógenas”, “por qué nos tienen que tratar así”, “aquí hay estudiantes, pero nada tenemos que ver con las guarimbas”.
Una de las propietarias llegó del trabajo. Preguntó a sus vecinos para corroborar si lo que su hermano le contó por teléfono era cierto. “Mi hermano dice que tres guardias entraron por detrás. Esta es una propiedad privada y dejaron de revisar cuando llegaron ustedes que son periodistas”.