Es la más pequeña de las islas Canarias y la menos conocida por los turistas, pero El Hierro se prepara para convertirse en la primera isla en abastecerse de electricidad de forma 100% autónoma gracias a las energías renovables.
Katell ABIVEN /AFP
Para ello, apuesta principalmente por su principal riqueza, el viento que barre a lo largo de todo el año los 278 kilómetros cuadrados de su atípico paisaje, con verdes montañas y grandes explanadas de roca volcánica, frente a las costas africanas.
Pero, “el viento no es constante”, por lo que han tenido la idea de combinarlo con otro recurso, el agua, explica Juan Manuel Quintero, director general de la central Gorona del Viento, situada cerca de la capital Valverde.
Según un esquema único en el mundo, la instalación une cinco aerogeneradores y dos balsas de agua, una a 700 metros por encima del nivel del mar y la otra 650 metros más abajo.
El parque eólico, con una potencia de 11,5 megawatios, cubrirá ampliamente la demanda de las plantas desaladoras de agua de mar y de los alrededor de 10.000 habitantes de la isla (8 megawatios en las horas punta).
El exceso de electricidad servirá para propulsar agua de mar desalada de la balsa inferior hacia la superior.
Y cuando no haya viento, la energía hidraúlica tomará el relevo, dejando caer agua de arriba hacia abajo, dando una potencia de 11,3 megawatios.
Este sistema “nos da una garantía de suministro” de electricidad, subraya Quintero, que supervisa las últimas pruebas antes de la puesta en servicio de la central dentro de algunas semanas.
En la inauguración oficial, prevista a finales de junio, cubrirá un 50% de la demanda de electricidad, y a lo largo de los meses espera aumentar hasta proporcionar el 100%.
Esta instalación permitirá a la isla, reserva de la biosfera de la Unesco, dejar de emitir cada año 18.700 toneladas de CO2 y de consumir 40.000 bariles de petróleo. La central diesel quedará como una solución de reserva en casos excepcionales.
– “Laboratorio” –
“Es un proyecto que está considerado a nivel mundial como uno de los proyectos pioneros y más importantes en la producción de energías renovables”, asegura Alpidio Armas, presidente del Cabildo, la autoridad local.
“La verdadera novedad de El Hierro es que los técnicos consiguen, sin estar conectados a una red nacional o insular, garantizar una producción eléctrica estable, generada al 100% por energías renovables, superando las intermitencias del viento”, confirma Alain Gioda, historiador del clima del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) en Montpellier, que visitó la isla una decena de veces.
El proyecto va más allá, esperando convertir de aquí a 2020 el parque automovilístico (6.000 coches) a la electricidad gracias a un acuerdo con Renault-Nissan. Una factoría de reciclaje de aceite en biodiesel también acaba de empezar a funcionar.
Por su reducido tamaño y pequeña población, “El Hierro puede ser una especie de laboratorio”, considera Armas, y un ejemplo para las islas de todo el mundo, en las que viven 600 millones de personas. Ya se han interesado por el proyecto Hawai, Samso (Dinamarca), Oki (Japón), Aruba (Holanda) e Indonesia.
La isla, una roca perdida en el extremo occidental de las Canarias, también ha sido invitada a exponer su caso en varios congresos internacionales, en Malta y en Corea del Sur, principalmente.
Con un presupuesto de 80 millones de euros, la central pertenece en un 60% al Cabildo, en un 30% a la eléctrica Endesa (Enel) y en un 10% al Instituto Tecnológico de Canarias.
“El Cabildo, es decir la población de El Hierro, ha querido ser el dueño de la mayoría de la propiedad de Gorona del Viento: esto significa que los beneficios y también las posibles pérdidas, en definitiva el destino de Gorona del Viento, lo llevan los propios Herreños”, precisa Alpidio Armas.
No habrá precios especiales para ellos (la tarifa de la electricidad es idéntica en todo el país), pero los ingresos de la central aumentarán el presupuesto de la isla: “hablamos de en torno a 1 a 3 millones de euros” por año, dijo.
“Estos son recursos para la isla, que pueden ser de nuevo revertidos a la población, en el precio del agua, en el mantenimiento de las infraestructuras, en las políticas sociales…”, añadió Armas.
El Hierro, con un desempleo del 32%, espera también atraer a numerosos visitantes: “No podemos renunciar a los beneficios que da el turismo, pero no queremos un turismo masivo”, como en otras partes de Canarias, dice el presidente del Cabildo.
La isla apuesta más por amantes de la naturaleza y la ciencia, como los becarios alemanes que están en la central.