(deInmediato) La inflación en la OCDE repuntó al 1,6% en marzo pero bajó en la zona euro.- La inflación interanual experimentó un incremento de dos décimas en marzo respecto a febrero, hasta el 1,6 % en el conjunto de la OCDE, pese a que en la zona del euro el movimiento fue inverso, con un descenso de dos décimas al 0,5 %, según los datos publicados hoy. El repunte global en los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se explicó en particular por los ascensos en Estados Unidos (cuatro décimas al 1,5 %), Canadá (cuatro décimas, también al 1,5 %) o Japón (una décima al 1,6 %).
La organización explicó en un comunicado que el incremento de la inflación tuvo que ver sobre todo por el encarecimiento de la energía: 0,9 % de subida en un año entre marzo de 2013 y el mismo mes de este año, frente al descenso interanual del 0,4 % en febrero. También contribuyeron los alimentos, con una progresión de los precios hasta el 1,7 % en marzo, comparada con el 1,6 % un mes antes. Incluso si se excluyen esos dos elementos, la llamada inflación subyacente registró una ligera corrección al alza de una décima en marzo hasta el 1,7 %.
En la zona del euro, en cualquier caso, la evolución fue a la baja, e incluso cuatro de sus países miembros tenían tasas de inflación negativas: Grecia (-1,5 %), Portugal (-0,4 %), Portugal (-0,2 %) y España (-0,2 %). Sólo en otros dos Estados de la OCDE se daba esa situación en marzo, en concreto en Suecia (-0,4 %) y en Suiza (-0,1 %). En los tres grandes de la zona del euro, la inflación se ralentizó en marzo: en Alemania bajó dos décimas al 1 %, en Francia tres décimas al 0,9 % y en Italia una décima al 0,4 %. La OCDE había recomendado al Banco Central Europeo (BCE) en su informe semestral de Perspectivas, publicado el martes, que bajara todavía más sus tipos de interés, al 0 %, para mitigar la amenaza de la deflación, que considera que sigue presente.
En marzo, las tasas de inflación más elevadas en el conocido como el “Club de los países desarrollados” se daban en Turquía (8,4 %), Chile (3,9 %), México (3,8 %), Australia (2,7 %) e Islandia (2,2 %).
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Barroso asegura que Italia estuvo “al borde del abismo”.- Italia estuvo “al borde del abismo” y hubo quien quería “ponerla bajo la tutela del Fondo Monetario Internacional” (FMI), aseguró hoy en Florencia (centro) el presidente de la Comisión Europea (CE), Jose Manuel Durao Barroso. “Italia estuvo verdaderamente al borde del abismo durante los peores momentos de la crisis”, dijo Barroso, quien consideró que “por suerte” no ocurrió que el país quedara bajo la vigilancia del organismo multilateral. El presidente de la CE hizo estas declaraciones durante la conferencia titulada “El Estado de la Unión”, que pronunció hoy en la ciudad italiana.
“Recuerdo un G20 (grupo de Estados más desarrollados y emergentes) en Francia, cuando algunos países pidieron poner a Italia bajo el control del Fondo Monetario Internacional, también (el presidente estadounidense, Barack) Obama”, dijo Barroso, según informaron medios italianos. Posteriormente, el presidente de la Comisión Europea aseguró que está convencido de que “la crisis existencial del euro está resuelta”. Respecto a las próximas elecciones al Parlamento Europeo, el 25 de mayo, Barroso dijo que “si los líderes critican a la Unión Europea, la gente votará en contra. Necesitamos un nuevo consenso sobre Europa y esto exige un liderazgo fuerte”.
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¿Por qué están disparadas las grandes petroleras?.- Las acciones de las compañías energéticas están disfrutando de un momento dulce de mercado. Ante la indecisión de los índices bursátiles el sector ha recogido con agrado el creciente interés de los inversores. Lo extraño de este fuerte movimiento alcista es que se está produciendo con un precio del barril de crudo que apenas se ha movido y que sigue en la parte baja de su rango de cotización. El sector energético es, hasta la fecha, uno de los sectores estrella de la Bolsa europea. Los primeros meses del año ha destacado por el buen comportamiento sobre todo de las grandes petroleras integradas.
