“No hay amor más sincero que el amor a la comida”
George Bernard Shaw
Muchas tribus indígenas de todos los rincones del planeta han creído
que al comerse a sus enemigos, se hacen de sus poderes o apresan sus espíritus. De forma menos antropófaga, otras culturas han promovido la idea de que al consumir ciertos órganos animales -digamos el cuerno de un rinoceronte o el pene de un tigre- se absorben cualidades como la fuerza o la potencia sexual (algo que los zoólogos no le atribuyen particularmente a los tigres).
En la sociedad victoriana de finales del siglo XIX, personas incluso educadas creían que la mujer transmitía sus caracteres y rasgos de personalidad a través de la leche materna. Si la progenitora no podía alimentar a su retoño, la selección de una “madre de leche” requería el mayor cuidado y revisión de antecedentes.
No son extrañas en nuestro lenguaje las referencias metafóricas a la ingestión de otros seres como muestra de sentimientos, de amor o de erotismo. A los bebés muy hermosos, la gente afirma que provoca morderlos o “están para comérselos”. A las mujeres atractivas se dice que están “deliciosas” o “divinas” (en un sentido gustativo). Y muchas manifestaciones de agresividad también implican el acto de masticado y tragado, como “Me lo comí vivo”.
“La belleza será comestible o no será” –Salvador Dalí
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Uno también consume atributos e intangibles. En Venezuela decimos: “Comer cuento” como “creer mentiras”. Un político popularizó la frase: “¿Y cómo se come eso?” para pedir claridad sobre un tópico difuso. La gente desagradable nos “cae mal”, un símil de comida que no hace buena lid con nuestros jugos gástricos; también se dice de tal o cual que no lo tragamos.
A los glotones temperamentales como yo, nos reclaman que “comemos con los ojos”, pedimos más de lo que podemos ingerir. “Tragarse sus palabras” que alguien tiene que aceptar una equivocación. “El sabor del peligro” mueve muchas voluntades. Si alguien se entera de una noticia puede decir: “Me desayuno”, es decir, “no lo sabía”.
El caracter sensual de la comida y la bebida está en cada saga amorosa.
Una “cena romántica” como escenario ideal de conquista o la expectativa de que una salida nocturna termine en desayuno. Los enamorados, igual que los pajaritos, tienen la tendencia a alimentarse entre sí (“prueba esto, prueba lo otro”).
Algunos platos y comidas se consideran excitantes de la sexualidad porque estimulan la imaginación. Los espárragos y los aguacates, se asemejan a órganos sexuales, son usados como mensajeros subliminales en cenas. Más de uno enviará pensamientos “poderosos” a los bocados mientras su dama los consume (“Que crea que es el mío, que crea que es el mío…”). Ni qué decir del cambur (banana en otros lares), considerado afrodisíaco por su obvia forma fálica. Y ciertamente, esta fruta contiene altos niveles de potasio y vitamina B, que se creen importantes para la producción de las hormonas sexuales.
Por oposición, un refrán popular recuerda que. “Amor con hambre no dura”.
En esta secuencia del film Como agua para chocolate (1992), vemos la preparación e ingesta de codornices en pétalos de rosa, que desatan una estampida de deseos reprimidos.
Una famosa canción tropical dice: “Piñas qué deliciosas son, como labios de mujer”. Y así van las equivalencias frutícolas de los senos femeninos (melones, cocos). A la gula y la lujuría se les consideran “pecados capitales”, a este respecto. El antihéroe de House of Cards (Kevin Spacey), exclama en una mesa con unas costillas de cochino en las manos: “Estoy sintiendo un hambre…” Todo porque ya se ha figurado un
“Dos viejos comiendo”, Francisco de Goya (1820).
En mi familia se solía corregir a quien llamaradivina a la comida. “Divino es Dios” era la precisión inmediata. Decir: “comida divina” implicaba una especie de mescolanza del Señor con los placeres sensuales. A los “mujerones” se les atribuye el calificativo con mucho menos escándalo, por cierto.
Sigmund Freud (quien había hablado lo suyo sobre oralidad) en su ensayo Moisés y la religión monoteísta (1934-38), establece un insólito antecedente para el cristianismo: la costumbre de algunas tribus neolíticas por las que los descendientes de un jefe se comían el cadáver de su padre para posesionarse de su majestad y legitimarse como gobernantes.
