Desde que Álvaro Uribe ganó la Presidencia por primera vez en 2002 todas las elecciones celebradas en Colombia se han saldado con la victoria del mismo caudillo derechista o de sus delfines políticos. EFE
Eso ha ocurrido durante cuatro elecciones consecutivas, las de 2002 y 2006, que ganó el propio Uribe; las de 2010, cuando el actual presidente Juan Manuel Santos se presentó como baluarte del uribismo, aunque luego se desvió de ese camino; y hoy volvió a pasar con Óscar Iván Zuluaga, quien obtuvo la mayor votación.
En 2002 Uribe registró mayoría absoluta (53%) en primera vuelta con un mensaje claro de lucha frontal contra las guerrillas tras haber sido gobernador de Antioquia, cuya capital es Medellín y entonces uno de los feudos de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Llegó al poder justo después de que se fueran al traste las negociaciones entre el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) y la guerrilla de las FARC en el Caguán, un proceso muy polémico porque terminó con una guerrilla más fortalecida y el paramilitarismo esparcido por todo el país.
En 2006 Uribe, tras un primer gobierno en el que impuso su Seguridad Democrática como eje de gobierno, repitió, también con mayoría absoluta en la primera vuelta (62,35 %), después de haber propiciado una reforma constitucional para legalizar la reelección, hasta entonces no permitida en Colombia.
Aunque intentó otra reforma de la Carta Magna para volver a presentarse en 2010, un fallo de la Corte Constitucional se lo impidió y entonces designó como su heredero político al que entonces era su ministro de Defensa, el actual presidente Juan Manuel Santos.
Santos se presentó a aquellos comicios pero tuvo que ganarse la Presidencia en segunda vuelta, cuando superó a Antanas Mockus, del Partido Verde, con el 69,13 % de los votos.
Una vez en el poder, Santos hizo lo que nadie esperaba, desviarse de tal manera de los preceptos uribistas que terminó siendo el principal enemigo de su padrino.
Lo primero fue restaurar las relaciones con Venezuela y Ecuador, rotas durante el Gobierno de Uribe, y lo segundo y definitivo fue iniciar negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC.
Este domingo, cuatro años después, el principal rival de Santos en las urnas fue Zuluaga, el nuevo delfín de Uribe y quien fue su ministro de Hacienda, y aunque las encuestas dieron durante prácticamente toda la campaña más votos a Santos, el uribista se encaramó con el mayor apoyo popular en las urnas.
Zuluaga y Santos disputarán el 15 de junio la segunda vuelta de estas elecciones presidenciales después de haber obtenido un 29,26% y un 25,66% de los votos, respectivamente.
Será una contienda entre el más uribista de antaño, pero hoy convertido en un constructor de paz y muy alejado del indiscutible caudillo colombiano, y el hombre más fiel de Uribe, Zuluaga, un hombre que ha llegado a ser calificado de “títere” por el propio Santos.
Tras conocerse estos resultados, Uribe felicitó a Zuluaga desde Medellín, su ciudad-feudo y adonde se trasladó tras votar en Bogotá. Además le pidió a Dios “luces para acertar”, totalmente involucrado en la aventura del nuevo Gobierno.
Los analistas coinciden en que el verdadero vencedor de estos comicios ha sido precisamente Uribe, quien en las elecciones de marzo ganó un escaño de senador en el Congreso ante el impedimento de volverse a presentar a unas elecciones presidenciales.
“La maquinaria se va a mover duramente hacía el lado del uribismo”, predijo el doctor en Ciencia Política Pedro Medellín en un análisis en el que también concluyó que “el gran perdedor de estas elecciones es Juan Manuel Santos”.