El año 2013 paso sin pena ni gloria para este sector, que se vio perjudicado por unas expectativas negativas en torno a la rentabilidad de un negocio que cada vez es más intensivo en capital. La languidez con la que se ha movido el sector en el pasado ha dado paso a un fuerte movimiento alcista que ha coincidido en el tiempo con el recrudecimiento de la situación política en Ucrania. Este factor parece haber sido el desencadenante del explosivo movimiento alcista, pero si nos atenemos a la reacción del petróleo en este mismo periodo no parece que el precio del barril de crudo, o del gas, estén descontando un fuerte repunte como consecuencia de las posibles sanciones a Rusia.
En el gráfico comparativo entre el índice del sector energético europeo, incluyendo países no euro, y el crudo, vemos como la correlación en la evolución de ambos es muy alta. Salvo en el periodo de junio a octubre de 2011 en el que el sector se desplomó sin que hubiese una caída similar en el crudo. Actualmente se está produciendo el efecto contrario. El sector está claramente alcista mientras el precio de crudo apenas se ha movido, más bien se encuentra en un nivel cercano a la parte inferior del rango de los últimos tres meses.
Si la inestabilidad en Ucrania no ha afectado al precio del crudo y este a su vez no es el factor desencadenante del repunte de las acciones, ¿qué es lo que ha hecho cambiar la percepción sobre el sector? Hace unos meses comentaba al respecto de la débil evolución de las compañías energéticas que el mercado estaba muy preocupado por la capacidad de la industria para generar flujos de caja lo suficientemente sólidos como para mantener su política de dividendos. Esa preocupación está más que justificada en un sector con necesidades de inversión muy importantes y con un nivel de dividendos por encima de la media del mercado.
La posibilidad de que se pudiesen producir recortes en los dividendos suponía un riesgo importante para los inversores. Este temor podría haber desaparecido en los últimos meses, tal y como demuestra el gráfico adjunto. Está recuperación en los flujos de caja generados por la industria podría ser la razón del buen comportamiento de las acciones del sector. En todo caso, y dada la verticalidad del movimiento, sería necesario que el precio del crudo también reaccionase al alza para que el movimiento del sector tuviese continuidad a partir de los niveles actuales. Javier Montoya es analista de Alpha Plus.
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S&P mejora a estable la perspectiva del ráting ‘BB’ de Portugal.- Standard & Poor’s ha revisado a estable desde negativa la perspectiva del rating ‘BB’ de Portugal como consecuencia de la recuperación “más rápida de lo previsto” de la economía y el mercado laboral luso y la completa aplicación por el Gobierno de las condiciones previstas en el rescate recibido. “Pensamos que Portugal registrará un crecimiento promedio del 1,4% anual entre 2014-2015, principalmente apoyado en el crecimiento de las exportaciones”, indicaron los analistas de S&P, que también confían en una “gradual recuperación” de la demanda del sector privado a medida que mejora la situación del mercado laboral en Portugal.
No obstante, la agencia advierte de que la demanda doméstica seguirá viéndose afectada por los elevados niveles de deuda de los hogares y empresas y por el riesgo de hacer frente al servicio de la misma como consecuencia del descenso de los ingresos de empresas y familias. En este sentido, S&P recuerda que los datos del Banco Central de Portugal cifran la deuda pública y privada del sector no financiero en un 445% del PIB a finales de 2013, lo que supone únicamente un descenso de medio punto porcentual en un año y es todavía un 22% superior al endeudamiento existente en 2008.
La calificadora de riesgos considera que, a pesar de la mejora de los flujos externos “las vulnerabilidades externas de la economía persisten” como consecuencia de la significativa deuda exterior de Portugal, cuyos costes de financiación para el sector privado aún son relativamente elevados. De este modo, la agencia podría plantearse elevar la nota de Portugal si el Gobierno continúa implementando las reformas estructurales después de la finalización del programa de rescate y si aprecia una aceleración del proceso de desendeudamiento del sector privado facilitado por una mejora de las condiciones de crédito junto a una recuperación de los mecanismos de transmisión monetaria.
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Santander incorpora desde hoy 217 millones de nuevas acciones La cotización de Santander incorpora desde hoy los 217 millones de títulos, el 1,88% del capital, emitidos para hacer frente al pago del dividendo en acciones. El 88% de los accionistas del Santander optó por recibir el dividendo en títulos, y para hacer frente a este pago, la entidad bancaria emitió 217,01 millones de nuevas acciones.
