Los investigadores siguieron durante dos meses a 22 pacientes con insuficiencia cardíaca en etapa terminal, para ver cómo respondían a la implantación total de un corazón artificial de SynCardia, el único dispositivo de este tipo aprobado por la FDA, la agencia reguladora de medicamentos y alimentos en Estados Unidos.
Al final del período de 60 días, sólo cinco de los pacientes habían muerto, mientras cuatro habían sido sometidos con éxito a trasplantes de corazón y 13 estaban vivos y en espera de donantes, indicó la investigación presentada en la conferencia del Colegio Americano de Cardiología (ACC) en Washington.
“Estamos muy contentos de ver lo bien que le fue a muchos de estos pacientes”, dijo el autor principal del estudio, Swaminatha Gurudevan, cardiólogo del Instituto del Corazón Cedars-Sinai, donde se realizó la investigación de 2012 a 2013.
“Teniendo en cuenta lo mal que estos pacientes estaban, esperábamos ver tasas de mortalidad más altas”, agregó.
Las muertes se registraron entre los pacientes que se encontraban más enfermos antes del procedimiento.
El corazón artificial utilizado en el estudio fue aprobado por la FDA en 2004, pero no es ampliamente utilizado.
El dispositivo requiere de una cirugía compleja para su implantación, para la cual solo unos pocos centros de salud están certificados.
Entre los riesgos de la intervención se destaca la formación de coágulos de sangre, sangrado, infecciones y mal funcionamiento del aparato.
El dispositivo se conecta a las cámaras superiores del corazón del paciente y bombea sangre a través de sus válvulas mecánicas. El corazón artificial está conectado a una fuente de alimentación externa al cuerpo que se puede llevar en una mochila.
En caso considerarse el uso del corazón artificial a más largo plazo, es necesaria más investigación para crear formas más fáciles de recargar la batería externa, o tener una opción de energía de reserva para disminuir el riesgo de fallo del dispositivo, dijeron los investigadores.
Unas 50.000 personas de todo el mundo son candidatos para un trasplante de corazón, aunque sólo 5.000 de estas operaciones se realizan cada año.