Un donante anónimo regaló al museo del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau cinco piezas originales de placas metálicas con clavos usadas por los nazis para tatuar a sus prisioneros, reseña Infobae.
“Adquirimos placas de metal con agujas de un par de milímetros, que insertadas en un sello especial creaban un número específico. El hallazgo, recogido en la zona de la ruta de evacuación del campamento, es incompleto: un cero, dos tres y dos seis o nueves”, dijo El?bieta Cajzer, jefa de colecciones del museo.
El campo de Auschwitz fue el único que usó este tipo de identificación, indicó Bartyzel. El tatuaje de prisioneros se inició en el otoño de 1941, cuando las autoridades decidieron identificar los prisioneros de guerra soviéticos.
El número se tatuaba en el lado izquierdo del pecho usando un sello de metal a la que se insertaban las placas desmontables con agujas. Un solo golpe con un sello de tinta era suficiente para impresionar a todo el número. Durante la primavera de 1942, los nazis ordenaron que los tatuajes se realizaran en el brazo izquierdo.
De 1940 a 1945, un millón de judíos europeos murieron en Auschwitz-Birkenau, así como 70.000 a 75.000 polacos no judíos, 21.000 gitanos, 15.000 prisioneros de guerra soviéticos y 10.000 a 15.000 prisioneros más.