El importe del aumento de capital ha alcanzado los 108,5 millones euros. Una vez completada esta ampliación, el capital social del banco se eleva a 5.889,04 millones de euros, representado por 11.778,08 millones de acciones de cincuenta céntimos de euro de valor nominal cada una. Las acciones de Santander se sumaron ayer al rally bursátil desatado por el Banco Central Europeo. Al cierre de la sesión se revalorizaron un 2,3%, hasta los 7,32 euros. En lo que va de año, hasta el cierre de ayer, los títulos de Santander rozan el 18% de revalorización. Fruto de esta subida, su capitalización bursátil supera los 84.000 millones de euros.
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Draghi sugiere que el BCE está listo para actuar en junio y hace caer el euro.- Los mercados como conversaciones. El jefe del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, mantuvo este jueves un tenso diálogo con los inversores —y con los líderes políticos que le presionan desde hace tiempo para que mueva ficha de una vez— en la rueda de prensa posterior a la reunión de su consejo de gobierno, esta vez en Bruselas. Primero mandó callar. Visiblemente molesto, pidió silencio a los Gobiernos y a las diversas instituciones multilaterales que desde hace tiempo le reclaman por tierra, mar y aire algo más que intervenciones verbales a la vista de los malos datos económicos en Europa.
Alguien se asustó y el euro subió hasta máximos de los últimos 30 meses en unos minutos. Pero a renglón seguido, y tras medio año de malas excusas, Draghi prometió al fin algo más que palabras para la próxima reunión, en junio: el tipo de cambio del euro se relajó de inmediato, las Bolsas subieron y los asustados, en fin, respiraron con alivio. La intervención de Draghi hizo caer el euro e impulsó a las Bolsas.El oficio de banquero central tiene más de arte que de ciencia, y las más de las veces consiste en decir la frase adecuada en el momento justo.
Draghi empleó media hora en arengar a los políticos para que respeten su venerable independencia, y en dibujar un panorama económico plagado de claroscuros; en la gama de los grises a pesar del triunfalismo declarativo de Bruselas y de las capitales europeas. Solo después de esa introducción soltó la frase clave: “El consejo se siente cómodo para actuar en junio si es necesario”. Esas son las palabras mágicas que apuntan a que el BCE bajará, según todos los indicios, los tipos de interés dentro de un mes si las previsiones de precios siguen dando sorpresas desagradables, como ocurre desde noviembre.
La inflación de la eurozona cerró abril en el 0,7% y lleva medio año por debajo del 1%, la frontera que el propio Draghi denomina “zona de peligro”; no alcanzará el 2% —objetivo del BCE— al menos hasta 2016. El euro, además, roza los 1,40 dólares por unidad, cifra que dificulta la salida de la crisis y a su vez tira a la baja de los precios. Ante una recuperación que no termina de echar raíces pese a quienes insisten en decretar el final de la crisis de forma prematura, Draghi prometió atender las plegarias de Francia, de España, de la Comisión Europea y del Fondo Monetario Internacional.
Esa prometida rebaja de tipos implica adentrarse en territorio inexplorado: el precio oficial del dinero se acercará aún más al 0%, y las tasas de depósito se situarán en niveles negativos por primera vez en la historia de la eurozona, según sugirió el BCE. Con esa medida extraordinaria, Fráncfort obliga a las entidades financieras a pagar por dejar su dinero ocioso en la ventanilla de banco central; como si un cliente de una entidad bancaria tuviera que pagar intereses por dejar el dinero en depósito. Pero esa es, esencialmente, una señal inequívoca de que Draghi está dispuesto a casi todo: incluso a activar el botón nuclear si es necesario.
Porque la siguiente bala del banco central son las compras de activos a la americana, aunque esa posibilidad aún queda lejos y solo se activaría si a pesar de todo la inflación siguiera a la baja y el euro no se deshinchara. Con voz queda —de momento—, el BCE les está diciendo a los mercados que no apuesten por un euro tan fuerte, y empuja a la banca europea a que dé crédito para salir de la trampa en la que está metida Europa. “Cuando pare la música, las cosas se complicarán. Pero mientras la música siga sonando hay que bailar”, decía en julio de 2007 Chuck Prince, exconsejero delegado de Citigroup.
Poco después paró la música, se apagaron las luces y la fiesta estuvo a punto de acabar como el rosario de la aurora: han pasado más de seis años desde entonces, y solo la melodía improvisada que van tocando los bancos centrales ha evitado algo parecido a una gran depresión. El más conservador, el menos melómano de todos ellos es el BCE: fue el primero en activar medidas excepcionales, pero desde el principio ha sido mucho más remolón que sus homólogos en EE UU, Reino Unido y Japón. Quizá por eso, y por una gestión de la crisis en Bruselas y Berlín muy discutible, la recuperación europea es más frágil, el paro es más elevado y los precios están merodeando la frontera de la deflación, un peligroso animal económico de difícil arreglo.
