La organización Human Rights Watch (HRW) denunció hoy que helicópteros del régimen sirio lanzaron barriles con gas de cloro contra tres localidades del norte del país a mediados de abril pasado.
Estas bombas cayeron sobre los pueblos de Kafr Zita, en la provincia central de Hama, y de Al Temana y Telmans, ambos en la provincia septentrional de Idleb, dijo HRW.
Algunos testigos explicaron que el olor desprendido tras esos ataques era parecido al de los productos de limpieza, que también contienen cloro.
La mitad de los entrevistados por la organización añadió que las explosiones produjeron un humo “amarillo”, además del que normalmente sale de los lugares bombardeados.
Mientras, el personal sanitario aseguró que entre la población aparecieron síntomas como vómitos, picor y enrojecimiento de ojos, así como dificultades para ver o respirar de distinto grado.
El experto en agentes químicos Keith Ward dijo a Human Rights Watch que esas pruebas “apoyan la conclusión de que en los ataques se utilizó gas de cloro, seguramente por la ruptura de cilindros comerciales de gas comprimido de cloro”.
El grupo recordó que la única parte en conflicto con helicópteros y aviones es el Gobierno sirio.
“El aparente uso de Siria del gas de cloro como un arma -por no mencionar sus ataques a civiles- es una violación de la ley internacional”, apuntó la subdirectora de HRW en Oriente Medio y el norte de África, Nadim Houry.
“Esta es una razón más para que el Consejo de Seguridad de la ONU lleve el caso de Siria a la Corte Penal Internacional”, agregó.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) ya anunció a finales de abril la constitución de una misión de investigación en Siria para estudiar los supuestos ataques con gas de cloro denunciados por activistas.
Entre otras cuestiones, esa misión deberá aclarar el ataque del 11 de abril en Kafr Zita, del que el Ejecutivo de Damasco y la oposición se acusan mutuamente.
El régimen de Damasco se ha comprometido a entregar todo su arsenal químico para su destrucción antes del próximo 30 de junio, si bien la ONU ha expresado recientemente su inquietud por la falta de acceso al 8 por ciento de ese armamento que permanece aún en territorio sirio. EFE