El empeño gritón de suspender la inmunidad parlamentaria de María Corina Machado, proclamado con voz de cuartel por Diosdado Cabello en camisa deportiva al frente de la Asamblea Nacional, justo cuando la cada día más popular dirigente viaja a exponer en la OEA, la agranda ante la opinión de la ciudadanía molesta con el Gobierno en calles, automercados, farmacias, hospitales y hogares y encima hace crecer el interés entre los diplomáticos de la organización americana por escuchar lo que Machado vaya a decir.
Los que tengan edad suficiente quizás recuerden el enloquecimiento, equivocaciones y cambios súbitos casi a diario del gobierno de Pérez Jiménez aquél enero de 1958. Los ciudadanos, estudiantes y trabajadores incluídos, se adueñaron de las calles y finalmente los militares actuaron y acabaron con el que no muchos meses antes parecía un régimen intocable.
Los ciegos, cuando no tienen bastón ni perro que los guíe, no sólo tropiezan sino que pueden caer en cualquier barranco.