El BCE —con el plácet imprescindible de Berlín— hizo lo necesario para mantener el euro intacto, pero ha adoptado una actitud menos activa que otros bancos centrales para que los países se disciplinen, hagan reformas, recorten el gasto público, esas cosas. Los efectos colaterales de esas políticas se dejan sentir con ese nivel de inflación del 0,7%, muy lejos del objetivo del BCE, que impide a la periferia sacar más partido del doloroso ajuste recetado. E incluyen un tipo de cambio muy fuerte que dificulta la salida del túnel, y contra el que Draghi cargó una y otra vez a lo largo de su comparecencia ante la prensa.
“Hasta mediados del año pasado, el 80% de la caída de la inflación se explicaba por los precios de la energía y de los alimentos. Pero desde entonces la presión del tipo de cambio es importante, y supone una seria preocupación para el BCE”, resumió. No hay una forma sencilla de salir de esa especie de jaula europea en la que ahora mismo los deudores no pueden gastar y los ahorradores no quieren gastar.
Pero Draghi ha ido reuniendo con mucho trabajo apoyos políticos —en una eurozona fracturada de Norte a Sur— y cargándose de razones en los últimos meses, en los que ha sesteado a la espera de acumular suficientes indicios para acometer nuevas medidas excepcionales. Draghi esperará a junio para tener todavía un signo más: el Eurobanco publicará entonces las nuevas previsiones de inflación para tres años, que ha ido revisando a la baja ante la constatación de que la realidad era peor que los pronósticos. Solo entonces se verá la pólvora que hay de veras tras el discurso del jefe del BCE.
Los analistas ya dan por hechos los disparos: este mismo jueves empezaron las elucubraciones sobre el calibre de la próxima decisión del banco capitaneado por Draghi, cómodamente instalado en su trono pese al alud de crítica. “El BCE puede y debe actuar”, decía Guntram Wolf, de Bruegel. “Draghi deja claro que todo el consejo está insatisfecho y que está listo para pasar a la acción”, analizaba en Bloomberg Elga Bartsch, de Morgan Stanley. Y así ad infinítum, a la espera de que Draghi tome la palabra en junio. “Somos arrogantes porque somos buenos”, decían hace años en el Bundesbank; “nos vemos en junio”, se limitó a apuntar para despedirse el jefe de la institución europea.
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Yellen pide cambio de timón.- La presidenta de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, Janet Yellen, instó al Congreso a abordar los desafíos presupuestarios a largo plazo del país y advirtió que el camino actual es insostenible. Podemos ver que si vamos 20, 30, 50 años sin más cambios en política fiscal, se proyecta que el ratio de deuda a PIB aumentará a niveles insostenibles, dijo Yellen al Comité Presupuestario del Senado. Me uno a mi predecesor en decir que creo que es importante que el Congreso aborde ese tema, sostuvo.
En el segundo día de su testimonio ante el Congreso, Yellen dijo que un reciente endurecimiento de la política fiscal había sido uno de los vientos en contra que minaron los esfuerzos de la Fed por impulsar una recuperación económica más enérgica. También afirmó que una reducción del lastre de la política fiscal este año era una de las razones por las que funcionarios del banco central estadounidense prevén que el crecimiento se acelere un poco este año. “Mi predecesor pidió, en cierto modo, que la política fiscal no debiera provocar daño”, declaró Yellen en referencia a Ben Bernanke, que dejó la presidencia de la Fed a fines de enero.
Quiero concordar con mi predecesor al enfatizar (…) que la sostenibilidad de la política fiscal y de la deuda a largo plazo es algo muy importante, agregó. Al ser consultada respecto a si se necesitaría de reformas a programas sociales para colocar al presupuesto en un nivel sostenible, o si las alzas de impuestos por sí solas podrían resolver el problema, declinó a responder. No pretendo evaluar sobre (aspectos) particulares, comentó, sugiriendo que -al igual que Bernanke- evitaría dar al Congreso consejos específicos sobre política fiscal. Yellen reiteró que la Fed probablemente mantendrá la tasa de interés referencial cercana a cero durante algún tiempo debido al considerable grado de debilidad en el mercado laboral estadounidense. También advirtió de que el enfriamiento en el sector de la vivienda podría minar sus expectativas de que la economía crezca algo más velozmente este año que en 2013.
