Tras declararse en ayuno permanente desde el viernes 11 de abril a las 11 am y vencerse el plazo de 48 horas otorgado a la Iglesia y los Organismos Internacionales para responder su solicitud de escuchar a la disidencia juvenil venezolana que radica el campamento de resistencia civil, ante la sede del PNUD en Caracas, los jóvenes venezolanos cumplen con la radicalización de su protesta, haciéndoles responsables de sus consecuencias, de no darles respuesta inmediata, tras haber agotado las instancias para ser atendidos.
Los Jóvenes Venezolanos radicalizan su protesta aumentando el número de penitentes y con la toma de la Nunciatura Apostólica por un grupo de disidentes provenientes de diversas partes del país, dispuesto a mantener ayuno permanente, hasta lograr que los máximos representantes del Vaticano que aceptaron el llamado como mediadores del llamado “Diálogo con el gobierno”, en el cual afirman no estar representados, se apersonen en su Campamento de Resistencia Civil, llamado “Conciencia Nacional”, como veedores, para escuchar la realidad que enfrenta la disidencia a nivel nacional.
Según Gerardo Carrero, Coordinador Nacional de Jóvenes Venezolanos y protestante en ayuno permanente, “la responsabilidad del levantamiento de este sacrificio, depende de la Iglesia, la sociedad civil y los organismos internacionales, que no hacer oídos sordos ante la eminente realidad de violación de los derechos humanos que enfrentamos por pensar diferente”, afirmó.
Son doscientos ochenta (280) jóvenes venezolanos que mantienen el llamado de CALLE SIN RETORNO por la LIBERTAD y JUSTICIA en Venezuela. La preocupación de la Sociedad Civil por el quebrantado estado de salud de algunos de los huelguistas, los ha mantenido en Vigilia Permanente, y anuncian la institución de Asambleas de Ciudadanos, en el Campamento todos los días a las 7 PM, buscando crear Conciencia Nacional ante la necesaria lucha por el respeto de los Derechos Humanos y Constitucionales de los venezolanos, a un año de Nicolás Maduro, imponiendo su gobierno a la fuerza en Venezuela, afirma Carrero.