Economistas venezolanos alertan sobre deterioro del Sistema Estadístico

Economistas venezolanos alertan sobre deterioro del Sistema Estadístico

Foto Referencial
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A lo largo de los últimos años se ha ido degradando la información económica publicada por los organismos oficiales, en abierto irrespeto a la obligación que tiene el Estado de proveer información oportuna y veraz y además de rendir cuentas a la población.

Las Memorias Anuales de la gestión de los ministerios, anunciadas en la Asamblea Nacional, desde hace años no son publicadas en las páginas web de cada ministerio. Con grandes esfuerzos, algunas se obtienen después de muchos meses, finalmente en un CD.

El Ministerio de Finanzas tiene una de las más lentas y decepcionantes políticas de información sobre su gestión. La información mensual y trimestral de ingresos y gastos del gobierno nacional apareció por última vez en el 2009.





Desde entonces, sólo se reportan las cifras anuales y la más reciente es del 2012. Pero más grave que el retraso, es la pobreza de la información: desde el 2010, desapareció buena parte del detalle acostumbrado – la información de ingresos y gastos se redujo de 102 líneas a 31 líneas. En lo que respecta al Sector Público Consolidado, la degradación y el retraso son aún mayores: la versión detallada de datos no se publica desde el 2009 y la resumida no se publica desde 2011. El Ministerio de Finanzas tampoco reporta sobre las cuentas en dólares que mantienen la Tesorería Nacional y los múltiples fondos del Estado. La información de deuda pública es de las pocas que tiene todavía puntualidad y aceptable contenido.

El Fonden, que ha manejado más de US$ 110.000 millones entre 2005 y 2013, no reporta ordenadamente sus gastos ni el seguimiento a término de los proyectos que financia. Con la data que publica es imposible hacer seguimiento al cumplimiento de metas y gastos asociados.

Bandes, en cuyo balance está registrada la deuda con China (aproximadamente US$ 20.000 millones) y que recibe los pagos que China realiza por el petróleo que Venezuela envía (unos US$ 17.000 millones anuales), publica sólo semestralmente sus estados financieros. Anteriormente lo hacía al igual que toda la banca pública y privada, que está obligada por ley a publicar a más tardar el 15 de cada mes. Más aún, a marzo de 2014 todavía no ha publicado los estados financieros del segundo semestre de 2013. El capítulo del Bandes en las Memorias Anuales del Ministerio de Finanzas son ofensivamente escuetas y más breves aún que las del Fonden.

Cadivi es otro caso notorio del enorme atraso en la información. En sus inicios, Cadivi reportaba cada dos días el monto de divisas asignada. Después pasó a periodicidad semanal y mensual, luego a la trimestral y, finalmente, dejó de publicar la información en 2012. Cadivi publicaba las asignaciones de divisas por empresas, pero también dejó de hacerlo en 2012. Desde hace más de un año no se ha actualizado ni una sola de las estadísticas habituales.

El caso del BCV es uno de los más tristes y desoladores, por la reputación y credibilidad nacional e internacional que el instituto ha tenido en sus más de 70 años de existencia. De poco sirve que el artículo 31 de la ley que lo rige le exija “mantener informado, de manera oportuna y confiable … a los agentes económicos públicos y privados, nacionales y extranjeros y a la población acerca de la ejecución de sus políticas, las decisiones y acuerdos de su Directorio, los informes, publicaciones, investigaciones y estadísticas que permitan disponer de la mejor información sobre la evolución de la economía venezolana, …”.

La verticalidad de su personal técnico de economistas y estadísticos le blinda de toda duda de manipulación. La información que publicaba el BCV era exhaustiva, oportuna, variada y con abundancia de anuarios estadísticos especiales. Hoy día, la divulgación de estadísticas está totalmente coartada. Resumimos las deficiencias más recientes y notorias:

1. La interrupción de la estadística mensual de inflación. El proceso de medición de inflación funciona adecuadamente desde el primer día de cada mes y está completamente listo al cierre de cada mes. Sin embargo, los resultados ya no están en la página web del instituto. La última información disponible es la de diciembre del 2013 y para verla hubo que esperar tres meses. El indicador de escasez se dejó de publicar en febrero de 2014. Este es un indicador importante cuando existe control de precios.

