Que el alto mando político del PSUV se tome atribuciones propias de un ente de Estado para iniciar una cacería de brujas sin ton ni son, ya lo hemos presenciado; pero que se haga en medio de la peor crisis política y económica que vive el país contra una pléyade de sospechosos habituales, con la excusa de retrotraer de nuevo el tan manipulado tema del magnicidio y como siempre sin prueba contundente alguna, es algo que no tiene parangón en los anales de la esquizofrenia nacional.
Con el tema del diálogo en cuidados intensivos, un presidente con una baja de popularidad histórica ante el torpe manejo del conflicto, una represión desaforada de los colectivos armados y tropas de élite de uniformados contra el estudiantado venezolano en templada resistencia, la realidad haciendo explosión henchida en la cara de los venezolanos, condenados a sobrellevar largas colas y una desgastante búsqueda de alimentos, artículos de higiene, pañales, medicinas, todos desaparecidos, con la muerte violenta soplándonos la oreja en cada esquina, pasillo, escuela, estacionamiento, oficina, irrumpiendo en miles de hogares para despojarnos de lo poco que nos queda.
Casi que quedamos en coma ante esta nueva enajenación política intentada en medio del impacto de una inflación desmedida, una corrupción inhumana, un país entregado en valija a una dictadura castrocomunista, razones suficientes para pensar que hay sectores interesados en inducir un shock psicótico nacional para deslastrarse de toda responsabilidad ante el aún desconocido desastre en que nos encontramos atrapados.
Lo que hace temblar de vértigo sin embargo es la salida intentada por Jorge Rodríguez, alcalde de Caracas, miembro del buró de bien trajeados socialistas en pantalla, orador con claros bemoles bipolares y psiquiatra del status quo del poder, al presentar unas pruebas tan simplonas de cortometraje de liceo, con carátulas que incluían fotografías de los supuestos terroristas con mensajitos que se seguían con flechitas instigadoras entre sí, dejando claro la acosadora violación de privacidad que mantiene el PSUV y el G2 cubano contra los venezolanos.
El “Show de los correos de gmail” implican a la ex diputada María Corina Machado que escribió al abogado Gustavo Tarre, que escribió al ex gobernador de Carabobo, Henrique Salas Römer, que reenvió con copia al ex embajador de la ONU, Diego Arria, que no gustan del gobierno de Maduro y se rehúsan a ser seguidores del desviado proceso, razones suficiente para borrarlos a todos y dictarles privativa de libertad ya que no le caen bien a los jefes de la psiquis nacional.
Incluso el difuso cuento de Rodríguez genera dudas sobre la influencia de los supuestos “agentes del mal”, ya que para “alentar la inestabilidad” deberían contar con voz de mando, armamento y tropas dentro de una FANB que dice ser chavista
En cuanto a los mensajes de antipatía basta con darse un paseíto por las redes sociales para encontrarse con opiniones mucho más frontales de miles de venezolanos decepcionados rechazando los cruentos errores cometidos por el alto mando revolucionario post-Chávez y el torpe escenario del golpe y magnicidio que sacan a la luz cada vez que evidencian un desgaste y descontrol de la grave situación nacional.
Desde que Maduro tomó el poder ha seguido el mismo libreto utilizado por Chávez y Fidel y en un año ha acusado a Washington, Uribe, Micheletti, Otto Reich, Noriega, Posada Carriles, Marcos Rubio, ahora incluye al embajador Kevin Whitaker, y por lo general la CIA, de supuestos planes magnicidas que buscan atentar contra su persona o de presuntos planes de golpe, en los que concluye con la misma advertencia de desenlace de una guerra civil o de una revolución alzada en armas.
“Seamos claros, estas acusaciones son absolutamente falsas y sin base”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.
Las acusaciones que si son reales y con base pero que el gobierno ha preferido ignorar esta última semana es lo concerniente al crecimiento de la pobreza extrema en Venezuela, que deja en evidencia de forma contundente el fracaso de las políticas sociales y las misiones que fueron punta de lanza de la gestión del presidente Chávez.
Provea pidió al gobierno rectificación de sus políticas económicas al conocer las cifras aportadas por el órgano oficialista para las estadísticas INE, que advierte un crecimiento de la pobreza de 9,8 % contradiciendo lo ya dicho por Maduro que había reiterado por el contrario una merma de 5,5 %.
En este caso significa que en su primer año de gestión 733 mil venezolanos en 189.086 hogares involucionaron hacia una pobreza inhumana y despiadada, como consecuencia de un aumento de la inflación, escasez, destrucción del aparato productivo, cierre de 490 mil empresas y el incremento de 7,1% en el desempleo, lo que realmente viene generando fuertes dudas en cuanto al actual modelo hiperrentista y clientelar del socialismo venezolano.
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