Las elecciones presidenciales de Venezuela para el período 2013 – 2019 fueron el proceso electoral posterior a la muerte del presidente Hugo Chávez Frías; que de acuerdo a la Constitución Bolivariana debieron convocarse en los 30 días siguientes al fallecimiento del ex primer mandatario nacional.
El Consejo Nacional Electoral, máximo órgano del Poder Electoral encargado constitucionalmente para las realizaciones de todos los procesos electorales en Venezuela, convocó formalmente elecciones el 9 de Marzo de 2013. Las votaciones se realizaron el domingo 14 de Abril del mismo año. En una elección muy reñida Nicolás Maduro fue elegido presidente con una diferencia de 224.742 votos, es decir por tan solo 1,49 % de los sufragios.
Desde el primer momento que la presidenta del Consejo Nacional Electoral se dirigía al país para emitir el primer boletín, prácticamente decretaba la victoria del nuevo Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela para el periodo 2013-2019, “ Con la transmisión del 99.12 por ciento de los votos y una participación relativa del 78,71% de las electoras y los electores, tenemos: el candidato Nicolás Maduro 7.505.338 con el 50,66%, el aspirante Henrique Capriles con 7.271.403 para el 49,07%. Estos son resultados irreversibles. El pueblo venezolano ha decidido.” En otras palabras, sin derecho a revisión de las cajas o reconteo de los votos.
Obviamente, según lo anunciado por el CNE, la victoria electoral fue de Nicolás Maduro, evidenciándose toda una estrategia psicológica de triunfo seguro hacia los votantes, develándose así la gran estafa de algunas encuestadoras que le daban hasta 20 puntos de diferencia a Maduro sobre Capriles.
A partir del 15/A todo era complejo, la oposición no tuvo las estrategias y tácticas adecuadas para defender una situación electoral que tal vez le favorecía, sin embargo, el nuevo gobierno se blindaba “legalmente” con los espaldarazos del CNE anunciaba la finalización de la auditoría del 100 % de los votos emitidos en las elecciones presidenciales del 14/A sin que se haya registrado “discrepancia alguna” entre los resultados difundidos y los verificados y TSJ, declaraba “inadmisibles” los diferentes recursos contenciosos electorales interpuestos por representantes de la oposición venezolana contra la elección presidencial realizada 14/A.
Sin duda, es vinculante el resultado del pasado 14/A 2013, con la situación de protestas que vive el país actualmente, el novel mandatario quien había anunciado la revisión de las cajas electorales por lo reñido de los resultados, no cumplió su palabra con la oposición incluso menos algunos organismos internacionales. El resultado presidencial deriva en la duda del ganador, nada fue claro y comienza por parte del gobierno construirse todo un entramado hacia la búsqueda de la legitimidad de Nicolás Maduro.
En los sistemas democráticos, la legitimidad de origen que se forja de un triunfo en las elecciones, le aporta al gobierno que se inicia la aceptación requerida por parte de los votantes ganadores y perdedores, comprendiendo que sobre la dinámica la sociedad puede revertir su conformidad y exigir cambios.
En síntesis, Nicolás Maduro es electo presidente dejando dudas de su legitimidad, en corto tiempo este desconcierto se conecta con contundentes protestas sociales lideradas por los estudiantes contra el régimen, numerosas marchas y concentraciones masivas de ciudadanos vienen expresando prácticamente a diario en casi todo el territorio venezolano, el descontento con los graves problemas de inseguridad, inflación, corrupción, y fallas de abastecimiento que han derivado en escasez de alimentos, repuestos de vehículos y medicinas. No obstante, la sordidez del régimen es tangible, no acepta críticas y únicamente plantea soluciones enfocados en mantener su visión e intereses, es muy lamentable por ser una actitud totalmente de naturaleza dictatorial, la respuesta del gobierno se ha orientado esencialmente en desacreditar sistemáticamente las protestas, en aumentar los dispositivos y la fuerza de represión y organizar marchas y congregaciones de personas afectas a la revolución bolivariana para apuntalar el régimen. Pero, no se puede olvidar el axioma, “el fuego no se apaga con gasolina”… en términos generales según varios estudios de opinión entre ellos el nuestro, más del 70% de los venezolanos están seguro que este país no va por buen camino.
En medio de la complejidad que vive el país, Nicolás Maduro, ministros, diputados AN, gobernadores y alcaldes, se han apoyado reiteradamente en el argumento de exigir el “respeto a un gobierno que ha surgido del voto popular”, apuntando a su legitimidad de origen. La legitimidad de origen sólo razona el camino al poder por haber cumplido los requerimientos que se consideran obligatorios para ello, es decir, en el caso de los sistemas democráticos, primero hay que ganar las elecciones de manera transparente para hablar de legitimidad… Sim embargo, no deja de ser un referente significativo para la reflexión, ¿14/A 2013 fue el inicio del fin socialismo siglo XXI?
Director de la consultora Hercon
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