No son los únicos que opinan así. Una parte de la Mesa de la Unidad Democrática –los partidos Voluntad Popular, Alianza Bravo Puebo y Proyecto Venezuela—tampoco están dispuestos a participar.
El alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, tampoco asistirá al diálogo en tanto no se liberen los presos políticos, se desarme los colectivos y se devuelvan las competencias a las alcaldías.
Lo que sí han decidido asistir creen que esta primera reunión de diálogo entre el gobierno y la oposición puede ser el primer paso para la liberación de los presos políticos, el cese a la represión, el desarme de los paramilitares y la reforma de los poderos públicos.
El presidente de Copei, Roberto Enríquez, opinó además que es una victoria que entre los mediadores esté un representante designado por el papa Francisco, como pidió al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, una delegación del partido ante la santa sede semanas atrás.
“La lucha es en todos los terrenos. La lucha es para sacarlos, no para dejarlos presos como un trofeo”, dijo Enríquez sobre la libertad de los presos que reclaman los estudiantes y otros.