Para Freud, miles de generaciones (que pasan por los pueblos semitas) sublimaron esta costumbre hasta expresarla en la hostia y el vino, una forma de comerse al padre para obtener redención. Vaya idea: el cristianismo como una forma espiritual del canibalismo.
Inventos
Sugiere la historia y su “pre” que el fuego comenzó a producirse artificialmente hace 500 mil años. El fuego cambió para siempre la alimentación humana. Hizo posible cocinar la carne (lo cual devino en mayor y mejor ingesta) y cocer vegetales. La dieta humana se multiplicó por 100: aumentó el tamaño del cuerpo y del cerebro, lo cual empujó la evolución varios escalones arriba.
Hace 12 mil años (400 generaciones) el homo sapiens inventó la agricultura. Dice la layenda que fue una mujer. En vez de recoger vegetales y frutas furtivamente por campos y bosques, nos enseñó a sembrar, a cultivar, a regar, a fertilizar, a cosechar y repetir el proceso. Esto multiplicó por 10 el rendimiento de cada área cuadrada de tierra.
Imagen del siglo I aEC, que muestra a la reina Cleopatra a punto de recibir uno de sus platos favoritos: bolitas hechas con semillas y endulzadas con miel.
Y no sólo vegetales para consumir directamente, sino cocciones y procesos para obtener nuevos productos. Los alimentos preparados más antiguos que se conocen son la harina, el pan y la sopa, casi concomitantes con el inicio de la agricultura. También lo fueron la cría de ganado y otros animales. Casi todos los que conocemos actualmente, desde cochinos hasta vacas se domesticaron gracias a los productos de la agricultura.
El trigo se comenzó a cosechar hace 10.000 años. Un milenio después nacieron la cerveza y el vino; en el nuevo mundo granos. A los largo de las América, mil años después surgió el maíz, uno de los cultivos más importantes del mundo. Hacia 5000 aE se desenterraron las primeras papas en el nuevo mundo mientras que en el viejo, la leche, el yogurt y la crema agria pasaron a formar parte de la dieta familiar. Se han encontrado restos fosilizados (obviamente) de palomitas de maíz o “cotufas” preparadas hacia 3600 aE (la época de los primeros asentamientos egipcios en el Valle del Nilo).
Las especias empezaron a hacer lo suyo hacia 3000 aE. Se conoce de banquetes y recetas hechas en Mesopotamia c. 1700 aE. En 3200 aE se domesticaron las gallinas y pollos.
Que me perdonen los italianos, pero hace 4.000 años (en 2000 aE) ya había pastas y noodles en China. Los italianos, eso sí, hicieron de ese alimento un arte 3.200 años después. El chocolate, una bebida originalmente reservada a la realeza, se empezó a preparar circa 1500 aE en Centro y Norteamérica. Faltaba el azúcar en granos, que vio la luz hacia 1200 aC.
“La última cena”, Leonardo da Vinci (1490).
El primer siglo de nuestra era fue intenso en la innovación gastronómica: pollo frito, paté de fois, tostadas ” francesas”, tortillas, flan, torta de queso… Los pretzels que tanto me gustan, se conocen desde el siglo V, un alimento desarrollado por las legiones romanas.
Otros hitos apetitosos:
Cuenta la leyenda que un pastor de cabras etíope, Kaldi, observó que cuando su ovejas comían de cierta planta de frutos rojos comenzaba a bailotear, como poseído por un frenesí que no había visto. Él mismo probó las frutillas y se unió al rebaño en la danza exultante.
El fruto era el café, el año c. 850, y de Etiopía pasó a Arabia (donde se desarrolló su preparación actual) y de allí eventualmente a Europa, en el siglo XVI, para causar un furor que no ha cesado hasta hoy.
Hacia 1180 se empezaron a ver molinos de viento en Europa, para felicidad de la industria panadera y pastelera.
