El supuesto plan de contingencia que tenía Hidrolara para atender los centros de salud tanto públicos como privados que estuvieran sin agua, quedó en promesas, afectando más que todo a las clínicas.
Cada institución se ha visto en la necesidad de comprar hasta cuatro camiones cisternas al día para no paralizar los servicios y continuar atendiendo a los pacientes.
Además, el precio al que se las venden es considerado elevado, pues cada camión comercializa su carga a un costo de mil bolívares, detalla Raúl Acevedo, presidente en Lara de la Asociación de Clínicas Privadas.
Asegura además que en ningún momento la hidrológica del estado se comunicó con ellos para idear un plan durante estos días, sino que se enteraron que cortarían el agua fue a través de los medios de comunicación.
Pese a la carencia crítica del vital líquido, la directiva de los centros privados enfatiza que cada edificación cuenta con tanques y bombas para que el agua nunca falta en las instalaciones, pero hacen un llamado a Hidrolara para que solvente la situación a la brevedad posible, pues todos se habían preparado para los cuatro días que se habían anunciado y van seis de suspensión continua.
Por el contrario, centros de salud públicos como los hospitales Antonio María Pineda, Pediátrico Agustín Zubillaga, Luis Gómez López y La Carucieña no se han visto afectados por el corte de agua, debido a que ninguno de ellos se surte de la represa Dos Cerritos, sino que tienen aducciones independientes y directas a pozos en Lomas de León, Macuto y El Manzano.
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