Los callos pueden ser feos pero son una defensa de la piel de tus pies contra la constante presión y fricción al que son sometidos cuando caminas y estás horas de pie.
La costra protectora o callosidad suelen aparecer encima de los dedos de los pies, en las articulaciones de las falanges o en forma de engrosamientos en las plantas de los pies y los talones. Los callos no son solo un problema estético, principalmente en tiempos de calor y sandalias, pueden también ser una fuente de dolor y molestias al caminar.
Pasta de aspirina contra los callos
Un remedio medio casero para acabar con los callos se puede hacer mezclando dos píldoras trituradas de aspirina con una cucharadita de zumo de limón y una de agua. Unta con esta pasta los callos, después cubra los dedos con bolsas plásticas de envasar sándwiches. Vista un par de calcetines de nailon para mantenerlas las bolsas en su sitio y ponga los pies debajo de una almohadilla de calor eléctrica en la temperatura más baja durante diez minutos.
Carmen González/ Diario Femenino