Aunque ya los habían inventado los griegos, el tenedor fue reintroducido en Europa hacia 1071. La cuchara un poco más tarde. Inicialmente ambas, junto al cuchillo, eran utensilios para cocinar, no comer. En el Renacimiento se acostumbraba que, para las invitaciones a banquetes, cada invitado llevaba su propio juego de cubiertos.
“Bacanal”, Sebastiano Ricci (c. 1716).
1300: Se perfeccionó la destilación del licor. ¡Salud!
Hubo donas a partir del siglo XV. Helados modernos (cremosos) hacia 1617.
En los 1600 un doctor Matsumoto Yoshiichi creó el arroz de sushi, con el cual se arman los rolls que disfrutamos con tanta fruición.
La salchicha de perro caliente “dachshund” o “pequeño perro” se creo a finales del siglo XVI por Johann Georghehner, un carnicero alemán.
El cereal de desayuno vio la luz en 1863. Salsa Tabasco: 1868. Margarina: 1870. Salsa de tomate ketchup: 1876. Coca Cola: 1886. Pizza: 1889. Gelatina: 1897.
Galletas Oreo: 1912. Alimentos Gerber para bebés: 1928. M&M: 1941. Sodas dietéticas: 1952. Gatorade: 1965. Red Bull: 1984. Omega 3: 2001.
Actualmente vivimos un boom de bebidas energéticas, de suplementos vitamínicos, de golosinas light y díganme café… mezclado de todas las formas imaginables, en algunos casos parecen más cocteles que otra cosa. ¿Qué hubiese pensado mi abuelo, hombre muy tradicionalista, al saber que ahora a muchas variedades de café le ponen hielo? “Fin de mundo”, habría dicho.
Lo estético-comestible
Aparte de innumerables consideraciones sobre el inconsciente como motor de la creación artística, el pintor relaciona el amor con el deseo de comer y la belleza con la suculencia de un objeto.
Dalí habla de una “toma de conciencia de lo real por las mandíbulas”. Dice: “Todo lo que es comestible me exalta… mordía todo, las remolachas, las cebollas”. Para Dalí el mundo ideal es comestible: “Soñaba hacer de pan los muros de la casa… Deseaba que todas las sillas fueran de chocolate. Es un proyecto al que aún hoy no he renunciado.”
Todo porque sus “tomas de conciencia se transformaban en golosinas” (y viceversa). Dalí, aunque fuese en un plano figurado, no esconde la propensión caníbal de su método: “El mayor refinamiento gastronómico es el de comer seres ‘cocidos y vivos’”. Sobre el Papa afirma: “Personalmente prefiero con mucho al papa tipo Juan XXIII, quien tenía un aire terriblemente comestible”. Pregunta: “¿Qué es la espiritualidad? ¿Es comestible?” Apoya a Freud en que:
La sublime ley fundamental de nuestra religión católica… es engullir al Dios vivo.
¿Y a Gala, su compañera? Dice Dalí:
Uno de mis más queridos deseos : comer al ser adorado Gala, ingerir en mí, en mi organismo, las moléculas que contienen Galas sonrientes, nadando en Cabo Creus [una localidad playera en Cataluña].
“Naturaleza muerta con manzanas y naranjas” (1892), Paul Cézanne, MOMA. Foto del autor.
Leyendas urbanas sobre comida
› Dicen que el nombre de la ensalada César se refiere a Julio César. En realidad es a César Cardini, un restauranteur méxicano que inventó el plato en Tijuana.
› Las galletas de la fortuna no vienen de China. Las evidencias más convincentes ubican su nacimiento en San Francisco, California. Y lo más curioso: introducidas por un japonés, Makoto Hagiwara.
› Agregar aceite al agua de cocinar la pasta, no evita que se pegue. El aceite queda en la superficie y casi no tiene contacto con la pasta. Y pensar cuánto aceite he gastado en este esfuerzo inútil…
› El café desacefeinado sí tiene cafeína. Pocas, pero sí. De la misma forma que el céleri no tiene “calorías negativas”, es decir, no las quema sino que tiene tan pocas que su impacto es mínimo.
“La novia que se espanta de ver la vida abierta”, Frida Kahlo (1939).
