Buzos surcoreanos se sumergieron el miércoles pese a la oscuridad y la baja temperatura entre los restos del naufragio de un ferry que quedó completamente dado vuelta, tocando con sus manos los cuerpos de las víctimas mientras buscaban aún a cientos de desaparecidos.
Los expertos en buceo, equipados con líneas de oxígeno y comunicación, sólo pueden ver unos pocos centímetros frente a ellos en medio de los restos del barco que comenzó a hundirse hace una semana, luego de una maniobra brusca.
La mayoría de las víctimas eran estudiantes secundarios a los que en el momento del accidente se les ordenó que permanecieran en sus lugares por su propia seguridad.
Gran parte de los cuerpos hallados en los últimos dos días presentaban fracturas en los dedos, presumiblemente debido a intentos frenéticos por intentar trepar las paredes o pisos de la embarcación para escapar, dijeron medios.
“Estamos entrenados para (trabajar) en ambientes hostiles, pero es difícil ser valiente cuando nos topamos con cuerpos en aguas oscuras”, dijo a Reuters el buzo Hwang Dae-sik, mientras cerca de Seúl se llevaban a cabo los funerales de 25 estudiantes fallecidos en el naufragio.
Los fiscales que investigan el desastre registraron la casa de Yoo Byung-un, jefe de la familia propietaria de Chonghaejin Marine Co. Ltd, la compañía que operaba el ferry Sewol.
También registraron la casa de su hijo y la oficina de una iglesia con la que ha estado vinculado Yoo, dijo un fiscal que pidió no ser identificado.
Las finanzas de Chonghaejin y su compleja estructura accionaria han sido foco de debate en los últimos días. Yoo estuvo preso por fraude durante cuatro años a comienzos de la década de 1990.
No obstante, no estaba inmediatamente claro cuán importante era esto para el caso del hundimiento. La policía y los fiscales surcoreanos suelen realizar drásticas redadas para mostrar avances cuando se trata de un caso de alto perfil.
ARDUA TAREA
Bajo el agua, en el lugar del naufragio, los buzos pueden trabajar aproximadamente de a una hora por vez, siempre que las líneas de oxígeno no se atoren en algún rincón de la estructura interna del barco.
Cuando usan tanques de oxígeno cargados en sus espaldas, pueden trabajar unos 20 minutos antes de que suene la alarma del mecanismo.
El ferry Sewol se hundió el miércoles pasado durante un viaje de rutina desde el puerto de Incheon, cerca de Seúl, hacia la isla sureña de Jeju.
De los 476 pasajeros y tripulantes a bordo, 339 eran adolescentes y maestros de una escuela secundaria que estaban de excursión. Sólo 174 personas han sido rescatadas y el resto se presume que se han ahogado.
La cifra confirmada de muertos el miércoles era de 150, muchos encontrados en la parte posterior del barco, en la cuarta cubierta.
El desastre provocó una inusual reacción de Corea del Norte, que si bien suele amenazar con destruir a su vecina del sur en esta ocasión envió un mensaje de condolencias. Ambos países están técnicamente en guerra, dado que un conflicto civil entre 1950 y 1953 terminó sólo en una tregua.
“Expresamos nuestras condolencias por los desaparecidos y muertos, incluidos los jóvenes estudiantes, del hundimiento del Sewol”, indica el mensaje según citó la portavoz del Ministerio de Unificación surcoreano.
El buzo Hwang dijo que su equipo había recuperado 14 cuerpos hasta el momento. “Tenemos que tocar todo con nuestras manos. Este es el trabajo más extenuante y desgarrador de mi carrera”, lamentó.
El capitán Lee Joon-seok, de 69 años, y otros miembros de la tripulación del ferry han sido arrestados por cargos de negligencia. Lee también está acusado de realizar un “cambio de curso excesivo sin desacelerar”.
Varios miembros de la tripulación, entre ellos el capitán, abandonaron el barco mientras se estaba hundiendo, dijeron testigos, luego de que a los pasajeros se les había ordenado permanecer en sus cabinas pese a que era la hora del desayuno.
La presidenta surcoreana, Park Geun-hye, dijo el lunes que la conducta de la tripulación equivalía a un “acto de asesinato”. Reuters