La diputada Vestalia Sampedro, vicepresidente de Proyecto Venezuela, declara en su nombre y en el de su organización, que no están dadas las condiciones para el diálogo mucho menos cuando el gobierno sostiene que no hay crisis y se niega a aceptar las condiciones mínimas, para que pueda surgir un entendimiento en torno a los graves problemas económico-sociales que afectan a la población y a la vez, proceda a desarmar a sus paramilitares, poner en libertad los presos políticos y a dar garantías absolutas de investigar y castigar severamente a los responsables de los estudiantes y ciudadanos comunes muertos, heridos o torturados, bien por la Fuerza Pública o por irregulares auspiciados por el propio gobierno nacional.
Es evidente que al llamar al diálogo, al gobierno lo animan razones exclusivamente políticas. El Presidente busca ganar tiempo, en un intento de sofocar una protesta pacífica y absolutamente legítima, que amparada en los derechos consagrados en la Constitución de la República ha sido reprimida, apelando a colectivos asesinos y al uso de la FANB en contra de la propia ciudadanía.
Para el oficialismo el diálogo es de utilería, le podría servir, si logra el concurso de unos cuantos pusilánimes para guardar la apariencia, mostrando una vocación pacifista que no tiene.
No, no se engañe Presidente. La comunidad internacional conoce perfectamente lo que está acontecimiento en el país. Sabe bien que Ud y su gobierno ha violado de manera flagrante Derechos Humanos consagrados universalmente, y que además mantiene tercamente un modelo político y económico con intenciones de someter a la población venezolana social, política y militarmente.
Venezuela no reclama diálogo, reclama respuestas claras Presidente. O ¿Será que el gobierno pretende lavarse las manos ante la muerte violenta de más de 24.000 personas solo en el año 2013? ¿O ponerle un manto de “diálogo” a la escasez de casi el 30% de los productos de consumo básico? ¿Será que con un diálogo de fachada busca asordinar la protesta? Un gobierno que ha provocado una inflación, que en productos alimentarios supera el 73% en los últimos doce meses.
El gobierno miente en su llamado a dialogar. No busca un entendimiento sino un diferimiento. A raíz del espantoso asesinato de Mónica Spear, el Presidente convocó a una mesa de diálogo con gobernadores y alcaldes para atacar el problema de la inseguridad, y los organismos de seguridad sólo se han dedicado a reprimir a la población.
Hace un año sucedió algo similar, estableció mesas de diálogo con empresarios, generando esperanzas de pago de la deuda contraída y ahora busca evadir ese compromiso, afectando la producción de bienes y servicios de grandes y pequeños empresarios y destruyendo fuentes de trabajo para la población.
No, Sr. Presidente, Proyecto Venezuela no le va a dar la espalda a la juventud que legítimamente se alzado en protesta y a la ciudadanía que la ha acompañado. Nos negamos a asistir a un diálogo de fachada y, si bien somos demócratas y por tanto, proclives por vocación al entendimiento, jamás asistiremos a conversaciones que no sean entre iguales y con propósitos similares, para lo cual el gobierno deberá dar muestras meridianamente claras de su vocación democrática, de respeto absoluto a los derechos consagrados en la Constitución Nacional, comenzando por poner en libertad a los presos políticos y desmontando ese aparato represivo del que forman parte los colectivos paramilitares armados, que amparados por la fuerza pública, han asesinado a numerosos venezolanos.
Nota de prensa