› “¿Debemos reducir el consumo de alcohol?” le preguntaron al Dr. Pedro Paniagua Mata, de Costa Rica. Su opinión: “De ninguna manera. El ron y los aguardientes son destilados del jugo de la caña de azúcar. El vino, el brandy y el champagne son destilados de las uvas, lo que significa que se elimina el agua de la fruta de modo que usted saque mayor provecho de ella. La cerveza está hecha de cereales. El whisky se destila a partir de la cebada, la malta y el maíz. El vodka se produce a partir del trigo, el centeno, la remolacha o la papa. Como ve todos los licores tienen un origen vegetal, así que no limite demasiado su consumo.” Beba con moderación, eso sí. :-)
› Las zanahorias no mejoran la visión. No hay evidencia de que actúen sobre los músculos o globos oculares, o el nervio óptico. En broma se señala un argumento en contra: que no hay conejos con lentes. Pero eso tampoco es cierto, si recordamos que el de Alicia en el País de las Maravillas usa espejuelos.
La llamada “Reina Pepeada”.
La arepa es redonda, cuadrada, triangular…
Uno de los más tradicionales platos venezolanos: la “arepa”. Se le define como “un alimento hecho de masa de maíz molido o de harina de maíz precocida (…) circular y semi-aplanada, de Colombia y Venezuela. (…) La referencia más antigua al vocablo “arepa” la proporciona el italiano Galeotto Cei en su Viaje y descripción de las Indias (1539-1553):
Hacen otra suerte de pan con el maíz a modo de tortillas, de un dedo de grueso, redondas y grandes como un plato a la francesa, o poco más o menos, y las ponen a cocer en una tortera sobre el fuego, untándola con grasa para que no se peguen, volteándolas hasta que estén cocidas por ambos lados y a esta clase llaman areppas y algunos fecteguas.
La reciente emigración venezolana ha hecho popular a la arepa en lugares como las Islas Canarias, el Sur de Florida y otras regiones de norteamérica.
Fuente: Empresas Polar.
A pesar de problemas de escasez que afectan a Venezuela:
El 23 de marzo de 2011 se otorgó el récord a la confección de la arepa más grande del mundo por parte de Empresas Polar, en Caracas, Venezuela, utilizando la Harina P.A.N. en la celebración de los 50 años de la marca y los 70 años de Empresas Polar. La arepa en cuestión requirió de 230 kg de harina, sal, aceite y 420 litros de agua para lograr una mezcla de 683 kg y obtener como resultado 493,2 kg de arepa perfectamente cocida y lista para comer luego de 50 minutos de cocción.
La arepa tiene, obviamente, su historia y su arraigo en la cultura y lenguaje colombo-venezolanos. Bernardo González, de El Tiempo de Bogotá, recuerda que al principio la arepa era despreciada por los españoles como comida de indios y esclavos. Pero que:
El contrapeso histórico lo hizo `El Libertador´, Simón Bolívar, que prefería la arepa al pan venido de Europa. También en el siglo XIX, el viajero Appun anotó que los venezolanos criollos, incluso los más ricos, comían arepa por “patriotismo”.
Así, a fuerza de meterle el diente durante siglos, la arepa se convirtió en un símbolo culinario de estas tierras e incluso alimentó nuestra afiebrada inquietud verbal. ¿Quién no ha escuchado ese aliciente procreador de que cada hijo trae su arepa debajo del brazo? ¿O la teoría romántica de que cada tiesto tiene su arepa? Esto sin contar el profundo significado sexual de la palabra, que se puede resumir diciendo que la obra de moda en el teatro nacional bien podría llamarse Monólogos de la Arepa. Pero, claro, esto es harina de otro costal.
Ah, por ahí va este piropo que me encontré en la web:
La cuadratura del círculo.
Otras referencias pueblan el lenguaje o los símbolos. En el beisbol venezolano, cuando un equipo (el Magallanes, por decir algo) le gana a otro (el Caracas, también por decir) sin que el perdedor haya podido anotar una sola carrera, se dice que “le metió las nueve arepas”, es decir, le permitió exactamente cero carreras en cada uno de los nueve innings que tiene un juego de beisbol sin tiempo extra.
Y la macroeconomía también tiene su referencia en la torta plana de maíz. Cuando los indicadores anuncian nubarrones se dice que “se puso la arepa cuadrada”, como señala un titular de prensa anexo.
