La Casa Blanca defendió el lunes el canje de cinco detenidos en Guantánamo por un soldado estadounidense en poder de los talibanes, realizado el sábado, diciendo que la potencial amenaza ha sido “suficientemente mitigada”.
“Tenemos un historial en este país de asegurarnos de que nuestros prisioneros de guerra vuelvan, no los abandonamos”, dijo el secretario de prensa de la presidencia, Jay Carney, a la cadena CNN.
En una ronda de programas matutinos de televisión, Carney restó entidad a la amenaza que representan los afganos liberados, ex funcionarios del régimen talibán, derrocado en la invasión liderada por Estados Unidos en 2001.
Bergdahl, el único soldado estadounidense que permanecía cautivo en Afganistán desde hacía casi cinco años, fue liberado el sábado a cambio de la liberación de cinco talibanes presos en la base naval estadounidense de Guantánamo, en el marco de un sorpresivo acuerdo intermediado por Catar.
Para lograr la liberación de Bergdahl, Estados Unidos trasladó a los cinco talibanes a Catar, lo que provocó críticas de los republicanos, que temen que los afganos liberados vuelvan al campo de batalla y amenacen a estadounidenses en el exterior.
El vocero dijo que “la amenaza potencialmente representada por el retorno” de detenidos de Guantánamo estaba “suficientemente mitigada como para permitirnos seguir adelante y hacer que Bowe Bergdahl vuelva a casa”.
Las autoridades no han precisado por cuánto tiempo Bergdahl, de 28 años, permanecerá en el centro médico militar estadounidense en Landstuhl, Alemania, donde fue ingresado.
– Críticas y expectativas –
Sin embargo, el acuerdo con los talibanes y la consecuente liberación de cinco detenidos de Guantánamo desató críticas al gobierno, por no haber consultado al Congreso sobre el entendimiento.
El Congreso es el principal obstáculo para el cierre del centro de detención de Guantánamo, ya que los legisladores no se ponen de acuerdo sobre dónde enviar a los prisioneros, inclusive aquéllos que ya no son considerados una amenaza para el país.
La decisión estadounidense de aceptar un canje de cinco detenidos de Guantánamo para obtener la liberación de un soldado generó también expectativas de otras iniciativas similares.
Washington pide que La Habana libere al estadounidense Alan Gross, detenido por espionaje desde 2009, al tiempo que las autoridades de Cuba proponen un intercambio con tres agentes cubanos, de un grupo original de cinco, que cumplen pena en cárceles de Estados Unidos.
El exagente cubano Fernando González, quien era parte del grupo original de cinco y ya cumplió su condena, dijo este lunes en La Habana que el acuerdo entre Washington y los talibanes dejaba claro que era necesario “voluntad política” para un canje similar con Cuba.
– Puertas cerradas –
Cuba ya ha propuesto en diversas oportunidades buscar un acuerdo en común para los casos de Gross y de los tres agentes presos.
No obstante, el Departamento de Estado dejó claro este lunes que esa posibilidad tiene las puertas cerradas, y que esas puertas no se abrirán tan pronto.
La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, aclaró que el acuerdo por la liberación del sargento Bergdahl fue motivado por una “circunstancia única”, y que el gobierno aún se opone a realizar un intercambio con Cuba.
“Nada ha cambiado en este caso”, dijo Psaki con relación a la negativa de Washington en aceptar un intercambio como el propuesto por Cuba. AFP