Un verdadero drama tienen que pasar los pacientes a quienes les detectan algún tipo de cáncer para controlar su enfermedad, pues la falta de insumos y materiales ha mermado la operatividad de los centros oncológicos.
El Servicio Desconcentrado de Oncología (SAO), ubicado en el Hospital Central Antonio María Pineda, es único de carácter público que se encuentra funcionando en el país.
Debido al volumen de pacientes provenientes de otros estados, uno de los dos aceleradores lineales empleados para las radioterapias se encuentra fuera de servicio por algunos repuestos dañados que no se consiguen.
Están trabajando solo con una máquina y la capacidad de atención se redujo a la mitad, pasando de tratar 140 pacientes diarios, a 70. Esto hace que una vez diagnosticado el cáncer, el proceso de radiación comience de cuatro a cinco semanas más tarde, esperando que se libere un cupo.
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