Un grupo de investigadores de la Universidad de California ha descubierto el fósil de una extraña criatura prehistórica desconocida hasta ahora. Pertenece a la categoría de los organismos ediacáricos (o Biota del período Ediacárico), los más complejos de su época, hace entre 635 y 542 millones de años. El estudio se publica en la revista Journal of Paleonthology. abc.es
Se llama Plexus ricei y su aspecto es el de un largo tubo curvado. Vivía en los fondos marinos y tenía una longitud de entre 5 y 80 cm por un grosor que oscilaba entre los 5 y los 20 mm. Vivió hace unos 575 millones de años y desapareció hace 540 millones de años, justo al mismo tiempo en que se producía la “explosión del Cámbrico”, uno de los mayores acontecimiento biológico de todos los tiempos y durante el que aparecieron todos los géneros de seres vivos que podemos ver en la actualidad.
“Plexus no se parece a ningún otro fósil conocido del Precámbrico – afirma Mary L. Droser, cuyo laboratorio ha dirigido la investigación- Tenía simetría bilateral en un tiempo en que esta característica estaba aún apareciendo sobre este planeta. Era alargado y plano, muy parecido a ciertos gusanos modernos”.
“Los fósiles de Ediacara nos dejan completamente perplejos -asegura por su parte Lucas V. Joel, autor principal del estudio-. No se parecen a ningún animal vivo de la actualidad, y sus formas de vida están aún muy poco comprendidas”. Durante este largo periodo, la vida no había salido aún del mar. No había organismo alguno en tierrafirme y todos los seres vivientes habitaban aún en los océanos.
Bioturbador
Según los investigadores, la escasez de organismos “bioturbadores” (capaces de alterar los sedimentos) durante el período ediacárico permitió a criaturas como Plexus prosperar en los fondos marinos, algo que resultó imposible después de la explosión del Cámbrico.
“La ausencia de bioturbación -explica Joel- también contribuyó a crear un régimen único de preservación de los fósiles. Cuando un organismo moría y acababa enterrado, se formaba un molde de su cuerpo en el sedimento. A medida que el cadáver se descomponía, el sedimento circundante rellenaba ese molde. Lo cual significa que lo que encontramos no son los fósiles originales de estas criaturas, sino los moldes de sus cuerpos”.