Dice el profesor Alexis Márquez Rodríguez que “en efecto, frases como ?ganarse la arepa?, ?buscarse la arepa? y ?redondearse la arepa?, demuestran ese simbolismo en que la arepa resume la totalidad de los alimentos, no sólo consumidos por las personas, sino también los que deben consumir cada día.”
Son decenas de referencias a ese plato maravillo, flexible, versátil. Y ya ustedes saben, la mía con carne esmechada.
Cine
En casi todas las películas hay una referencia al comer: una cena interminable como en El discreto encanto de la burguesía, de Luis Buñuel; o una mujer que finge un orgasmo en un restaurant y una señora al lado pide “Lo mismo que a ella”. Siempre hay un sanduche, una comida servida, un comedero.
Y hay algunas en las que el comer o la comida son parte esencial de la historia. Comento algunas que he visto y recuerdo en especial:
La fiesta de Babette (1987). Cómo superar esta revelación de la comida y la sensualidad en el lugar menos esperado: el paladar de los puritanos. Incluso ese poder de liberar el espíritu, de excitarlo, en esta película se expresa sin aspaviento pero sin duda. Siempre he escuchado la frase: “Comida hecha con cariño” y he comprobado que hasta yo, un cocinero casi de supervivencia, puedo complacer paladares cuando tengo ganas y quiero a mis comensales.
De una u otra forma todos hemos tenido el festín de Babette en el paladar, por momentos gloriosos.
Soylent Green (1973), llamada en español Cuando el destino nos alcance, es una película futurista de los años 70. Poco romántica, muestra un mundo de 2022 aquejado por una grave crisis alimenticia, apenas paleada por un producto que se distribuye mundialmente: el Soylent Green, una especie de oblea basada en plankton. El detective Charlton Heston termina por descubrir el terrible secreto del alimento mágico: literalmente un aporte de los que se fueron para beneficio de los que quedan.
La gran comilona de Marco Ferreri, también de 1973, es la historia de cuatro amigos (entre ellos Marcello Mastroianni), que se encierran en una villa francesa para morirse comiendo. Un suicidio colectivo por exceso de alimentación, pues. Tengo años sin verla, pero recuerdo mucho sexo (a los amigos se une una tropa de hermosas mujeres) e incluso llega un momento en que la comedera y la fornicación son parte de un mismo ritual. Como leí en una crítica: “Una sustitución del eros nutritivo por el eros… erótico”. Al final llegan a extremos escatológicos que no les cuento para que no pierdan el apetito.
Willy Wonka y la fábrica de chocolate, de 1971, es una fábula que ha asaltado la imaginación popular. A mi juicio, influida por la cultura pop y psicodélica de finales de los sesenta, propone que el chocolate tiene un poder enorme sobre las emociones y que los efectos pueden combinarse en un laboratorio para que las produzcan en quien consuma. Hay una versión reciente de Tim Burton, no de sus mejores, aunque tremenda en su recreación y efectos. Pero me quedo con la primera. Más psicodelica.
Delicatessen (1991). Esta comedia negra postapocalíptica presenta una forma más artesanal, más francesa digamos del Soylent Green, un reciclaje de los que comen y de los que ya no pueden comer por medio de un carnicero devenido en chef. No obstante, la línea entre erotismo, gourmet y asesinato es delgada… oscilante como un resorte de cama.
Del film Yin shi nan nu (Coman, beban, mujeres y hombres) de 1994:
De Goodfellas (1990), un film de mafiosos italianos que suelen gravitar alrededor de la comida:
La receta de un plato considerado afrodisíaco
Imagen: ColumbusFoodie.com
Bananas Foster
Ingredientes
- 1/4 Taza de mantequilla sin sal (espesura media).
- 1/4 Taza de azúcar morena compacta.
- 1 Cuchara pequeña de canela.
- 1/2 Tazas de ron negro.
- 1/2 Traza de licor Creme De Banana
- 6 cambures (bananas) (maduros, pelados y seccionados verticalmente).
- Helado de vainilla.
Procedimiento
- Mezcle la mantequilla con el azúcar y la canela en una sartén grande a fuego medio hasta que se derrita.
