Tras más de catorce años de negociaciones, trámites y bloqueos, el proyecto de museo dedicado a Charlie Chaplin (1889-1977), en su residencia en Suiza, podría abrir sus puertas en la primavera de 2016.
Para mostrar que el proyecto está finalmente en marcha, sus promotores organizaron el miércoles una conferencia de prensa en la que fue la casa de Chaplin, en Corsier-sur-Vevey, Suiza, a la que asistieron todos los actores que participan en el millonario proyecto.
En la inmensa propiedad de 14 hectáreas de la mansión de Ban, en donde Charlie Chaplin vivió los últimos 25 años de su vida, se distingue una excavadora, prueba de que se superaron todos los obstáculos existentes para llevar adelante este proyecto a la vez artístico y cultural.
“Vamos a construir algo único, un museo que combine a la vez la cultura y el entretenimiento”, declaró a la AFP Yves Durand, autor del concepto.
La obtención del permiso de construcción duró siete años. Se tuvo que esperar también el cierre de un largo juicio de cinco años, entablado por un vecino preocupado por las molestias que podría generar el proyecto.
“Ahora todo está resuelto, tenemos el financiamiento, el contratista, el arquitecto, el escenógrafo, y el acuerdo de la familia”, añadió.
Mickael Chaplin, de 68 años, uno de los hijos de Charlie Chaplin, que vivió en la casa suiza hasta 2008, habló durante un discurso de la triste infancia de su padre. “Vivió en la miseria total, abandonado por su padre y con una madre a menudo internada en un hospital psiquiátrico, y esta casa era para él la casa de sus sueños, tal y como lo mostró en su película Los Tiempos Modernos”, contó.
La gran felicidad de Charlie Chaplin, en los últimos años de su vida, era poder servir a sus invitados las “verduras de su huerto, los espárragos, los guisantes, las lechugas, sin olvidar las fresas”, añadió.
Su hermano, Eugène Chaplin, de 61 años, dijo por su parte a la AFP que su padre amaba pasear cerca del lago Léman en Vevey, en donde “lo dejaban en paz”.
Sus padres descansan en el cementerio comunal de Corsier-sur-Vevey, junto a la tumba del actor James Mason (1909-1984), un amigo de la familia.
Tres de los ocho hijos que Charlie Chaplin tuvo con Oona estuvieron presentes el miércoles en la mansión de Ban: Mickael, Eugene y Victoria.
Cinco de sus hijos viven en Suiza, mientras que los otros tres viven en Colombia, Estados Unidos y Francia.
“Mis padres fueron felices aquí”, afirmó Eugene Chaplin, quien contó que su padre paseaba todos los días en los jardines de la mansión, bajo la sombra de árboles centenarios, “incluso cuando llovía”.
El proyecto revelado el miércoles cuenta con dos fases: la restauración de la Mansión de Ban, una casa neoclásica construida hace unos 200 años, y actualmente en mal estado, y la construcción de una nueva estructura para albergar el museo.
La Mansión podrá ser visitada como la última morada de Chaplin, y el museo será dedicado a la obra del cineasta, actor y compositor, con unos 4.000 metros cuadrados de exposición.
Los visitantes podrán descubrir al artista desde sus modestos orígenes en Londres hasta su período en Hollywood. Se reconstituirán decoraciones escénicas de sus filmes, entre otros la calle Easy Street que aparece en varias de sus películas.
El museo Grévin, que participa en el proyecto, presentará por su parte unos treinta personajes de cera, entre ellos Charlie Chaplin, pero también personajes célebres con los que compartió momentos de su vida.
Se calcula que unas 300.000 personas visitarán cada año este museo, en honor a uno de los más grandes de los inicios de la industria cinematográfica. AFP