Los estudiantes venezolanos están recurriendo a formas más creativas para manifestar su descontento contra del gobierno de Nicolás Maduro, para compensar el desgaste de tres meses de protestas en las calles.
A medida que la cantidad de manifestantes se reduce y los enfrentamientos diarios en las avenidas pierden fuerza, los estudiantes han comenzado a publicar fotos de ellos mismos desnudos en Twitter, a tocar música en vivo y actuar en las calles para darle un nuevo aire a las protestas.
Eliana Mora, una estudiante de 25 años de edad, de la Universidad Católica Andrés Bello expresó que “esta es una forma diferente de motivarlos y hacer que hagan otra cosa”, por lo que fue una de las participantes de la iniciativa #MejorDesnudosQue, donde compartió su foto con las palabras “mejor desnudo que sin derecho a expresarme”.
Las nuevas tácticas tienen como objetivo dar al movimiento de protesta un atractivo más amplio y desmarcarse de las imágenes de violencia, bombas molotov y gases lacrimógenos que se han convertido en referente de las manifestaciones.
Las protestas antigubernamentales se iniciaron a principios de febrero en una universidad del occidental estado Táchira y, rápidamente, corrieron como reguero de pólvora por todo el país con la incorporación de líderes políticos de oposición.
Según cifras oficiales, 41 personas han muertos desde febrero y cientos han sido heridos.
Hartos de la elevada inflación, la delincuencia y la represión a las protestas, los manifestantes claman por un cambio en Venezuela. Algunos exigen, incluso, la renuncia del heredero del fallecido Hugo Chávez.
Un núcleo duro aún permanece en las calles, quemando neumáticos y bloqueando carreteras, pero muchos han optado por quedarse en sus casas. Mientras, Maduro parece seguro en la presidencia y hasta ha dicho que duerme “como un niño”.
CAMPAMENTOS OPUESTOS
Para moderar la intensidad de sus protestas, algunos activistas están cambiando la confrontación callejera por recursos más emotivos. Han estado saliendo antes del amanecer para colocar cruces, ataúdes y lápidas en avenidas importantes como símbolo de las víctimas en Venezuela.
Otros, interpretan canciones y obras de teatro en plena calle.
“Yo amo a mi país, pero los venezolanos prefieren ir a la playa (…) simplemente no les importa”, se quejó Andrea Lacoste, de 24 años, quien escribió la balada de protesta “Canción sin colores”, cuya letra lamenta “el desinterés y la insensatez de los venezolanos”. http://goo.gl/lM8Jak
Los disturbios de los últimos tres meses han revivido las viejas divisiones y quebrado las altas esferas de la dirigencia de la oposición entre la línea dura, que apoya las manifestaciones, y los moderados preocupados de que las tácticas radicales jueguen a favor del gobierno.
Un ejemplo de esa fractura son dos campamentos de “resistencia” alejados, no sólo metodológicamente, sino por un kilómetro de distancia en el este de Caracas.
A las afueras de una oficina de la ONU, más de 100 carpas bloquean una avenida principal de la ciudad, equipadas con alimentos y medicinas, así como guardias de seguridad.
“Queremos que venga una comisión de la ONU a ver los abusos a los derechos humanos que hay aquí”, dijo Francia Cacique, de 24 años, a la entrada de su propia carpa.
Cerca de allí, otros manifestantes se agolpan en un campamento más pequeño oponiéndose a la intervención extranjera.
“Es un problema venezolano que tenemos que solucionar los venezolanos”, concluyó Geraldine Falcón, de 25 años, quien dirige el campamento.
Con información de Reuters.