1.Encontrar lugar dónde estacionarse
El estrés de encontrar un lugar donde estacionarse se agrava para los súper ricos, porque en lugar de tratar de estacionar un auto, tienen que encontrar sitio donde atracar sus yates.
Hay una grave escasez de lugares lo suficientemente grandes para estos barcos de lujo. Es una simple cuestión de oferta y demanda: el número de mega yates ha aumentado, pero el número de puertos deportivos donde pueden atracar ha seguido igual, según la publicación de la industria The Superyacht Report.
2.Contratar la ayuda adecuada
La vida para los ricos puede ser muy ajetreada, y a menudo tratan de hacer muchas cosas a la vez sin que ello cause problemas. Con el fin de aliviar parte de esa carga, contratan ayuda para cuidar de sus familias, sus casas, sus pertenencias y empresas.
Sin embargo, encontrar a las personas adecuadas para manejar el estrés es, en sí mismo, estresante.
Los súper ricos necesitan un abogado, un contador, por lo menos un ama de llaves, una niñera, un chef, chofer, un jardinero, decorador, asistente personal, personal de seguridad y, posiblemente, una tripulación para un yate o avión.
3.Inscribir a tus hijos en buenas escuelas
Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos, especialmente cuando se trata de la educación. Pero el estrés de lograr que sus jóvenes herederos entren a las mejores escuelas comienza desde temprano y tiene un precio increíblemente alto.
Antes de que los pequeños magnates tengan la edad suficiente para aprender el abecedario, sus padres gastan inimaginables sumas de dinero en tutores, clases de lenguaje y comportamiento, y en consultores para asegurarse de que sus hijos entren a los mejores preescolares. Asegurar que sus hijos tengan una plaza en Harvard puede incluso involucrar recomendaciones de personas muy importantes, ofrecer grandes donaciones de dinero (o edificios), o contratar consultores especialistas en bocadillos después de la escuela para asegurarse de que los niños consuman alimentos buenos para el cerebro.
4.Evitar el tráfico
Pocas cosas hacen que a una persona le hierva más la sangre que estar atrapado en el tráfico. Hay una razón por la que existe el término “ira de la carretera”. Para los súper ricos, la furia no solo es frustrante; también puede ser costosa.
Imagina no poder despegar del suelo el avión privado por el que has pagado tanto dinero. El punto de viajar en avión privado es evitar las esperas, e ir y venir como bien te parezca. Pero para algunos súper ricos, eso no es tan sencillo como parece.
5.Irse de vacaciones
El propósito de las vacaciones es darte un respiro del estrés que experimentas en la vida cotidiana. Pero incluso los viajes de vacaciones pueden ser estresantes para los súper ricos. Es difícil relajarte cuando tienes que pensar en reservar el viaje de navidad del próximo año mientras llegas a tu destino de este año. Muchas de las mejores suites en Aspen o San Bartolomé se reservan por adelantado.
Y el estrés no termina cuando logras hacer una reservación en el popular destino de moda. No hay suficientes espacios de lujo frente a la piscina en Tulum, o cabañas en South Beach para albergar a todos los ricos que consiguieron un lugar en los complejos.
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