- Añada el ron negro y el licor, y cocine a fuego lento hasta que la salsa se espese, revolviendo de vez en cuando, unos 5 minutos.
- Añada las bananas y revuelva hasta que esté en su punto para bañar el helado.
- Coloque cucharadas de helado en los platos.
- Añada la salsa y las bananas. Sirva inmediatamente
Anécdotas con comida
› Mashable cuenta que intrigados por la tendencia de la gente a publicar fotos de sus comidas en blogs, Facebook, Twitter y sobre todo Instagram, la agencia de marketing digital 360i investigó entre miles de usuarios y encontró que:
– La gente casi nunca aparece en sus fotos (solo 10% de fotos que la empresa analizó incluían seres humanos).
– 25% de las fotos se subían sin una ocasión especial; 22% para documentar las creaciones hechas por el fotógrafo; 16% por una ocasión especial; 12% enfocándose en el valor artístico de la fotografía; 10% por ser un momento especial de familia o con amigos; 8% estaban incluidas en una reseña de restaurantes o similares; 4% como parte de tutoriales para recetas, y el último 2% para mostrar comidas inusuales.
– El 72% de las fotografías mostraba un plato principal.
– Los alimentos que más aparecían en las fotos eran dulces o postres con un 18.3%, vegetales con 17.8%, pollo con un 13%, carne con un 10.7%, pan con 8.8%, bebidas con un 7.8%, lácteos con un 7.1%, pasta con un 7.1% y el 9.4% restante incluye fruta, aderezos, mariscos, sopas, etc.
Pregunto: ¿Para qué fotografiar lo que comemos y no nuestra cama tendida o una tina lista para un relajante baño? ¿Una forma inconsciente de voyerismo? ¿Nos extraña que exista el hashtag #foodporn?
› El chocolate tiene fama de afrodisíaco. Cuando llegó a Europa de la América recién descubierta, causó sensación y temor. De hecho, en el siglo XVII era considerado tan poderoso que las autoridades religiosas lo prohibieron a sacerdotes y monjas por considerar que inducía pensamientos inadecuados. El chocolate, en efecto, contiene una sustancia llamada feniletilamina, que produce sensación de euforia. También facilita la secreción de dopaminas, la misma sustancia que se libera durante los orgasmos, la pasión de las apuestas o el uso de ciertas drogas. El chocolate negro contiene la mayor cantidad de estos químicos.
Foto: DPWWW.
› En China el capitalismo salvaje trae consecuencias inesperadas. Sus campos están llenos de patillas (sandías) reventadas por el uso excesivo de químicos que estimulan el crecimiento. Sobrecrecidas, pues. Claro una patilla grande se vende más cara. Esta pérdida masiva de cultivo, pradójicamente, ha generado una escasez que ha encarecido el producto. La avaricia rompe la fruta…
› Una amiga mía, cuando se refiere a alguien que tiene mucho conocimiento dice que “sabe más que pescadito frito”.
› El comediante y animador estadounidense Conan O´Brien bromea: “Hace poco se supo que México superó a EE.UU. como el país con más obesos en el mundo. El Presidente, preocupado, prometió una exhaustiva investigación para aplicar correctivos. Pues yo le digo Presidente, ahórrese ese dinero. Yo le doy la clave: lo que pasa es que su gente come ¡demasiada comida mejicana!”
› Un mini cuento. Gerardo es un hombre muy goloso. Para solventar problemas con su pareja salen a cenar en un restaurant de moda. Ella plantea una separación amigable, cosa que deja al novio impactado por lo inesperado. Intrigada, apunta: “Tienes más de 15 minutos sin hablar ¿me quieres decir o preguntar algo?” Gerardo reacciona: “Sí ¿me puedo comer lo que dejaste en el plato?”
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Sal y azúcar
Dos extremos del sabor, dos placeres. Cristo le dijo a sus discípulos: “Ustedes son la sal de la Tierra”. De sal viene “salario” porque en la antiguedad parte del pago a los soldados romanos se daba en cloruro de sodio. El loro de Simbad El Marino se llamaba Salado, según Hanna Barbera. En Venezuela alguien que vive una sucesión de eventos desafortunados está “salado”.
