Como ocurrió con Rio de Janeiro el pasado fin de semana, decenas de miles de argentinos comenzaron a llegar a Belo Horizonte para el partido del sábado contra Irán en el Mineirao, una invasión recibida con los brazos abiertos pero también con vigilancia por las autoridades.
“Bienvenidos. Llegan los argentinos. Belo Horizonte ya se pinta de celeste”, indicaba el viernes el cotidiano Hoje, que publica a diario un suplemento en español del Mundial, mientras por las calles comenzaban a multiplicarse las camisetas de la selección de Lionel Messi.
La capital de Minas Gerais se preparó de la mejor manera para recibir a los vecinos del Sur, con misas en español en las iglesias de la ciudad el domingo, un espectáculo gratis de tango en un teatro el viernes por la noche y menú especial en restaurantes para adaptarse a los gustos “gauchos”, entre otras cosas.
De su lado, el consulado argentino montó un puesto ambulante en la Plaza de la Libertad, en el centro de Belo Horizonte, para brindar apoyo a sus ciudadanos en caso de problemas.
Pero así como la ciudad abre los brazos, las autoridades también seguirán de cerca el comportamiento de los simpatizantes, tras los incidentes del miércoles en el Maracaná, donde unos 80 hinchas chilenos sin entradas fueron detenidos tras haber tratado de ingresar por la fuerza al encuentro España-Chile.
La policía federal de carreteras organizó un operativo especial en las entradas de la ciudad, ya que los autos y buses son los principales medios de transporte elegidos por los argentinos para viajar desde Rio de Janeiro.
“Tenemos cerca de 1.200 efectivos y todo un plan especial en la Operación Copa”, indicó el inspector Arístides Júnior, jefe de comunicación de esa fuerza, citado en la prensa local.
Uno de los lugares de reunión de los hinchas es la puerta del búnker de la selección en Cidade do Galo, el centro de entrenamiento del Atlético Mineiro ubicado junto a una de las rutas de acceso a Belo Horizonte a 25 km de la ciudad.
Todos se detienen allí para hacerse fotos y mirar de cerca la concentración que alberga a Messi y compañía, y que es custodiada por la policía militar.
– Posible cruce con ingleses –
Las fuerzas de seguridad de Belo Horizonte están en alerta además por la posibilidad de que los hinchas argentinos se crucen con los ingleses, que comenzarán a llegar el fin de semana para el partido del martes ante Costa Rica en el Mineirao.
Barras bravas argentinos y ‘hooligans’ ingleses ya protagonizaron dos batallas campales en mundiales, en México-1986 y en Francia-1998.
Sin embargo, el fin de semana pasado hinchas de ambas selecciones convivieron en la playa de Copacabana en Rio de Janeiro sin que se registrasen incidentes.
La policía militar informó que desplegará efectivos en todos los puntos en que exista una posiblidad de encuentro de aficionados, como la Plaza Savassi en el centro de la ciudad o el aeropuerto internacional Tancredo Neves.
Antes del inicio del Mundial, el gobierno brasileño había anunciado que no permitiría el ingreso al país a 2.100 hinchas incluidos en una lista que le entregaron las autoridades argentinas.
Algunos de esos barra bravas fueron expulsados al intentar entrar en Brasil, por ejemplo cuatro en el paso fronterizo de Uruguayana (Río Grande do Sul) y otro en el aeropuerto internacional de Sao Paulo.
Ante esta situación, muchos hinchas violentos no han viajado aún a Brasil, aunque unos 300 habrían logrado filtrarse y estar en Rio de Janeiro para el debut con Bosnia, según medios argentinos.
Muchos de esos individuos pasaron desapercibidos, pero tres personas fueron detenidas el domingo en las inmediaciones del Maracaná tras una pelea entre barras de los clubes Chacarita y Vélez.AFP