Fieles católicos participan en la representación del viacrucis este viernes santo 18 de abril de 2014, en el cerro del barrio “El Nazareno”, sector Petare, en Caracas, Venezuela.
Fotos EFE y AFP
La representación del Vía Crucis se realiza en el barrio El Nazareno de Petare desde hace 28 años. Alrededor de 40 jóvenes encarnan personajes como Poncio Pilato, autoridad del Imperio Romano en la provincia de Judea; el rey Herodes, Barrabás, María, el hombre que ayudó a Jesús con su carga de madera durante un tramo del Vía Crucis y los dos ladrones crucificados, junto al máximo líder espiritual de Occidente desde hace más de dos milenios.
La tradicional representación comenzó con el primer encuentro entre Jesús y Poncio Pilato, quien revive la sospechosa versión en la que el gobernador romano -romano como la Iglesia fundada por el emperador Constantino en el año 313 D.C.-, trata de apelar a la sensatez de la muchedumbre judía: “¿Por qué lo han traído a mí para que le condene? Yo no encuentro pecado en este hombre. Jesús, míralos, es tu propio pueblo (los judíos) el que quiere sacrificarte”.
En lo sucesivo, entran en escena la tiranía de Herodes y la crudeza de la flagelación antes de que comience la procesión. Jesús y los dos ladrones se abren paso, junto a espectadores y/o feligreses, por estrechas calles de la barriada caraqueña, hasta el pequeño monte ubicado a poco más de un kilómetro de distancia, conmovedoramente parecido a la montaña del Gólgota.
Los jóvenes actores, vestidos y maquillados con cuidadosa referencia a la época evocada, vienen haciendo los mismos papeles desde hace años y son habitantes de la comunidad.
Finalmente la procesión llega al equivalente del Gólgota en Petare. Jesús agoniza… promete a uno de los ladrones que estará ese mismo día en el reino de los cielos, lapida a sus verdugos con la célebre frase “Señor, perdónalos, porque no saben lo que hacen”; habla con su madre… la lanza al costado: “¡Tengo sed!.. Todo se ha consumado”.
Con información de AVN