Pero de resto la sal es sinónimo no solo de sabor sino de energía. Alguien aburrido o sin brillo personal se le equipara a un “huevo sin sal” (en España hay el dicho de que “Si alguien se come un huevo sin sal, se come a su madre si se la dan”).
El azúcar es noble, no digo “dulce” porque es redundante, pero es así, se le relaciona con ternura, con empatía, con suavidad. Cuentan por ahí que la dulzura es más persuasiva que la violencia… a la larga. Dice el refranero español que “Con azúcar y miel, hasta los caracoles saben bien”, un dicho que no estoy dispuesto a comprobar empíricamente.
Hay mujeres llamadas Dulce, pero no conozco a una Salada. La dulzura es como un bálsamo, algo que suaviza, que se evalúa en el paladar. No obstante, las palabras sin actitud no son suficientes. Dice un proverbio: “Si tienes amargo el corazón, entonces el azúcar en la boca no te ayuda.” Lo ideal es la dulzura integral, no solo cosmética.
“La ironía es un insulto con una cucharada de azúcar”, dicen por ahí. Significa que el azúcar también disfraza, pone máscaras, se hace asimilable como el sabor artificial de los remedios para la tos infantiles. Me pongo en guardia con la gente que, sin ninguna razón aparente, se muestra tan azucarada que empalaga.
“La discreción es la sal, y la fantasía es el azúcar de la vida, la primera la conserva, la segunda la endulza.” John Christian Bovee
“Madre e hijo”, Pablo Picasso (s/f).
Frases
“A mi estómago poco le importa la inmortalidad.”Heinrich Heine
“Nuestras vidas no están en manos de los dioses, sino en manos de nuestros cocineros.” Lin Yutang
“Cuando el vino entra, el secreto sale.” Talmud
“Dios encomienda a la indigestión la tarea de hacer moral en los estómagos.” Victor Hugo
“Se están comiendo a los caníbales.” Jorge Luis Borges
“Amigo el ratón del queso.” Dicho popular
“No preguntes qué puede hacer tu país por ti. Pregunta qué hay de almuerzo.” Orson Welles
“Todo lo que necesitas es amor. Pero un poco de chocolate de vez en cuando no le hace mal a nadie.”Charles M. Schulz
“Dios ha hecho los alimentos y el diablo, la sal y las salsas.” James Joyce
“Amar sin deseo es peor que comer sin hambre.” Jacinto Octavio Picón
“Lo que no mata, engorda.” (Variación popular de la frase: “Lo que no me mata me hace más fuerte” de Friedrich Nietzsche).
Epílogo
Comer no es solo un evento fisiológico. Es algo espiritual, sensual, poético… Es una integración del mundo físico a nuestro cuerpo, de dependencia de los elementos, del ciclo amplio. Es un placer que nos regala el cuerpo por cumplir un rito esencial para la vida. Si no hubiera placer al comer ¿qué sentido tendría consumir kilos y litros de sólidos y líquidos? Hmmm, la naturaleza es sabia y nos recompensa con placer y satisfacción.
La comida y el acto de consumirla están tan enraizadas en la cultura que hablan por nosotros, generan metáforas y memes en todas direcciones. Podríamos decir que van de lo humano (“Con hambre no hay pan duro”) hasta lo divino (comunión), tienen implicaciones familiares, sociales, sexuales, humorísticas, pedagógicas, literarias, en fin, capaces de procurarnos un interesante recorrido por la sensación y la interpretación y hasta la apreciación de la belleza.
Por eso, parafraseando a Dalí y al refranero popular:
La belleza está en el paladar de quien la saborea.
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IMÁGENES: Composición inicial (labios, fresa) de Lúdico. 2) Dalí, obras de arte y videos: dominio público de la WWW.
UNA NOTA SOBRE ESTE ENSAYO
- Su objetivo no es práctico, sino intelectual y catártico.
- No es una recopilación. Es una lista de items que recuerdo o que me ha alegrado encontrar sobre un tema específico.
- Si alguien siente que el autor “no incluyó” algo es probablemente porque no lo sabía o no se acordó.
- Les sugiero que agreguen esos recuerdos o hallazgos en la caja de comentarios y aprendemos más, todos.