Los reconocimientos llegados de todos los rincones del planeta para el fallecido escritor colombiano Gabriel García Márquez no han podido romper el silencio de su familia, que, refuagiada en la intimidad, aún no revela si repartirá sus cenizas entre Colombia y México.
Mientras ambos gobiernos prepararon fastos homenajes a este escritor universal, su familia seguía este sábado recibiendo a cuentagotas a amigos en la más absoluta intimidad de su casa de Ciudad de México, donde García Márquez falleció el jueves a los 87 años después de padecer una neumonía.
En la mañana de este sábado entró a la casa, sin hacer declaraciones, el expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), uno de los políticos que, como el español Felipe González o el estadounidense Bill Clinton, fueron más cercanos a García Márquez.
Otras personas que han ido acudiendo a la vivienda de la calle Fuego, del sureño y exclusivo barrio El Pedregal, no pasaron de la puerta y tuvieron que darse la vuelta sin poder expresar su pésame a la viuda, Mercedes Barcha.
El embajador colombiano en México, José Gabriel Ortiz, informó el viernes que el cuerpo de García Márquez ya fue incinerado y señaló que la familia no ha determinado en qué lugar descansarán las cenizas.
No obstante, el diplomático apuntó la posibilidad de que finalmente sean repartidas entre Colombia y México mientras que el alcalde del caribeño pueblo de Aracataca, donde nació “Gabo”, pidió que sus cenizas reposen allí.
El oficial Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (Conaculta) difundió este sábado un escueto comunicado a nombre de la familia en el que únicamente confirma que “los restos del escritor fueron incinerados en privado”, sin ofrecer más detalles.
Según informó Conaculta, García Márquez falleció el jueves a las 14H00 locales (19H00 GMT) y su cuerpo fue llevado posteriormente a una funeraria cercana, que cuenta con servicio de cremación.
— Homenajes en México y Colombia —
Líderes mundiales, desde el estadounidense Barack Obama hasta el ruso Vladimir Putin, además de los mandatarios latinoamericanos, han lamentado la muerte del genio del realismo mágico.
El gobierno colombiano anunció este sábado que el presidente Juan Manuel Santos encabezará el martes una ceremonia de homenaje al gran orgullo literario del país en la Catedral Primada de Bogotá. También programó para el miércoles una lectura masiva de la obra “El coronel no tiene quien le escriba”.
Pero el primer homenaje nacional será el lunes en México con la presencia también de Santos y de su homólogo y anfitrión, Enrique Peña Nieto.
En la ceremonia, que tendrá lugar en el emblemático Palacio de Bellas Artes capitalino -escenario de las grandes despedidas a los íconos culturales mexicanos-, estarán presentes las cenizas de García Márquez y ambos mandatarios formarán una guardia de honor y ofrecerán unas palabras, según explicó el embajador Ortiz.
Por el momento no se ha informado de otras personalidades extranjeras que viajen a México para la despedida de quien fue uno de los escritores más importantes pero también más admirados y populares del siglo XX.
— El más querido —
Nubia Macías, exdirectora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), recuerda que no eran solo sus clásicos como “Cien años de soledad” los que hicieron de García Márquez el escritor más adorado por los lectores de la feria.
“Él era muy cariñoso con sus lectores, les mandaba besos, les aplaudía, se ponía las manos en el corazón. El cariño del público respondía también a las manifestaciones que ‘Gabo’ tenía con ellos. Era un cariño correspondido, de ida y vuelta”, explica a la AFP Macías, quien dirigió la feria más importante en lengua española durante una década.
“Gabo tenía e inspiraba algo entrañable que hacía que a la mayoría de la gente le provocara esa reacción de orgullo y de ganas de manifestarle su cariño”, señala.
Macías recuerda que cuando García Márquez asistía como invitado a la FIL apenas podía caminar por el gigantesco recinto.
“Recorrer los pasillos de la feria para Gabo y para Mercedes siempre era complicadísimo por las multitudes que lo seguían y la cantidad de libros que tenía que firmar, incluso entre los pasillos”, cuenta Macías, directora general de editorial Planeta Mexicana desde que en 2013 dejó la FIL.
“Era un hombre muy afable, muy cálido y muy cariñoso, y por eso la gente se siente tan conmovida por su desaparición”, concluye.
AFP