Lapatilla
No importa que las agendas de Diosdado Cabello y Jorge Arreaza estén vacías. Tampoco la cara de fastidio de Jorge Rodríguez o de Cilia Flores. Para la propaganda oficialista lo importante es la imagen. Quizás fueron los consejos de Sean Penn o Danny Glover los que “mediatizaron” la imagen de Hugo Chávez. Ahora, mucho más allá de la retórica importada de Cuba al costo de 100 mil barriles de petróleo al día, también para Maduro la imagen lo es todo. Y ahí está, con ese micro televisor, para observarse mientras sale al aire. Para cerciorarse que es él y no el alto mando político de la revolución con pose de fastidio lo que le llega al televidente. (LP)