¿A dónde va a parar toda esa inversión que se destina para la importación de alimentos, cuando vemos que la escasez lleva largos meses persistiendo en los mercales y supermercados privados?
¿Por qué en apenas un año de gobierno del presidente Maduro, se intensificó en casi un 70 % el cierre de establecimientos en centros comerciales y empresas exitosas mientras emprendieron veloz huida importantes firmas internacionales?
El país está peor incluso en comparación a cuándo Chávez mandaba con un alicate. En enero el sueldo mínimo (3.270/6.3) estaba en 519 dólares, en Febrero (3.270/11.3) bajó a 289 dólares y en marzo (3.270/55) quedamos casi en la indigencia (3.270/55) con 59 dólares. ¿Quién apuesta en llegar a diciembre?
Cada vez menos venezolanos guardan sus pocos ahorros de esperanza en el tan mentado banco del diálogo, porque saben que con el argumento de que la crisis va para largo, tanto gobierno como la MUD buscan ganar tiempo en sus reacomodos internos sin importar las formas de tanto trapo sucio, mientras negocian su sobrevivencia en la nueva correlación de fuerzas que existe dentro de las parcelas de poder.
Esto significa el ingreso -como lobos del “lobbismo” al estilo Izarra Street-, en las comisiones de los negocio de la importación de alimentos, vehículos, prendas de vestir, calzados, manufacturas, patrullas y armamento para las policías regionales y municipales, y un largo etcétera para un país dependiente hasta los tuétanos del rentismo petrolero y la corrupción.
El diálogo solo ha versado en discutir hasta el cansancio las ventajas del socialismo vs el capitalismo, el legado de Chávez y la propaganda oficial vs un concepto generalizado del bla,bla,bla, pero afuera solo persiste el caos de la inseguridad, el desempleo, el colapso de los servicios públicos, ciudades feas y disfuncionales, colas, burocracia, escasez e impunidad para el delito.
“9,2% subieron los precios de los alimentos en un año. En 12 meses los precios de los bienes se dispararon 59,4%”, titula El Universal.
Las familias se turnan para la búsqueda full cola incluida de los productos pero no los encuentran, pronto aparecerán más caros por las redes sociales o por las puntocom. La gente teme pasar hambre con la plata en la mano como en los relatos apocalípticos. Los burócratas altos y medios del chavismo viven en su burbuja particular de bienestar y llenan hasta el tope sus carritos en los supermercados de delicatesen importado, pero nadie podrá escapar de la debacle económica que nos espera a la vuelta de la esquina.
La verdadera economía está enclavada en el mercado negro de los buhoneros: la leche en polvo a Bs 150 el kilo, el litro de Mazeite a Bs 100, el kilo de harina PAN a Bs 50, mientras en los mercales la gente se pelea por un pollo. ¿Cómo consiguen esos buhoneros los productos o son parte de una rosca que viene desde muy arriba en Miraflores? ¿Por qué las policías, la fiscalía, el Indepabis y la defensoría se hacen los ciegos ante la proliferación del mercado negro? ¿Quién es el jefe del mercado negro en Venezuela? ¿Es una mafia acaso que vive en la oscuridad del caos mientras los estudiantes pierden sus vidas en las guarimbas, los colectivos violentos allanan residencias y la MUD y el gobierno dialogan sobre la nada?
Reunido con los empresarios en su ofensiva económica por la paz, el presidente Maduro criticó “los últimos 50 años de modelos económicos basados en la economía del rentismo petrolero”, incluyendo imaginamos nosotros, los 15 que gobernó con Chávez más el suyo propio, donde se dilapidaron miles de millones de dólares con la promesa de convertirnos en una potencia energética mundial y un país del primer mundo.
Incluso el zar del petróleo en Venezuela, Rafael Ramírez, llamó a superar el modelo rentista petrolero con el impulso de la producción nacional, en vez de explicar el por qué del exagerado rentismo desde su gestión.
Recordemos que en 10 años de vigencia del control cambiario han salido del territorio nacional 150 mil millones de dólares, mientras el endeudamiento para financiar la salida de capitales mediante la adquisición de bonos que emite el propio gobierno alcanzó los 80 mil millones de dólares.
El socialismo acabó con todo: economía bajo control del Estado, inversionistas locales e internacionales desmotivados y sin incentivos, control de precios, control de cambios, control del comercio exterior, expropiaciones, cartilla de racionamiento.
¿A dónde fue a parar aquella Venezuela ganadera y agrícola? En los textos escolares de entonces se mostraban las fincas del sur del lago como emporio de la despensa nacional. ¿Quiénes acabaron con todo eso? ¿Quiénes nos sometieron a la fuerza a vivir de las importaciones?
¿No fue el exagerado rentismo una fórmula utilizada por el castrocomunismo para acabar con la economía venezolana? ¿Hasta cuándo tanto zamuro cuidando carne?
@damasojimenez