En cuestión de asma, no hay paridad. Se trata de una realidad: desde la adolescencia, la proporción de mujeres asmáticas siempre es superior a la de los hombres, independientemente del grado de severidad de la enfermedad. Y es en la cuestión de las hormonas donde se tiene que encontrar una explicación para esta especificidad femenina. Ciertamente existe una relación entre asma y hormonas femeninas, y esto en todos los períodos de la vida de una mujer.
Menopausia y embarazo
El período que precede a las reglas, llamado período premenstrual, está asociado en las mujeres a una serie de síntomas físicos y emocionales, como los dolores de cabeza, los senos hinchados, o la irritabilidad. El período premenstrual está relacionado con una mayor gravedad del asma.
Igualmente, el embarazo también está relacionado con un mal control del asma. Durante este período, en efecto, el riesgo de que se agrave el asma se multiplica por 2 o por 3 en la mujer embarazada, con relación a la mujer que no lo está.
La menopausia y los tratamientos hormonales pueden jugar también un papel en la disminución de la función respiratoria, y por lo tanto, favorecer los síntomas asmáticos.
El diagnóstico del asma
La prevalencia del asma ha aumentado fuertemente en los países industrializados desde hace 30 años. Hoy en día, hay 235 millones de asmáticos en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, y sin embargo todavía no se han elucidado completamente las causas del asma. Los factores de riesgo mayores están relacionados con la asociación de una predisposición genética y la exposición a ciertas sustancias presentes en el ambiente.
El diagnóstico del asma no siempre es evidente. En efecto, sus síntomas varían de una persona a otra. Lo más corriente es que el asma se manifieste a través de dificultades respiratorias y falta de aire tras un esfuerzo, con silbidos respiratorios característicos. Pero también hay que pensar en el asma, en caso de bronquitis recurrentes con silbidos o ataques de tos seca que persisten tras un episodio infeccioso. Cabe destacar que las crisis se originan normalmente tras un contacto con elementos alérgenos: animales, plantas, polvo, tabaco, olores, etc.
Muchas asmáticas no lo saben, pero una tos vulgar puede constituir el único síntoma del asma. Por eso, hay que saber que cuanto antes se diagnostique –cuando los síntomas son aparentemente sin gravedad– menores son las complicaciones. El no someterse a un diagnóstico es tomar el riesgo de ver evolucionar el asma hacia lesiones de bronquios irreversibles.