2. El Mensaje de Fin de Año del Presidente del BCV, habitualmente publicado en los últimos días de diciembre de cada año, servía para dar a conocer un resumen de la gestión económica del banco y una valiosa estimación preliminar del desempeño económico del país en el año que concluía. En diciembre de 2013, no hubo tal mensaje. Nada se sabe de las operaciones del Instituto y el desempeño de la economía venezolana en 2013.

3. Los resultados macroeconómicos trimestrales siempre se publicaban 45 días después del cierre de cada trimestre. Los del cuarto trimestre de 2013 se debían haber publicado el 15 de febrero de 2014. Todavía las cifras no están disponibles.

4. El BCV publicaba boletines semanales y mensuales del BCV, plenos de indicadores de seguimiento y alerta temprana sobre el desempeño económico mes a mes. Los semanales desaparecieron hace años y mostraban un seguimiento estrecho con énfasis en la actividad financiera nacional, que hoy permitiría más acierto a todos los actores económicos. Los mensuales, normalmente se publicaban un mes después del cierre de cada mes – el último disponible hoy día corresponde a junio del 2012.

5. En todos los países de América Latina antes de que se publique el Producto Interno Bruto (PIB) como medida del volumen de las transacciones de la economía, se da a conocer un índice de actividad económica con periodicidad mensual. En Venezuela ese indicador no se publica aunque si se calcula. Se denomina el Índice General de Actividad Económica Mensual (IGAEM). No existe ninguna razón para que ese indicador no se publique.

PDVSA- Ministerio de Energia y Petróleo. Siendo Venezuela un país petrolero es asombroso e inaceptable la destrucción que ha ocurrido con las estadísticas petroleras. Una publicación histórica, el Petróleo y Otros Datos Estadísticos (PODE) que se venía editando regularmente desde los años cuarenta, se dejó de publicar en 2010. Es más, en Venezuela se publicaba la Carta Petrolera Semanal donde se daba cuenta de los datos de producción, exportaciones y precios petroleros con periodicidad semanal. Esa información también desapareció.

Instituto Nacional de Estadísticas. Este instituto dejó de publicar la tradicional Encuesta Industrial en 2004, la cual fue sustituida por una de menor calidad informativa como lo es la Encuesta de Grandes Empresas Industriales, la cual se publicó por última vez en 2011.

La información es un derecho no un privilegio.
Este silencio informativo tiene, además, altos costos para el país.

La transparencia informativa y la rendición de cuentas son la primera línea de defensa ante la corrupción y la principal garantía de libertad de información democrática.

La falta de información interfiere en la toma de decisiones de las personas y las empresas, y obliga a todos los agentes económicos a navegar casi a ciegas en el moderno mundo de la información instantánea.

Además, la falta de información también aumenta el riesgo-país. Quienes compran bonos de la República y de Pdvsa no saben cuál es la verdadera situación de las finanzas públicas ni los activos del Estado, y exigen mayores tasas de interés para cubrir el alto riesgo que para ellos representa esa opacidad.

Por tanto, exigimos al ministro de Finanzas, al presidente del BCV, al ministro de Energía y Petróleo y al jefe del INE, que actualicen y amplíen la información estadística de los despachos de su competencia.

Caracas, 2 de abril de 2014

Pedro Palma
Orlando Ochoa
Tamara Herrera
Asdrúbal Oliveros
José Guerra
Ángel García Banchs
Humberto García Larralde
Luis Carlos Palacios
Pablo Polo
Jessica Grisanti
Amalia Lucena
Víctor Abreu
Luis Bruzco
Juan Plaja
César Gallo