Existen falsos dogmas tales como que la gasolina es muy barata y que el aumento de la misma ocasionó el caracazo. En otros países este combustible tiene un precio muy superior, no solo porque algunos tienen que importar el petróleo, sino porque los impuestos fluctúan entre un 31 y casi un 50%. En Venezuela hay un elevado costo que pasa desapercibido al momento de comparar precios. Por ejemplo, cuando un vehículo cae en un hueco y hay que reparar el tren delantero o cambiar amortiguadores y, además, no se consiguen los repuestos, lo lógico sería sumar esos costos al precio de la gasolina, lo cual ya no la haría barata. Evidentemente no debemos pagar un precio similar al internacional porque aquí nuestras calles parecen un queso de Gruyere. Es más, como diría Cantinflas, aquí nos tocaron solo los huecos del queso.
Los costos varían de acuerdo a la disponibilidad del hidrocarburo, a la eficiencia de las refinerías y del sistema de transporte. Tenemos petróleo, pero el costo de producción es elevado. En el 2001 cada trabajador producía 47 barriles por día, mientras que hoy solo produce entre 16 y 19. Además, regalamos en parte 271.000 barriles diarios a Petrocaribe, Cuba, Argentina, Bolivia y Uruguay. Las refinerías operan a un 70% de su capacidad por falta de mantenimiento e ineptitud operacional, por lo cual en el 2013 Pdvsa tuvo que importar 6.500.000 barriles de gasolina y 6.497.000 de diesel. El transporte es deficiente por escasez de repuestos y accidentes.
El otro falso dogma es el del “caracazo”. Está documentado que los saqueos se iniciaron por un aumento no anunciado y aplicado inoportunamente del precio del transporte entre Guarenas y Caracas. Se propagaron por ineptitud del gobierno al no controlar a tiempo a los malhechores. También influyó que la policía se cruzó de brazos. Posteriormente se sumaron los agitadores de extrema izquierda. Ahora los rojos predican que ese fue el inicio de la gesta revolucionaria, pero realmente esos saqueadores son los mismos que desvalijan la mercancía de camiones accidentados y que roban a particulares que fallecen en accidentes.
La conclusión es que elevar el precio de la gasolina no tiene que causar un nuevo caracazo, pero este aumento sería inmoral mientras estemos regalando parte de nuestro petróleo a otros países, exista una gran ineficiencia en su producción por parte de la inepta gerencia de Pdvsa y, además, que nuestros vehículos se deterioren por el mal estado de las vías.
Como en botica: Otros falsos dogmas que intentan imponer algunos como Carlos R. Hernández es que, al sumarse al paro cívico, los trabajadores de la Pdvsa meritocrática la entregaron a los rojos. ¿Acaso el que permanecieran en sus puestos evitó las tomas del BCV, Cantv, Metro, empresas de Guayana, Agroisleña, Globovisión, Circuito Belfort y fincas en producción? Quedarnos en Pdvsa era ser cómplices de irregularidades. Otro falso dogma es que la abstención del 2005 permitió que los rojos se apropiaran de todos los Poderes del Estado. ¿Acaso no recuerdan que los dirigentes políticos estimaban que en esa oportunidad no obtendríamos más de 15 diputados? ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!