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Fannie Mae pagará $5 mil 700 millones.- La agencia hipotecaria estadounidense Fannie Mae, que requirió un rescate estatal por la crisis financiera de 2008, anunció ayer que pagará en junio $5 mil 700 millones en dividendos a las arcas del Estado. Fannie Mae y su organización hermana Freddie Mac, que también es controlada por el Estado, tienen un papel central en el mercado inmobiliario estadounidense, al comprar hipotecas a bancos privados con el fin de proveer a las instituciones financieras suficiente liquidez para otorgar nuevos créditos.
Cuando estalló la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en 2007, estas dos instituciones hipotecarias estuvieron en peligro de declarar la quiebra. Tanto Fannie Mae como Freddie Mac recibieron fondos de rescate y permanecen bajo control del Gobierno. Desde septiembre de 2008 operan bajo la vigilancia de la Agencia Federal de Financiamiento de Vivienda. Fannie Mae recibió $116 mil 100 millones del Gobierno estadounidense, pero ya devolvió $126 mil 800 millones.
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Morosidad, debilidad de los bancos chinos.- Los bancos de China enfrentan crecientes riesgos surgidos de la banca informal, la deuda de los gobiernos locales, los préstamos no recuperados en industrias con capacidad excesiva y los previsibles descensos en los precios inmobiliarios, advirtió un economista. La señal de alerta fue hecha sonar por Xiang Songzuo, economista en jefe del Banco de Agricultura de China, cuando habló con Shanghai Securities News.Xiang prevé que 2014 será un año de riesgos a gran escala, encabezados por riesgos de incumplimiento. Alrededor de 40% de los negocios de la banca informal y 30% de las deudas del gobierno local serán incumplidas este año. El peligro se deriva de los préstamos sin pagar en sectores con capacidad excesiva y la posibilidad de una caída en los precios de casas.
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Economía mexicana lleva siete meses en recesión.- Bajo el Sistema que divulga el Inegi, la economía se encuentra en una fase de recesión tras alcanzar un punto máximo, decrecer más de nueve meses y ubicarse por debajo del nivel de 100. Con los datos actualizados dados a conocer ayer, correspondientes a febrero de este año, el comportamiento recesivo de la economía habría iniciado en agosto del 2013. La economía mexicana suma siete meses en recesión, de acuerdo con los más recientes datos del Sistema de Indicadores Cíclicos (SIC) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Bajo el Sistema que divulga el Inegi, la economía se encuentra en una fase de recesión tras alcanzar un punto máximo, decrecer más de nueve meses y ubicarse por debajo del nivel de 100 que representa la tendencia de crecimiento de largo plazo de la actividad económica. Los primeros datos que cumplieron con esta definición se dieron a conocer en el mes de septiembre y correspondieron a las mediciones efectuadas para el mes de junio. En aquel momento, Dinero en Imagen reportó la situación. Con los datos actualizados dados a conocer ayer, correspondientes a febrero de este año, el comportamiento recesivo de la economía habría iniciado en agosto del 2013 tras ubicarse por debajo del nivel de 100 y de haber alcanzado un máximo 14 meses atrás, en mayo del 2012.
Es importante mencionar que bajo la metodología del SIC una recesión no implica necesariamente una contracción en el Producto Interno Bruto. Durante el 2013 sólo el segundo trimestre mostró un crecimiento negativo de 0,69%, mientras que el resto de los trimestres creció, si bien a un ritmo lento. Esto se debe a que la definición de recesión como dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, que es comúnmente usado por la clase política “es más una regla de aproximación que un criterio formal”, dijo hace unos meses a Dinero en Imagen el economista Jonathan Heath.
La definición más aceptada de recesión es la del Buró de Investigación Económica de Estados Unidos, si bien utilizan una metodología diferente, la cual dice que se trata de “una caída significativa de la actividad económica que se extiende por toda la economía en su conjunto, que dura más que unos pocos meses y que sea normalmente visible en el PIB real, el ingreso real, el empleo, la producción industrial y en las ventas al menudeo y mayoreo”. El indicador coincidente del SIC incluye para su medición la actividad económica mensual, actividad industrial, ventas netas al por menor en establecimientos comerciales, asegurados permanentes en el IMSS, tasa de desocupación urbana, e importaciones totales. Debido a esto es posible decir con los datos del SIC que la economía mexicana está en recesión. (deInmediato)