Desde un puente en el centro de Caracas, que conecta a la céntrica Plaza Venezuela con la Universidad Central (UCV), se escenificó hoy la polarización de este país suramericano con decenas de personas bailando y cantando en una punta y a pocos metros en la otra miles chocaban contra un batallón de policías.
La soleada jornada de marchas estudiantiles a favor y en contra del Gobierno venezolano cambió en instantes el miércoles a un ambiente nublado, imperturbable para la intensa crispación política que viven los venezolanos con estudiantes chavistas y opositores manifestándose por separado.
El sistema subterráneo de transporte, el Metro de Caracas, amaneció con siete estaciones cerradas debido a la protesta que querían llevar adelante los estudiantes opositores por el centro de la capital, afectando a muchos de los más de tres millones de usuarios que moviliza a diario.
Miles de esos jóvenes, acompañados de trabajadores de la prensa y transportistas, intentaron marchar hacia la sede de Defensoría del Pueblo en Caracas, pero el Gobierno les impidió avanzar cortando varias avenidas con un amplio dispositivo de la Policía y la Guardia Nacional (GNB).
Los jóvenes contaron además con la compañía de personas mayores y niños y trataron de caminar sin éxito por el Distrito Capital de Caracas en el día en que se cumplía un mes desde que se disparó la oleada de protestas que viven varias ciudades del país.
Verónica Roche, que con 16 años cursa estudios internacionales en la UCV, dijo a Efe que están en protesta “pacíficamente” por los múltiples problemas sociales que, según asegura, atraviesa el país, entre los que subrayó la inseguridad.
“Que respondan a nuestras inquietudes ¿Qué tan difícil puede ser que nos den seguridad, que nos den un Parlamento que de verdad nos escuche, que desarmen a los colectivos? (…) no puede haber diálogo mientras no haya igualdad en el debate”, señaló Roche.
Tres camiones partieron a la cabeza de una concentración llena de pancartas, pitos y centenares de banderas venezolanas en coincidencia también con la celebración del día de ese símbolo patrio.
La marcha fue desviada de su ruta original e intentó ingresar al centro capitalino accediendo a la Ciudad Universitaria de la Universidad Central de Venezuela (UCV), una obra arquitectónica declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en 2001.
Estudiantes que salían de su acto de grado, con toga, birrete y título en mano, se unieron a la manifestación, desatando aplausos en la multitud.
Pero la marcha se detuvo intempestivamente al toparse con varios centenares de miembros de la Guardia Nacional y la Policía, que le cerraron el paso en un entrada de la universidad que conecta con el puente a la Plaza Venezuela.
El intento de un grupo por atravesar el piquete de policías desató una batalla campal con la Guardia Nacional, que dispersó la concentración con bombas lacrimógenas y disparos de perdigón, frente a unos cuantos que lanzaban piedras y arremetían contra los escudos de plástico de los efectivos de seguridad pública.
A poco más de 100 metros, cruzando el puente, estudiantes chavistas bailaban al ritmo de una banda que tocaba la relajante música reggae desde una tarima.
En menor cantidad que sus compañeros opositores, ya que su movilización se concentró en otro punto de la ciudad, algunos simplemente observaban acostados en los jardines de la enorme Plaza Venezuela la escena que tenía lugar al otro lado.
“Ellos (opositores) son unos fascistas llenos de odio, nosotros queremos la paz y marchamos en apoyo a nuestro presidente, Nicolás Maduro, hijo de nuestro comandante eterno Hugo Chávez”, declaró a Efe un alumno de estudios políticos de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), Manuel Queiroz.
Venezuela está inmersa en un oleada de protestas desde hace un mes que han dejado hechos de violencia con un saldo de más de una veintena de muertos, cientos de heridos y más de un millar de detenidos. EFE